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Momento histórico: primer presidente gallego que dimite

La renuncia de Alberto Núñez Feijóo como presidente de Galicia tras 13 años y unos pocos días de mandato le convierte en el primer jefe del Ejecutivo gallego que abandona por voluntad propia el cargo. Pero, al tiempo, pone en marcha los resortes de su relevo institucional, que situará a su hasta ahora número dos, Alfonso Rueda, como el sexto presidente de la historia de la Autonomía.

Aunque es inédito, la legislación autonómica, con el Estatuto como marco y la ley de la Xunta y de su presidente, así como el reglamento del Parlamento, contemplan la posibilidad de una dimisión y los trámites a cumplimentar, que quedarán cerrados en cuestión de días. De hecho, la previsión es que Rueda pueda tomar posesión el 14 de mayo, ya zanjados los formalismos en el Parlamento do Hórreo.

Una vez que Feijóo formalizó su dimisión, ya comunicada al Rey Felipe VI y a Moncloa, él y todos los miembros de su Gabinete, conformado por un total de 11 conselleiros, cesarán y quedarán en funciones una vez que sea publicada en los boletines oficiales de Galicia y del Estado, lo que ocurrirá este sábado.

En esta situación, que culminará con la toma de posesión de Rueda y la designación de su nuevo Gabinete, tendrán limitada su capacidad de actuación y no podrán asumir determinados compromisos de gasto. Poco después, el también líder provincial del PP pontevedrés tomará las riendas del PP gallego en el congreso del 21 y 22 de mayo. El Parlamento, dado que no se produjo ninguna disolución por convocatoria electoral, seguirá funcionando.

Por su parte, Feijóo dimitirá tras votar a su sucesor en la investidura y ya reconoció que baraja la opción de situarse en el Senado, mediante un acta por designación autonómica– antes tendrá que renunciar uno de los dos que tienen escaño por esta vía–. Este camino le permitiría presidir el Grupo del PP en las Cortes y sería una plataforma para hacer oposición. Cuando renuncie a su acta en la Cámara autonómica, será sustituido por el portavoz municipal de los populares en Caldas de Reis (Pontevedra), Fernando Pérez.

La primera victoria electoral de Feijóo en 2009 le convirtió en el quinto presidente de la historia de la Autonomía. Tenía 47 años entonces y fue el más joven de los elegidos en las urnas, aunque el socialista Fernando González Laxe –que accedió a la Xunta tras una moción de censura– tenía 35 años cuando se convirtió en jefe del Gobierno gallego.

El de os Peares sustituyó en la Presidencia de la Xunta al socialista Emilio Pérez Touriño, quien gobernó durante una sola Legislatura en coalición con el BNG (con Anxo Quintana como vicepresidente). Lo hizo entre 2005, cuando cayó la hegemonía de los populares en Galicia durante casi 16 años, tras perder Fraga la mayoría absoluta, y 2009.

El presidente fundador del PP había liderado antes de Touriño la Comunidad, tras lograr en 1989 su primera victoria electoral. Desde entonces se sucedieron otras tres nuevas mayorías absolutas del PPdeG en las elecciones de 1993, 1997 y 2001. El político vilalbés fue el segundo dirigente popular en presidir la Xunta ya que, en las primeras elecciones gallegas de 1981, el PPdeG superó al partido centrista al obtener 26 de los 71 diputados del hemiciclo, por los 24 de UCD, con lo que Gerardo Fernández Albor se convirtió en el primer presidente de la autonomía gallega.

Feijóo presenta su renuncia: “No importa donde, Galicia siempre”

LUCÍA LÓPEZ

lSantiago

La autonomía gallega vivió este viernes 29 de abril de 2022 un hito histórico: la primera ocasión en la que un presidente de la Xunta dimite de su cargo. Nunca antes había ocurrido lo que ayer protagonizó Alberto Núñez Feijóo presentando su renuncia como titular del Ejecutivo autonómico, cuando aún restan más de dos años de Legislatura y tras poco más de 13 en el cargo, un total de 4.759 días. Lo hizo por razones políticas: para pasar a centrarse en sus labores como líder del principal partido de la oposición en España y con el objetivo de convertirse en llegar a Moncloa con una carta que finaliza con un “Galicia siempre”.

Núñez Feijóo acudió al Parlamento “emocionado y tranquilo”, según reconoció él mismo, para entregar al presidente de la Cámara gallega, Miguel Santalices, su renuncia por escrito, con lo que se inicia el proceso para su sucesión que culminará con el vicepresidente primero de la Xunta, Alfonso Rueda, como nuevo titular del Ejecutivo gallego en menos de dos semanas.

“Si no te emocionas en estos momentos no te emocionas nunca”, añadió a preguntas de los periodistas sobre cómo se siente este día.

Fiel a su costumbre la carta oficial que entregó finaliza con una parte manuscrita en la que Núñez Feijóo dice: “Gracias, muchas gracias a todos los gallegos por darme el honor de servir a la tierra madre. No importa dónde, Galicia siempre”, antes de su firma.

En el escrito recuerda que aunque las nuevas responsabilidades públicas que asume “no son incompatibles” con la titularidad del Gobierno autonómico, considera que el cargo de presidente de la Xunta y “ostentar la representación ordinaria del Estado en la comunidad merece una dedicación absoluta”.

Y “de esa conciencia surge la decisión de dejar el cargo que durante 13 años ejercí con la mayor entrega responsabilidad y lealtad”, añade.

“Nunca podré olvidar la confianza depositada en mí ni devolver el cariño que recibí de Galicia en estos años”, concluye la parte mecanografiada de esta misiva, en la que traslada “formalmente” a Santalices su renuncia y le pide que inicie “los trámites oportunos al objeto de proceder al cese”. Al entregar la misiva el de Os Peares bromeó con que le tiene que entregar este escrito a “uno de Ourense”, de donde procede el presidente del Parlamento, porque “saben leer entre líneas”.

Dentro de este proceso, está previsto que la próxima semana el presidente de la Cámara gallega llame a consultas a los portavoces de los tres grupos parlamentarios y se establezca el calendario para el pleno de investidura, que previsiblemente se celebrará la siguiente semana, la del 9 de mayo.

A partir de que se oficialice su renuncia con la publicación de su dimisión en el BOE), tanto Núñez Feijóo como el resto de miembros del Gobierno gallego pasarán a estar en funciones hasta la toma de posesión del nuevo presidente.

Antes de acudir al despacho del presidente del Parlamento, Núñez Feijóo ha estado reunido con los diputados del grupo parlamentario y sus colaboradores más cercanos, después de llegar con adelanto sobre el horario previsto a la Cámara gallega y hablar unos momentos de manera informal con los periodistas que lo aguardaban.

El líder del PP realizó su última intervención ante el pleno del Parlamento gallego esta misma semana, cuando aprovechó la sesión de control al Gobierno para despedirse. “En estas bancadas fui feliz. Llevo con orgullo mi condición de gallego. De la misma manera que serví a Galicia seguiré sirviendo aquí o allá a la tierra madre”, manifestó

en el parlamento
El lunes, ronda de consultas

··· El presidente del Parlamento, Miguel Santalices, va a convocar a los portavoces de los tres grupos parlamentarios PPdeG, BNG y PSdeG el próximo lunes a la ronda de consultas preceptivas para proponer un candidato a suceder a Alberto Núñez Feijóo como presidente de la Xunta. Con estas consultas se iniciará el proceso de investidura del futuro presidente. Una vez presentada, Santalices comunicará ahora la decisión de Feijóo al rey Felipe VI y al presidente do Gobierno de España. Además, el cese se publicará en el Diario Oficial de Galicia (DOG) y el Boletín Oficial del Estado (BOE), tras lo que el presidente gallego pasará a estar en funciones, junto con el resto de los miembros del Ejecutivo.

“No puedo compartir que en España es imposible lo que sí fue posible aquí”
Aspira a trasladar el modelo de una Comunidad “alejada de nacionalismos intransigentes y centralismos de otro tiempo”

Felipe de Toro

Santiago

Tras formalizar su renuncia, Alberto Núñez Feijóo se dirigió a los gallegos con una declaración institucional en la que reivindicó que deja una “Galicia cordial” marcada por “la unidad” y la “moderación”, al tiempo que dejó el mensaje con el que justifica su marcha para liderar el PP estatal: “No puedo compartir que en España es imposible lo que sí fue posible en Galicia”.

Así lo trasladó en un acto ante sus conselleiros y los delegados territoriales de la Xunta. La ceremonia culminó con un saludo especial al que será su sucesor institucional y en el PPdeG: el vicepresidente primero, Alfonso Rueda. Fue un día de fotos de familia, de emoción, lágrimas y sentimientos encontrados por parte de diputados, conselleiros y asesores de Feijóo, que el de Os Peares decidió cerrar con una reunión extraordinaria del Consello en el Pazo de Raxoi. Este sábado, cuando los boletines oficiales publiquen su renuncia, entrarán en funciones.

Para anunciar el fin de su “andadura” en Galicia, arrancó afirmando que en los 13 años y 11 días que fue presidente dio “todo lo que fue capaz”. Y ahora que su labor quedará “sometido al juicio del tiempo” recalcó lo que para él fue “un principio inmutable”: que por encima de “errores” y “aciertos” siempre hubo una guía, la de “servir” a los “intereses generales” de Galicia. Al tiempo, justificó su marcha, ligada a la asunción del liderazgo del PP.

No en vano, reconoció que “con anterioridad a estas últimas semanas” nunca había concebido pronunciar “estas palabras de renuncia en estas circunstancias”. “Pero tampoco llegué a imaginar que la política en España, el servicio público, el interés general, iba a ser rehén, y durante tanto tiempo, de la frivolidad y el populismo que instaló. No quiero ni puedo compartir la premisa de que en el conjunto de España es imposible lo que fue posible en Galicia”, proclamó.

“UNIDAD Y MODERACIÓN”. La autonomía gallega, prosiguió, hace gala de “unidad y moderación”. “No solo se inscribe, sino que participa activamente en las realidades española y europea, y lo hace sin nutrir en su seno la semilla de la división. Las autonomías son Estado y Galicia así lo comprendió. Sin fisuras. Sin complejos”, esgrimió.

En el capítulo de “adversidades” con las que tuvo que convivir, aludió a las dificultades económicas de su primer mandato, pero también a otras “muchas pruebas”, algunas “humanamente inolvidables” como la pandemia, el accidente ferroviario de Angrois o el naufragio del Villa de Pitanxo. También a la “crueldad incendiaria” que se llevó por delante cuatro vidas en 2017.

“Momentos duros que llevaré siempre conmigo”, admitió, en una intervención en la que resumió también algunos de los que considera sus logros. Entre otros, citó, el impulso de infraestructuras sanitarias, la gratuidad de las escuelas infantiles, menos impuestos, así como dejar una Galicia “líder en la producción de vehículos en España” y “ preparada” para “encarar la recuperación de la post pandemia” y aprovechar los fondos europeos.

En el capítulo de agradecimientos, mencionó a su familia y seres queridos, al tiempo que reconoció a todos sus equipos, conselleiros y asesores, pero también a organizaciones sociales o medios de comunicación, y también a los trabajadores de los servicios públicos autonómicos. E incluso a quienes han sido sus rivales políticos desde la oposición.

“DISCÍPULO DE GALICIA”. “Fui, soy y seguiré siendo un discípulo de Galicia. Galicia fue mi maestra desde niño. Galicia me enseñó a admirar a una gente educada por la historia en la tolerancia y el diálogo. De Galicia aprendí que gobernar consiste en dialogar”, confesó un Feijóo cuyo discurso fue interrumpido por el aplauso de sus conselleiros hacia el final, y que ha afirmado sentirse entre “triste” por irse y “satisfecho”.

“Es el galleguismo entendido como casa común de todos los gallegos, alejado de nacionalismos intransigentes y de centralismos de otros tiempos, sobre lo que se levanta una cohesión social clave para entender el tiempo que vive España. Ser distintos no implica ser hostiles a nadie, ni rechazar cambios, ni establecer fronteras, ni levantar trincheras. Si los gallegos lo hemos entendido así, tengo fe en que el conjunto de España también vuelva a hacerlo”, reivindicó.

Por ello Feijóo, que concluyó con un “Galicia, Galicia, Galicia y por siempre Galicia”, manifestó su convicción de que “se puede servir a Galicia desde España”, toda vez que es “una prueba de que la España de las autonomías lejos de generar problemas puede ayudar a resolverlos; lejos de disgregar, puede unir; y lejos de desvertebrar el Estado, ayuda a coserlo y a armonizarlo”.

30 abr 2022 / 00:00
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