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Lancheros gallegos no pudieron salir a buscar la cocaína del ‘Nehir’

El temporal obligó al mercante cargado con la droga a navegar hasta el Cantábrico: no había nadie en las coordenadas previstas// El alijo, del que se recuperaron cerca de tres toneladas a la altura de Ribadeo, fue fletado por un grupo del Este Europeo

Cerca de tres toneladas de cocaína incautadas y otras tantas en el fondo del mar, un mercante fantasma que ya nunca más se dedicará a actividades ilegales y dos organizaciones en el punto de mira sintiendo muy cerca el aliento de los efectivos antidroga gallegos. Podría ser el balance resumido de una intensa investigación policial, iniciada en medio del estado de alarma provocado por la primera oleada de la pandemia COVID, que culminó con éxito gracias a la colaboración de la Drug Enforcement Administration norteamericana y a la borrasca Karim.

Los agentes de la DEA norteamericana facilitaron información clave a la Guardia Civil de los movimientos en tierra y a la Policía de la singladura del barco. Al operativo se sumaron también funcionarios del SVA. El objetivo era muy claro: incautar la droga y desarticular, por un lado, una organización de lancheros arousanos, que se iba a encargar de alijarla, esconderla en Galicia y transportarla por tierra; y por otro, a que un grupo mafioso de Europa del Este, posiblemente búlgaro, que financiaba la compra y la distribuiría en el continente.

Tras analizar la información obtenida en la investigación, coordinada por el Juzgado central de instrucción 1 de la Audiencia Nacional, los agentes supieron de un transporte de cocaína que sería transbordada a otras embarcaciones en algún punto indeterminado de las costas gallegas.

Si la DEA desde sus servicios de información en la central de Virginia, y a través de el equipo destinado en España, dieron datos claves, el vendaval que arrastró Karim hizo el resto: impidió salir a la mar a los lancheros del Salnés que debían acercarse al mercante Nehir, un barco de 52 metros de eslora y bandera de la República de Palau (en la región de Micronesia, en el océano Pacífico occidental). En las coordenadas fijadas para el encuentro no apareció nadie, por lo que tuvo que moverse hacia el Cantábrico, pendiente de si se acercaban las planeadoras y a la espera de unas noticias que no eran nada alentadoras.

ABORDAJE. Las pesquisas se centraron en este mercante, cuyas características y ruta de navegación encajaban con el posible objetivo de la operación policial. Al mismo tiempo, los agentes también corroboraron que, debido a la alerta meteorológica en el litoral atlántico, no se podría hacer transbordo a ningún otro barco al paso del Nehir por las costas gallegas, motivo por el cual se decidió su abordaje.

No llegaron los lancheros pero sí lo hizo (madrugada del lunes) el buque de acción marítima Serviola, de la Armada Española, con fuerzas especializadas a bordo de los tres cuerpos intervinientes; apoyado por un helicóptero y tres patrulleras de Vigilancia Aduanera y una patrullera de la Guardia Civil.

Los nueve tripulantes, georgianos y turcos (uno de los últimos reportes oficiales del mercante lo situaba precisamente en Turquía con destino al puerto de Haifa) estaban bien aleccionados y sabían lo que tenían que llevar a cabo en caso de problemas: deshacerse de las pruebas que pudieran incriminar a los capos. Aún antes de que se produjera el asalto los presuntos marineros abrieron una vía de agua para hundirlo al verse sorprendidos en alta mar.

El Nehir fue abordado por equipos policiales GEO que localizaron “gran cantidad de fardos”, similares a los habitualmente utilizados para transportar sustancias estupefacientes, ocultos en un compartimento del barco. Durante el asalto, la tripulación , viéndose sin ninguna posibilidad de huida, accionó algún dispositivo que provocó la rápida inundación de todos los compartimentos de la nave con la intención de no dejar rastro alguno de su carga ilícita consiguiendo que, en poco más de dos horas, el buque se hundiera totalmente.

La rápida acción de todos los agentes y tripulación del buque Serviola, de la Armada y con base en ferrol, permitió no solo la recuperación de todos los fardos donde venía la droga y el resto de efectos relacionados con los hechos investigados, sino también el rescate de toda la tripulación sin daño alguno.

modus operandi
Cambio de estrategia

··· En las últimas operaciones de narcotráfico realizadas en Galicia se nota un cambio sustancial: ahora la cocaína la fletan entre los cárteles colombianos y bandas del este europeo dejando para los clanes gallegos el papel de transportistas, es decir, alijar la droga, esconderla en nuestra comunidad y transportarla hasta el punto que fijen los dueños de la cocaína. Ahora son miembros de las mafias búlgara, serbia o rusa, como antes hicieron los italianos, los que establecen contactos con los enviados de los cárteles a Madrid y poner en marcha operaciones como esta denominada Bocanegra

24 feb 2021 / 01:00
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