Una investigación iniciada en Marín desmantela un clan de narcos holandeses

¿Levantaría sospechas un mercante que saliendo del puerto de Balboa en Panamá con parada en Algeciras y destino final Vigo se acerque antes hasta la dársena de Marín a descargar “unos contenedores”? La verdad es que ese periplo era, cuanto menos, sorprendente. Y eso fue lo que llevó al Equipo Contra el Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil en Galicia a llegar a la conclusión de que detrás de las últimas apre- hensiones de dorga, mediante el método de gancho ciego, en el puerto marinés había una trama organizada.

Y tirando del hilo se llegó a la conclusión de que era una activa e importante red internacional de narcotráfico de cocaína, que llegó a introducir a través de puertos de países europeos más de seis toneladas de esta droga.

La investigación se inició e Marín entre los días 9 y 15 de noviembre del pasado año. Los primeros días los agentes antidroga localizaron un contenedor cargado de alubias que procedían de Sudamérica. En medio del vegetal aparecieron unas bolsas negras que contenían 170 kilos de cocaína. Dos días después en medio de un cargamento de plátanos, fletados por la misma compañía, se localizaban 663 kilos de polvo blanco. Casi una tonelada de coca.

Los agentes antidroga descartaron, por algunos movimientos, que hubieran un grupo gallego involucrado. El 7 de marzo de este año, poco antes del confinamiento, fue cuando detectaron el ritmo errático de otro barco que dejó otro contenedor en Marín en el que se hallaron 160 kilos entre material de construcción destinado a una empresa pantalla.

A partir de ahí la UCO activó los mecanismos de colaboración internacional, en la denominada operación Cetil, con agentes de la Policía de Holanda y de las agencias estadounidenses HSI (Homeland Security Investigations) y CBP (Customs and Border Protection). Coordinados por la Europol se realizaron acciones simultáneas en distintos puntos de España y Holanda.

Estas últimas actuaciones se saldaron con la detención de ocho personas de nacionalidad holandesa, siendo algunas de ellas consideradas objetivo de alto valor en el ámbito policial europeo, de las que se han producido cinco en nuestro país y tres en los Países Bajos, además de la incautación de 480 kilos de cocaína en el puerto de Valencia, en un contenedor marítimo procedente de Sudamérica.

A los detenidos en España se les imputan delitos Contra la Salud Pública, tráfico de drogas y pertenencia a Organización Criminal, y respecto a las detenciones producidas en Holanda, las mismas vienen derivadas a raíz del cumplimiento de Órdenes Europeas de Investigación, dictadas por el Juzgado de Instrucción 5 de la Audiencia Nacional.

Cerrada la posibilidad de la dársena de Marín el grupo delictivo trató de abrir otras vías de entrada de cocaína, eligiendo el recinto portuario de Valencia para introducir grandes remesas de estupefaciente como puerta a Europa, siendo incautados por la Guardia Civil cerca de 3.200 kilogramos en distintos envíos marítimos realizados entre marzo y junio de este año.

El núcleo de esta organización estaba asentado en Países Bajos, pero sus integrantes se trasladaban y reunían en España para organizar y planificar los distintos envíos de sustancia estupefaciente desde Sudamérica.

A lo largo de la investigación se corroboró que, además de que varios de sus miembros contaban con antecedentes incluso de homicidio, la organización tenía apoyo de personal con entrenamiento militar y experiencia en misiones de guerra, encargados principalmente de hacer contravigilancias. Estos integrantes llegaron a desarrollar sus propias aplicaciones de mensajería encriptada, que utilizan entre ellos y para hacerlo con los distintos cárteles sudamericanos proveedores del estupefaciente.

Pese a las continuas pérdidas sufridas, el grupo criminal continuaba gestionando nuevas partidas de cocaína, estableciendo su base de operaciones, para una gestión más directa, entre las provincias de Valencia y Málaga sus miembros estaban establecidos en la Costa del Sol.