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Desde que el tema saltó a la prensa, a mediados de agosto, el nivel de los pantanos de Miño-Sil ha bajado más de 11 puntos porcentuales // Pasaron, entre polémica y olvido, del 51,9% al 40,2% // CHMS dice que su estado es el “habitual” TEXTO J. Garnelo

Sin afección a la calidad de las aguas de los embalses gallegos

Hasta la fecha “non se detectaron incumprimentos das condicións das concesións” ni en las “normas de explotación das presas”. Tampoco “se detectou afección á calidade das augas”. Es la respuesta al último capítulo de cuatro embalses autonómicos y su “extremo” vaciado. Un tema tan polémico como efímero, que entre tanta contienda política ya parece haberse olvidado, mientras unos datos insuficientes muestran que (a falta de soluciones) las cifras mínimamente mejoran y siguen siendo bastante peores a aquellas registradas cuando la primera gota cayó.

Fue el 19 de agosto. Los vecinos de los pueblos cercanos al pantano de Ricobayo (Zamora) llevaban semanas protestando por la insufrible sequía que invadía este espacio y, dos días después de que el Defensor del Pueblo empezase a estudiar la queja interpuesta por varios de ellos, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, anunciaba la apertura de diferentes expedientes informativos en diversos embalses (básicamente que las confederaciones hidrográficas encargadas de los mismos iban a estar más vigilantes y, en caso de encontrar irregularidades, podrían sancionar a las concesionarias). Uno, evidentemente, fue para la infraestructura de Castilla y León, pero cuatro más (casi por sorpresa) despegaron rumbo a Galicia.

Tres aterrizaron en Ourense, bajo Cenza (entonces al 15 % de su capacidad), As Portas (al 15,49 %) y Salas (al 28,74 %), mientras un último lo hacía en Lugo, hasta llegar a Belesar (que permanecía al 31,3 % de su aforo máximo). Las tasas de ocupación parecían preocupar, pero sobre todo inquietaba que el vaciado de su masa acuática hubiera sido “extremo” por parte de las empresas eléctricas que los explotaban (Naturgy e Iberdrola) para sacar provecho a un precio de la luz cada vez más alto.

“irresponsabilidad sin paliativos”. Así lo resaltaron distintos especialistas ambientales, asociaciones e incluso políticos. El punto común era el mismo. Había ocurrido “un acto de irresponsabilidad sin paliativos” que no debía volver a producirse, sí, pero lejos de convergir la disparidad fue aumentando y con ella comenzó una contracorriente de críticas y reproches que fue apagando el tema, mientras se dejaba a un lado la búsqueda de soluciones. Se hablaba de “engaño”, de “broma”, de “connivencia” entre compañías implicadas e instituciones, de “falta de respeto” a la población gallega. También de “responsabilidades” que nadie parecía admitir ni ha admitido.

Finalmente, tres cosas quedaron claras: el tiempo (Bruselas) le dio la razón al Gobierno gallego en el conflicto de competencias que había debatido con la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, “responsable de establecer las condiciones necesarias para el permiso en relación con el funcionamiento de los embalses y la supervisión del cumplimiento de la normativa”, según la Comisión Europea; solo se han constatado (por el momento) sanciones de la Xunta de 100.000 euros a Naturgy e Iberdrola (es el máximo de la normativa de pesca, pero una cantidad irrisoria para las empresas) si bien existe la posibilidad (está por ver) de que puedan llegar “multas millonarias”; y el Parlamento de Galicia rechazó investigar lo acontecido (con el voto contrario del Partido Popular) tirando la piedra (o la oportunidad de esclarecer los hechos) hasta Madrid. Allá. Al Congreso de los Diputados.

TRAS TRES MESES Y DIEZ PUNTOS MENOS. Desde que todo esto empezó en Zamora, cuando los embalses pertenecientes a la demarcación Miño-Sil se encontraban sobre el 51,9% de su capacidad, el pasado 10 de agosto, hasta la actualidad, con datos a 23 de noviembre, poco ha mejorado, pero algo más ha empeorado. Tras tres meses, los pantanos han bajado al 40,2% de su aforo máximo (más de 11 puntos porcentuales de bajón y lejos del 53,73% de ocupación que mantenía en el mismo periodo del 2020 y del 51,82% de ocupación que arroja la media de la última década para el mencionado periodo). Eso sí, respecto a la pasada semana, su nivel de agua se ha disminuido un 1,55%.

Cenza está al 12,5 % de su capacidad total (cuando en el mismo periodo de 2020 estaba al 35% y en la media de los últimos 10 años al 49,5%) y As Portas al 15,67% (cuando en la mismo periodo del pasado 2020 estaba exactamente al 61,01% y en la media de los últimos 10 años al 69,83%).

Por su parte, Salas está al 25,28% (con un poco más de agua que el pasado año por estas fechas, cuando estaba al 22,29%, pero menos que el promedio de la última década, del 29,66%) y Belesar al 28,39% (en él pasa lo contrario que en el anterior, está menos lleno que el año pasado por estas fechas, cuando estaba al 37,25%, pero es un poco superior al promedio de la década, del 27,74%).

Ninguno de ellos ha mejorado su ocupación en los últimos tres meses y, de hecho, Cenza, Salas y Belesar han empeorado: lo han hecho disminuyendo varios puntos porcentuales, como puede comprobarse contrastando sus tasas actuales de ocupación con las primeros valores (relativos al 19 de agosto) que aparecen en el tercer párrafo.

NIVELES MÁS BAJOS. A niveles de agua más bajos que a los que se encontraban entonces estos cuatro pantanos, hace ya un trimestre, están también ahora Vilasouto (al 23,8%, y cuya media de los últimos 10 años es del 30,95%), que es de titularidad estatal, y As Cunchas (al 31,25%, y cuya media de los últimos 10 años es del 33,13%), gestionado por Naturgy. Es preocupante, además, la situación de Las Rozas y Matalavilla (que si bien pertenecen A Castilla y León son responsabilidad de la CHMS). Ambos explotados por Endesa, el primero está a solo el 3,57% (cuando en la misma semana de 2020 estaba al 28,57% y su promedio de la década es del 19,64%) y el segundo está al 18,46% ( 47,69% y 39,54% respectivamente).

Los embalses citados, “atópanse en xeral nun nivel próximo ao habitual nesta época do ano, dado que, se non hai alerta por seca, estes encoros adoitan alcanzar as cotas mínimas anuais ao principiar o ano hidrolóxico, en especial se se localizan na cabeceira da bacía e teñen funcións de regulación fronte a inundacións, de cara a ter capacidade para laminar posibles avenidas augas abaixo das presas”, apuntan desde la Confederación Hidrográfica Miño-Sil a EL CORREO ante estos datos. En todo caso, el organismo realiza “un control e análise continuo da calidade das augas dos encoros, así como, do cumprimento dos caudais ecolóxicos vixentes e das Normas de Explotación das presas”.

INCUMPLIMIENTOS. “En relación cos expedientes informativo abertos a raíz das baixadas do nivel nos meses de xullo e agosto de determinados encoros (Cenza no río Cenza, As Portas no río Camba, Salas no río Salas e Belesar no río Miño), co obxectivo de comprobar o cumprimento da normativa de augas e do cumprimento das concesións administrativas vixentes, informase que ata o momento non se detectaron incumprimentos das condicións das concesións administrativas nin nas normas de explotación das presas. Tampouco se detectou afección á calidade das augas”, puntualizan desde la Confederación Hidrográfica.

expedientes de medio ambiente
“En plena instrucción”

··· Por su parte, desde la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda indican, en declaraciones a este periódico, que actualmente “los procedimientos incoados (los expedientes que la Xunta abrió a CHMS, Iberdrola y Naturgy) se encuentran en plena instrucción, es decir, en la fase de solicitud de informes complementarios, analizando todas y cada una de las cuestiones pertinentes”.

··· “Es preciso esperar a que los instructores recaben, estudien y analicen la documentación para que puedan formular las propuestas de resolución a consecuencia de los actos denunciados”, añaden las mismas fuentes, señalando que “en el caso de los embalses de Cenza, Salas, As Portas y Belesar, en los que están abiertos los expedientes sancionadores, el personal de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda fue solicitado por el instructor para realizar los informes de la situación, que son complejos y, por lo tanto, están en elaboración”. Asimismo, recuerdan que “la Xunta de Galicia sigue alerta ante cualquier alteración” de la que se puedan derivar daños a las especies piscícolas o impactos en los ecosistemas.

28 nov 2021 / 00:00
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