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ocio. Aunque ya se han diseñado protocolos específicos para dar salida a los festejos populares, algunos aún no se permitirán este año TEXTO Ángela Precedo

Las comisiones de fiestas inician los trámites para poder celebrar sus verbenas

Vivimos en Galicia. Somos gallegos. Amamos nuestra cultura. Estamos orgullosos de ella. Y, si algo nos caracteriza por España adelante son las fiestas y la gastronomía, no pocas veces de la mano. Llegado el verano cualquier pequeño pueblo o aldea de Galicia, aunque solo tenga trescientos habitantes y esté en lo más profundo del rural, alberga una verbena con orquestas incluidas.

O, al menos, esto era así hasta hace dos años, pues la pandemia surgida en marzo de 2020 impidió a las formaciones dar comienzo a su gira en verano, y, este mes de junio, tras mucho luchar para ello, por fin cuentan con un protocolo que les permite volver a trabajar.

Las pruebas piloto celebradas el pasado 19 de junio fueron un éxito y los asistentes demostraron que las verbenas post-COVID son posibles. Aunque, como sabemos, para celebrar una fiesta es necesario, aún más que una orquesta, una comisión. Y algunas aún no tienen claro si, con el nuevo protocolo de aforos y distancias les compensará organizar sus celebraciones.

LAXE YA TIENE LOS PERMISOS PRESENTADOS. “Tal y como están las cosas, si el permiso de la Xunta y del concello va adelante, en Laxe vamos a hacer fiesta este año, pero bien, es decir, si tenemos que acotar el campo a una capacidad de mil personas, lo vamos a hacer; si tenemos que poner varios puntos de entrada, salida o desinfección, lo vamos a hacer”, asegura Diego Dasilva, el presidente de la comisión de fiestas de Santa Marta de Laxe.

Desde esta asociación ya han presentado a las administraciones los permisos correspondientes, a la espera de que sean aceptados. En caso de que así sea, “pedimos a Policía Local o voluntariado de Protección Civil que nos echen una mano con el sistema operativo de dispersión de la gente una vez finalice el espectáculo”, con el objetivo de que no se queden allí los asistentes y de que se eviten escenas de botellones.

En un principio, explica que “la idea es llevar a cabo la fiesta con todas las actividades que tenemos previstas de baile o de deportes, que se van a hacer sentados”. Además, “la barra del bar, en principio, tampoco tenemos inconveniente en ponerla fuera de la zona acotada, a 20 o 30 metros de distancia, operando como servicio de bebidas, exclusivamente, de forma que la gente llegue, coja su bebida y se vaya”.

Y, aunque el campo de celebración es “amplio”, hay un tema que les está preocupando especialmente: el aforo. “Imagínate que la gente del pueblo está colaborando poniendo su parte económica, y que el día de la fiesta se junta gente de todos lados que no han colaborado, ¿qué haces? Nosotros tampoco podemos limitar la entrada, pero claro, que luego te venga gente del pueblo y tengas que decirle que no puede entrar, que ya está todo el cupo cubierto, cuando han puesto dinero...”, plantea Diego.

Por ello, pone sobre la mesa la opción de distinguirles con algún tipo de pegatina identificativa o algo, para “que tengan prioridad en acceder al recinto por ser parte del pueblo, porque hay gente que solo da 20 euros, pero hay otra que da 150”. De hecho, ya están pidiendo por las puertas, pues apenas queda un mes para sus fiestas: el 31 de julio y 1 de agosto. “El 19 ya tenemos que ir a pedir, y si a última hora no nos dejasen poner orquestas, al menos invertiríamos lo recaudado en los pasacalles y charangas”, argumenta.

O VAL LAS POSPONDRÁ UN AÑO MÁS. Pero no todos se arriesgan tanto. Y es que desde la comisión de fiestas de O Val se han echado atrás. “Hicimos hace una semana la reunión definitiva y decidimos que este año tampoco tendremos fiestas”, anuncia Ramón Rodríguez, que ve que “las condiciones que ponen no serían las óptimas para celebrarlas”.

Un recinto acotado a mil personas en esta parroquia es inviable, pues “son 1.000 personas y aquí todo el mundo pone dinero, por lo que nosotros no podemos acabar el cupo de mil personas y dejar fuera a gente que sí ha puesto dinero para la colecta”. De este modo, se les plantea el mismo problema que en Laxe.

Además, Ramón Rodríguez incide en otra cuestión: las pocas orquestas disponibles en la actualidad. “Aparte de que todas están bastante solicitadas, ya teníamos un programa hecho del año anterior que aplazamos para este y que ahora mismo es imposible cumplir”, porque las orquestas ya no existen.

No fue una decisión nada fácil, porque la comisión se había constituido en 2020 por un año. A causa del COVID, decidieron seguir uno más, pero “un tercero ya no es posible, porque hay mucha gente que no puede compatibilizarlo con el trabajo o los estudios”. Y es que organizar una verbena no es fácil: “necesitas unas diez o doce personas, con cinco o seis no haces nada”.

En concreto, O Val, como la parroquia más grande de Narón, tiene varias celebraciones: la primera ya pasó, fue el pasado 13 de julio, San Antonio; le sigue en el primer fin de semana de julio otra; y dos en agosto, As Neves el primer fin de semana y Baltar los días 22 y 23. “No llegábamos a algunas y, no descartamos, aún vigente esta comisión, que si a partir de agosto o en septiembre ya hay un 70 u 80 % de gente vacunada, se organice una cena-baile para la gente del pueblo”, argumenta.

VILALONGA SE ESTRENA EL PRÓXIMO MARTES 24 DE MANO DE LA OCA BAND. Y, para acabar a lo grande, están los que no solo han decidido hacer fiesta, sino que ya tienen el visto bueno del ayuntamiento, la contratación de la orquesta y el día fijado. Se trata de la comisión de fiestas de Vilalonga, que el próximo martes 29 de junio celebrará una verbena de diez a doce de la noche amenizada por la orquesta La Oca Band, una de las seis participantes en las pruebas piloto.

José Ramón Giao explica que “La Oca es de aquí así que nos parecía importante que viniese y hablando con ellos nos confesaron que, en estos momentos, tan solo hay cuatro o cinco orquestas disponibles”. Contratar a una orquesta, y más de manera tan precipitada, supone un buen desembolso económico para la comisión que, en este caso, se ve apoyada por el ayuntamiento, que sabe que “hay ganas de fiesta y esto va a gustar mucho a los vecinos”.

El lugar donde se va a ubicar el espectáculo va a ser el de siempre, la plaza del pueblo, que estará “con todo vallado y muy controlado, para cumplir todos los protocolos”. En ella, como es lógico, no entrarían mil personas, pero José Ramón estima que sí unas 300 sentadas.

“Nosotros en principio no íbamos a hacerla, no queríamos correr el riesgo, y el concello tampoco, algo que es entendible, y a nosotros nos podía caer la responsabilidad”, recuerda el joven, que, finalmente, apunta que “decidimos entre la orquesta y nosotros mismos encargarnos un poco del protocolo y así, por lo menos, poder hacer ese día algo para la gente del pueblo”.

También habrá en esta parroquia de Sanxenxo gaiteiros por la mañana y lanzamiento de fuegos y bombas. Este último se mantendrá también en días posteriores, ya que, generalmente, las fiestas en la zona abarcan del 27 al 30 de junio.

27 jun 2021 / 01:00
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