Reclaman que la Ley de Memoria incluya el juicio injusto a Baena

Los cinco disparos que en la madrugada del 27 de septiembre de 1975 consumaron la ejecución sumarísima de Xosé Humberto Baena acabaron con el cuerpo del joven vigués confundido entre el polvo de la campa del cuartel madrileño de Hoyo de Manzanares, pero no fueron suficientes para minar la férrea voluntad de su hermana Flor. Lucha desde hace 45 años para que se reconozca oficialmente su inocencia y que fue víctima de un consejo de guerra plagado de irregularidades, ya que no se admitieron las 194 pruebas que le exculpaban de la acusación de haber matado a un policía.

Las cuatro décadas y media de decepciones concatenadas para que los más altos tribunales del mundo reconozcan la injusticia cometida con el fusilamiento de Baena, así como para que se anule el juicio en el que fue condenado, y se limpie su nombre, suman otra contrariedad al ser excluido del proyecto de Ley de la Memoria Democrática aprobado esta semana.

Decidida a no ceder un milímetro en su lucha, la familia Baena encara hoy el homenaje a Xosé Humberto por el 45 aniversario de su “asesinato”, ante su tumba en el cementerio vigués de Pereiró, dirigiéndose a la vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo. Le insta a que “haga justicia y nos permita cerrar la herida a las familias de las personas que fueron ejecutadas por el Franquismo en 1975.

Flor Baena indica a la ministra que la vía más rápida para corregir la exclusión de los fusilados dos meses antes de la muerte de Franco de la nueva ley es introducir una enmienda al texto del proyecto de ley durante el proceso parlamentario para declarar la nulidad de los “juicios injustos celebrados durante la guerra civil y el Franquismo”. Apunta que también existe la opción de que la fiscalía de sala que investiga los hechos sucedidos durante la Guerra Civil y la dictadura “revise y anule, en su caso, y de oficio, los juicio injustos”. Incide en que Amnistía Internacional recomendó que, en el caso de los juicios motivados por persecución ideológica o política y que no han sido anulados por ley, la vía es presentar un recurso extraordinario. Éste, en el cas o de sentencias de casos individuales, debería ser a tramitar por la fiscalía ante el Tribunal Supremo para evitar que las familias de las víctimas asuman el coste económico que representan estos procesos.

REVISIÓN Insistente, Flor Baena, afirma que “la anulación sería la mejor forma de evitar el calvario que hemos tenido que sufrir en mi familia y las decenas de familias que han pasado por la sala de lo militar del Tribunal Supremo pidiendo la revisión de condenas de muerte dictadas en juicios sumarísimos después de la Guerra Civil y a los que desde el año 2000, en todos y de manera sistemática, el ministerio fiscal se opuso a su revisión”.

Para despejar cualquier duda sobre el interés de Flor Baena, ésta aclara que no desea una indemnización económica, sino “que se anule el juicio de mi hermano y se limpie su nombre”.

Aunque asegura que “ya es tarde para muchas víctimas, pero no para todas”, la hermana del joven vigués detenido y torturado antes de ser fusilado en 1975, pide a la vicepresidenta que “aproveche la ocasión de oro que tiene para reparar tamaña injusticia y cerrar la herida abierta en mi familia, que nos persigue desde hace 45 años”.