Unidad parlamentaria a favor de la industria gallega... excepto Ence
Conde defiende en el Pazo do Hórreo que no es viable el traslado y hay que mantenerla // Alcoa sí mueve a la unanimidad sobre su intervención
Una parte fundamental de la industria gallega está en crisis. Lo saben bien los representantes políticos. Sin embargo, no toda ella tiene el mismo nivel de apoyo. Así, mientras en torno a la defensa del naval en Ferrolterra (Navantia) y en Vigo (la antigua Vulcano o Barreras) se alcanzan acuerdos, o el Parlamento es capaz de aprobar por unanimidad de todos los grupos –PP, BNG y PSOE– demandar del Gobierno central, una vez más, la intervención pública en la factoría de Alcoa en San Cibrao (Cervo, Lugo), sólo populares y Xunta se mantienen en la lucha por el futuro de Ence en Lourizán.
El vicepresidente segundo y conselleiro de Economía, Francisco Conde, respondió a varias preguntas en el Pazo do Hórreo para dejar claro que la propuesta de una ubicación alternativa a la biofábrica de Ence en la ría de Pontevedra “es inviable” porque resulta imposible replicar la misma tecnología en otro lugar de Galicia, tal y como viene manifestando la empresa.
Defendió su continuidad en el emplazamiento actual por ser la única opción para garantizar el mantenimiento de la actividad y del empleo. Tanto BNG como PSdeG se oponen e insisten en mover la planta a otras latitudes.
En cambio, sobre Alcoa hay entente para que la SEPI se haga con la factoría “inicialmente de forma transitoria”, para que luego la sociedad estatal de participaciones industriales la traslade al comprador industrial final.
El acuerdo, en base a una propuesta del BNG, defiende aquí la intervención para “asegurar el mantenimiento del empleo y de la actividad industrial y facilitar su posterior venta a un inversor privado que garantice un proyecto industrial viable”. El diputado nacionalista Ramón Fernández Alfonzo apuntó que siempre defendieron esta salida, pues la fábrica de A Mariña de Lugo es “demasiado grande para dejarla caer”, por lo que resulta “inexplicable negarse” a la intervención de la SEPI, que pidieron tanto los concellos de la comarca como el propio Congreso.
La socialista Patricia Otero defendió una enmienda que planteaba cambiar esta demanda porque Xunta, Ministerio de Industria, comité de empresa y sindicatos “formulen una hoja de ruta unificada” de cara al encuentro de Pittsburgh para desbloquear el proceso de venta, destacando la importancia de que la ministra, Reyes Maroto,“lidere” el posicionamiento en la cita prevista en EEUU con representantes de la multinacional del aluminio.
Por parte del PP, Elena Candia apuntó al cansancio de la plantilla por el hecho de que las instituciones lleguen a acuerdos pero esto no se traduzca en resultados.
En el pleno salió adelante una proposición no de ley sobre el naval de Vigo, el primero de los puntos por unanimidad, que era instar a la Xunta a posicionarse y votar en el consejo de administración del Puerto de Vigo que el concurso para la concesión portuaria del antiguo astillero esté condicionado al uso para la actividad de construcción y reparación naval.
Sobre Navantia hubo bastante más polémica. El popular Miguel Tellado defendía otra iniciativa para reclamar el buque puente en el astillero, que “daría carga de trabajo inmediata”, además de una respuesta del Gobierno central al pacto de estado que promueve la Xunta. Esta iniciativa salió adelante con el voto favorable de PP y PSOE, y la abstención del Bloque.
Tellado denunció la dramática situación y “el abandono deliberado” a las industrias auxiliares del naval de Ferrolterra y ligados a la térmica de As Pontes, recibiendo críticas de PSdeG (Pablo Arangüena) y BNG (Fernández Alfonzo). A este último Tellado lo denominó “partido calzonazos”, siendo llamado al orden por Diego Calvo al no querer retirar la expresión, que se borró del diario de sesiones.