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‘Paqueteros’ del Salnés son los proveedores de la coca que se distribuye en las ciudades gallegas

La venta en Santiago la controla un grupo de dominicanos que surten a los camellos // En Madrid está ahora el gran supermercado de la cocaína en manos de mafias serbias y holandesas

Las aguas residuales de una ciudad como Santiago de Compostela no dejan de sorprendernos; en la parte positivo ya que, por ejemplo, a través de ellas podemos conocer la incidencia del COVID y adoptar medidas para frenar los contagios; y en lo negativo por que nos desvelan los vicios y las miserias de sus habitantes. Buena prueba de ello es lo que pudimos leer hace unos días en EL CORREO.

Según un informe del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías difundido por la Asociación Érguete, en las aguas fecales de la capital gallega en el año de la pandemia se produjo un aumento del 10% con respecto al 2019 de la benzoilegonina, el principal metabolito de la cocaína. En 2011 en Santiago de Compostela se consumían una media de 211 miligramos de cocaína por cada millar de personas, pero en 2020 fueron 610,8 miligramos, es decir, cerca de tres veces más. Este dato sitúa a Santiago como una de las ciudades europeas con mayor incremento y consumo de esta sustancia estupefaciente, en relación con sus habitantes, menos de 100.000.

Aunque pudiera parecer sorprendente, debido a las restricciones y a la mayor cantidad de controles policiales, no se produjo un descenso en la venta de esta droga. Salvo una puntual caída del consumo en el confinamiento inicial, “no hubo problemas de abastecimiento”, según revelaron fuentes policiales.

La cocaína que se vende en las ciudades gallegas, Santiago entre ellas, es de “bastante buena calidad” y la mayoría procede de paqueteros (distribuidores) de la comarca del Salnés, sobre todo de ese rectángulo irregular, formado por Vilagarcía, Cambados, Vilanova y A Illa aunque tampoco es extraño que gente del Barbanza (Ribeira, Boiro y A Pobra) hagan sus incursiones cuando se necesita.

“La mayor parte da droga (por non decir toda) que se vende en las ciudades gallegas (como Santiago) procede del Salnés”, aseguran fuentes de los grupos antidroga asentados en nuestra comunidad quienes mantienen que “los clanes arousanos pasaron de ser los receptores finales da mercancía (década de los 90 y primera de este siglo), a ser en la actualidad unos meros proveedores de servicios, encargándose exclusivamente de las descargas”.

¿Y qué ocurre en los siguientes escalones? En el caso concreto de Santiago, añaden las fuentes, “el mercado está dominado por grupos fuertes de dominicanos y, en menor medida, algunos colombianos”. Ellos son los que negocian directamente con los distribuidores de la comarca de O Salnés aunque en algunas ocasiones bajan (viajan) hasta Madrid para hacerse con mercancía que le sirven directamente organizaciones serbias y holandeses (aunque de origen magrebíes) que se hicieron con el control de la venta en la capital y buena parte del territorio español. Incluso los grupos del Salnés se ven obligados a comprarles a ellos la cocaína cuando no pueden participar como meros transportistas, entonces se llevan treinta por ciento en mercancía como pago a sus trabajos, en alguna descarga en las costas gallegas o portuguesas”.

Una vez que los dominicanos tienen en su poder cantidades que oscilan entre los cinco o diez quilos se encargan de redistribuirlos entre sus propios vendedores de confianza o a personas que se dedican al menudeo. “Ellos controlan el negocio en Santiago y en localidades como Bertamiráns y O Milladoiro”, aseguran las fuentes consultadas.

“Santiago es una plaza apetecible y por eso nunca escasea, ni siquiera en los momentos más duros de los confinamientos. Por eso no tiene que extrañarnos que en las aguas residuales aparezcan tantos restos de cocaína. Y eso que ahora nadie sale por las noches”, añaden.

A 60 euros gramo, solo admiten metálico y la llevan a casa si eres ‘serio’
Todavía no llegó a Compostela la fórmula de abonar la droga a través de pago on-line

En un informe de la CE sobre la influencia de las drogas se alertaba de que de que el mercado de la cocaína se está digitalizando. De esa forma es “más fácil” el suministro y ampliar las redes de traficantes de esta droga. “La entrega de drogas está cada vez más digitalizada, aumenta la venta por internet y ya se utilizan métodos de pago electrónicos”, decía. En algunas ciudades ya empieza a ser habitual que determinados vendedores admitan el pago a través de plataformas de pago electrónico, tipo Bizum que, en cantidades pequeñas no dejan rastro.

“En Santiago solo se admite el pago en metálico aunque, y esta es una novedad provocada por la pandemia, si los vendedores consideran que eres serio y de confianza y vives en el centro de la ciudad, te la sirven en el domicilio sin problema de ningún tipo”, añade una de las fuentes consultadas por EL CORREO.

Actualmente el precio del gramo está en 60 euros, tras el repunte vivido el pasado año “y no hay problema de abastecimiento, ni lo hubo en los últimos meses”. Lo que mudó fue la forma tradicional de la venta al estar cerrados los locales de ocio los vendedores tuvieron que ingeniárselas para suministrar durante el día o acudir a determinados puntos de venta muy concretos. Algunos se mueven por la ciudad en función de las horas y los hábitos de los potenciales compradores; eso sí, sin levantar sospechas y siempre en círculos restringidos.

Aunque el precio del kilo de cocaína lleva abaratándose desde 2018, cuando se inició un trienio de sobreproducción en Colombia, al menudeo se mantiene inalterable debido a que no cae la demanda.

Pese a que los métodos tradicionales siguen siendo los que más abundan prolifera desde el inicio de la pandemia el pack completo en el argot de sus usuarios. En Compostela también están activas páginas en internet en las que puedes pedir los servicios de compañía de prostitutas y, a demanda, ellas se encargan de llevar también la cocaína o la bebida; es más, si en medio de la fiesta hace falta más droga o alcohol al cliente le facilitan un número de teléfono al que pueden llamar para que le sirvan en pocos minutos. Si solo es bebida se la llevará un rider pero si es droga ya se encarga personal más especializado.

Todo dirigido por los mismos grupos mafiosos que controlan la venta de cocaína en la comarca y una parte cada vez más importante del pastel en el negocio de la prostitución en la capital gallega.

24 may 2021 / 01:00
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