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Riesgo sísmico alto en más de medio centenar de concellos

Están localizados 33 de ellos en la provincia de Lugo y 24 en la de Ourense // Expertos descartan que se puedan registrar terremotos de efectos catastróficos

Los recientes temblores de tierra registrados a finales de enero pasado en Granada han recordado a muchos lucenses el acontecido el 22 de mayo de 1997, de 5,1 grados en la escala de Ritchter, con epicentro en el triángulo que forman los municipios de Sarria-Becerreá-Triacastela, el área quizá más activa en la comunidad en lo que a movimiento del suelo se refiere.

Lo cierto es que diferentes zonas del territorio nacional, entre ellas Galicia, están consideradas como calientes en la cartografía sismológica mundial. Según un estudio de los investigadores Julián García-Mayordomo y Raúl Pérez López para el Instituto Geográfico Nacional (IGN), el movimiento de las placas (fragmentos relativamente rígidos) y la deformación de la litosfera producen un campo de esfuerzos tectónicos que repercuten en las fallas, esas fracturas de la tierra se distribuyen por la Península; especialmente desde Lisboa a Ourense, y por todo el arco mediterráneo y en la frontera con Francia. En estos ejes geográficos es en los que mayor riesgo de temblores se registra en el mapa ibérico.

NIVEL DE PELIGRO. El riesgo sísmico en España puede calificarse, en su conjunto, de moderado, pero su historia sísmica nos recuerda que ha habido en los últimos 600 años al menos 12 grandes terremotos producidos, con consecuencias catastróficas. Por lo que respecta a Galicia, se puede calificar como una zona de actividad sísmica moderada, si bien con una peligrosidad media debido a la alta vulnerabilidad del envejecido parque inmobiliario, de acuerdo con lo recogido en el Plan especial frente al riesgo sismológico en Galicia (Sismigal) de la Xunta.

LAS ZONAS CALIENTES DE LUGO Y OURENSE. Descendiendo al nivel parroquial en el mapa gallego, son 285 las que tienen una mayor perspectiva de riesgo de cara a un terremoto. Están situadas en 33 concellos de Lugo y 24 de Ourense, junto con uno de Pontevedra, pero es la provincia lucense la que acumula el mayor número de ellas, donde el peligro potencial es mayor, en un total de 204.

En Pontevedra solo hay tres parroquias del concello de Arbo con el mismo nivel de riesgo y en A Coruña, ninguna. En realidad, esas 285 parroquias suponen el 7,5 % de las 3.772 que hay en total en el mapa de la comunidad.

Este nivel de riesgo de terremotos lo recoge el Plan Especial de Protección Civil ante el Riesgo Sísmico en Galicia elaborado por la Xunta hace más de una década, en el que se elaboró un mapa de riesgo por concellos, pero también descendió al detalle de las parroquias.

Los criterios que sustentaron este documento, que aún está en vigor, se basan en la actividad sísmica desde que existen instrumentos para medirla, en el año 1960.

Pero también se concedió especial importancia al tipo de suelo, pues el blando añade más peligrosidad al seísmo. Por ello se decidió utilizar la parroquia como unidad base del mapa de riesgo potencial, para ajustar más el tipo de suelo a la zona geográfica.

Los episodios sísmicos ocurridos en Galicia y las series de terremotos en el eje Sarria-Becerreá en los años noventa cambiaron la calificación de Galicia en el mapa de peligrosidad sísmica nacional, pasando de baja a un nivel moderado, inferior, por ejemplo, al que presentan algunas zonas del sudeste español, donde los movimientos telúricos registran una incesante actividad.

Las viviendas son un factor de riesgo en caso de terremoto, ya que dependiendo de su edad, ubicación territorial, tipología constructiva y estructural y su uso reflejan su grado vulnerable. Según esa escala pueden preverse los posibles daños materiales y personales a la hora de soportar un movimiento telúrico.

24 años después del miedo
triángulo lucense

··· En la memoria de la gente que lo vivió todavía sigue vivo el recuerdo, cuando se van a cumplir 24 años, del temblor de 5,1 grados en la escala de Richter, de aquel movimiento del suelo que sembró el miedo y el desconcierto en toda la comunidad y que sacó a miles de gallegos fuera de sus casas, sobre todo en la comarca de Sarria, en la madrugada del 22 de mayo de 1997. El epicentro se localizó entre las poblaciones lucenses de Sarria, Triacastela y Becerreá, donde estos fenómenos se repiten desde hace años, con desigual intensidad, y que conforman una especie de triángulo de las Bermudas en lo que a seísmos se refiere.

Por fortuna, no hubo daños personales directamente causados por el terremoto, aunque un hombre murió de infarto en la villa sarriana mientras trataba de pasar el susto en la calle y los daños materiales fueron de escasa consideración, pero la muesca de la sensación de impotencia ante un fenómeno natural de ese calibre quedó grabada en la cabeza de mucha gente y es que al miedo nadie se acostumbra. Un centenar de replicas, menos intensas, siguieron al gran temblor.

En Monforte se conserva el testimonio de un temblor allá por 1604
Es la información documentada más antigua de Galicia sobre estos fenómenos

Lugo. “Tan raros como dignos de estima son los datos que, sobre sacudimientos terrestres y otros fenómenos geológicos, ofrecen antiguos documentos de época en que, por no existir prensa escrita ni curiosos cronistas, apenas se han conservado noticia de sucesos de esa índole”. Son palabras del historiador Pablo Pérez Constanti del arranque del capítulo ‘Temblores de tierra en en siglo XVIII’ de su obra Notas viejas galicianas. En su relato da cuenta de temblores testimoniados en 1775, en Santiago, y en 1761 y 1910, en A Coruña.

Al ilustre archivero, fallecido en 1938, le hubiese alegrado saber que en Monforte de Lemos, a finales de mayo de 1604, se sintió un temblor de tierra del quedó un singular testimonio escrito que está considerado como el registro más antiguo de este tipo que se conoce en Galicia. El suceso se menciona en una breve nota hallada en un libro de registros de bautismos, matrimonios y entierros de las parroquias de A Régoa y San Vicente del Pino, que descubrió el historiador monfortino Felipe Aira. El escribano de los registros apuntó en el margen de una hoja: “Al postrero de mayo de mil y seiscientos quatro a las siete de la mañana temblo el mundo, este mesmo ano el día ... también temblo el mundo y huimos el primero que no del postrero”.

En el catálogo histórico del Instituto Geográfico Nacional, la mención más antigua que figura en el territorio gallego es la de un terremoto que se produjo en Lugo dos siglos más tarde, el 7 de abril de 1804, respecto al datado en Monforte de Lemos. a. a.

14 feb 2021 / 01:01
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