Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h
ENTREVISTA
Relojero

“Mientras se sigan fabricando y apreciando los relojes, resultará necesaria la labor del relojero”

“Los relojes mecánicos, pese a la apariencia, son totalmente distintos a los electrónicos, por ello, me quedo con la belleza que presenta una máquina mecánica”

Sin imaginarlo, en el verano del 1975, Ramón Carreño se integró en el mundo de la relojería hasta tal punto que, a día de hoy, sigue siendo su profesión // Desde su taller familiar en Boiro, ha visto evolucionar de manera abismal un sector en el que, sin embargo, los relojes mecánicos siguen siendo muy importantes para los usuarios.

¿Cómo comenzó en este sector?

Sucedió sin pretenderlo y ni me imaginaba que llegaría a ser mi profesión y mi gran pasión. Durante el verano del 75 tuve el privilegio de vivir el día a día de un relojero, verlo manejar todas aquellas piezas diminutas, tornillos, ruedas, platinas, puentes; la precisión de sus manos colocando cada elemento en su lugar era extraordinaria. Uno de los últimos días de septiembre me explicó como se eliminaban las rallas en un cristal plexi y me permitió que realizara el proceso. El resultado de aquella experiencia fue determinante, ya que comprendí que podía integrarme en la profesión que durante tres meses había acaparado todo mi interés y admiración.

¿Es una profesión en la que existe ese vínculo familiar?

Hasta hace poco tiempo sí. Desde el año 2000, debido un poco a las nuevas tecnologías y la recesión en el sector, se lo piensan y al final deciden caminar por otros rumbos, aunque no siempre es así. Mi hijo Alfonso, en su momento, decidió continuar con este noble oficio. Con todo, este no es el único camino para acceder a la profesión, ya que, de siempre, han existido centros de formación de relojeros, la mayor parte privados, y talleres en los que se admitían aprendices ajenos a la estirpe.

En mi caso, hasta donde conozco, ninguno de mis ancestros directos estuvo ligado a la relojería, si bien mi maestro y amigo resulta que también es mi cuñado.

¿Cómo ha cambiado la profesión en este casi medio siglo?

Hasta los años 60, los relojeros fabricaban las piezas que reponían en los relojes, era raro el taller que no disponía de medios de mecanizado. Se realizaba todo a mano, incluso el accionamiento de tornos y fresadoras. A partir de los 70, los repuestos se produjeron industrialmente y las labores de torneado, fresado y fabricación se fueron perdiendo en los talleres. Se incorporaron máquinas y la labor del relojero dejó de ser totalmente manual. En los 80, surge el reloj electrónico y comenzaron los cambios de pila, algo muy habitual hoy en día. Empezó a formar parte de nuestra vida la electrónica, muy diferente a lo anterior. Nos vimos obligados a reciclar nuestros conocimientos, por lo que fue necesario la asistencia a seminarios especializados y la adquisición de nuevas máquinas.

Ya en los 2000 podías comprarte un reloj por menos de 25 euros, los cuales no se reparaban, por lo que llegamos a pensar que éramos una especie en peligro de extinción. Sin embargo, el 2010 nos trae una vuelta atrás en el taller, los usuarios le dan más importancia al reloj mecánico, lo consideran como un pequeño portento de engranajes al que hay que cuidar y mimar, comienzan a sentir atracción por los viejos relojes de los 60, 70 y anteriores para los que ya no hay repuestos, lo que nos obliga a retomar las antiguas técnicas de torneado y fresado para que muchos de esos relojes cobren vida de nuevo y alegren a sus propietarios con su característico tic tac.

¿Entonces sigue recibiendo encargos de relojes antiguos?

Reparamos todo tipo de relojes, actuales o antiguos, mecánicos o electrónicos, aunque en los últimos diez años se incrementó notablemente la restauración de piezas antiguas.

¿Cómo han cambiado en este tiempo los mecanismos?

Responderte adecuadamente supondría escribir un libro. Lo que usaban antiguamente para medir el tiempo no tiene nada que ver con lo que hoy día se conoce como reloj, eran de agua, sol, arena... El antecesor al reloj de hoy en día serían los llamados relojes de torre, que los primeros ni esfera tenían, simplemente daban las horas con una campana. Desde ahí, el cambio más significativo sería la reducción del tamaño, pues pasamos de instalarlos en edificios a llevarlos en nuestras muñecas y casi ni sentirlos. Otro cambio significativo también fue la aparición del reloj de cuarzo. Actualmente, se sigue innovando en la ingeniería relojera, haciendo modificaciones y empleando nuevos materiales para hacer la máquina cada vez más precisa.

¿Cuáles son los más difíciles de arreglar?

Creo que no se trata de dificultad o facilidad, diría laboriosidad. En principio, cuantas más complicaciones implemente el reloj, puede parecer más complicado de reparar, pero, sin embargo, esto no siempre es así. Hay relojes que están muy dañados y al tiempo que vas solucionando daños obvios, resulta que aparecen otros que se mantenían ocultos. Por tanto, puedo decir que el más laborioso de reparar es el que te reserva más sorpresas.

¿Cuál es el mejor para usted, el mécanico o el electrónico?

Creo que ninguno es mejor que el otro, tan sólo que, a pesar de la apariencia, ya que puede parecernos que son lo mismo, que no hay gran variación de uno al otro, son totalmente distintos. La belleza de una máquina mecánica nada tiene que ver con los electrónicos. Por ello, sin estar en contra de los relojes electrónicos, me quedo con los mecánicos.

¿Cuál ha sido la pieza de más valor o con mayor simbolismo que ha arreglado?

La de mayor valor posiblemente fue un reloj de bolsillo con caja de oro tipo saboneta con repetición de minutos a demanda, calendario y cronógrafo; y la de mayor simbolismo, personal, fue un reloj de bolsillo corriente y barato al que hice mi primer eje de volante. No obstante, tuve el privilegio de reparar una unidad del primer proletario, fabricado por Roskoph.

Esta experiencia la ponen a disposición del cliente vía online. ¿Cómo funciona?

Así es, lo ofrecemos a través de una web (reparatusrelojes.com), mediante un formulario de recogida o el teléfono que se facilita en ella. El usuario llama o rellena sus datos y una vez recibido confirmamos los datos y acordamos la fecha de recogida. Después, una empresa de mensajería se encarga de recoger y entregar el producto.

¿Qué servicios ofrecen?

A grandes rasgos, la reparación de todo tipo de relojes, sean grandes o pequeños, mecánicos o electrónicos, cambio de pila, fabricación de eje de volante, tija de remontuar, levas o implante de dientes faltantes en ruedas, entre otros. Tratamos siempre de solucionar el problema que presenta el reloj y, si el propietario lo solicita, facilitamos un presupuesto previo sin coste.

¿Cuánto cuesta la restauración de un reloj?

Evidentemente, unos cuantos euros. Dependiendo de los daños, en unas ocasiones más y en otras menos, pero el dinero es solamente eso, dinero que viene y va. Realmente, lo que cuesta es el tiempo que hay que dedicarle para poder recuperarlo.

¿Quién compone su taller?

Somos un taller modesto que está integrado por la familia.

¿Existe futuro en esta profesión?

La verdad es que se ve un futuro incierto, pero en tanto las marcas continúen fabricando relojes y los usuarios sigan apreciando los suyos, será necesaria la labor del relojero. Es posible que no se reparen tantos relojes como antaño, aun así, creo que sí tiene futuro.

formación
un gran maestro

A principios de octubre del 75 inicié mi aprendizaje en Relojería Barreiro de Noia, con el privilegio de tener como maestro al prestigioso relojero José Ramón Barreiro Verea. Guiado por su gran experiencia, mi etapa de aprendiz se prolongó hasta septiembre del 77, momento en el que pasé a cumplir con mi deber a la Patria. Durante esos años, bajo su tutela, me formé en el arte de la relojería. Se alternaba la formación práctica con las explicaciones que me proporcionaba acerca del mecanismo en estudio, incluso provocaba averías que tenía que localizar, no para repararlas, sino para descubrir el fallo y exponer la solución del problema.

Asimismo, asistí a cursos de perfeccionamiento y especialización en los años posteriores. A la vuelta de la mili, en marzo del 79, pasé a formar parte de la plantilla de Relojería Barreiro como oficial relojero, hasta junio del 87, momento en el que me asenté en Boiro, estableciendo la Relojería Carreño, donde continuo actualmente.

13 mar 2021 / 00:05
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
TEMAS
Tema marcado como favorito
Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.