Vilarbacú, aldea minera olvidada
La pequeña aldea de Vilarbacú, situada en el concello lucense de Quiroga, en la falda sur del monte Pía Páxaro, es conocida, sobre todo, por la explotación minera de antimonio que aquí funcionó entre 1910 y 1950, considerada como la más importante de España en ese tiempo.
Esta mina tuvo una gran importancia para la Sierra de O Courel, ya que gracias a ella, allá por 1930, se construyó la primera carretera que comunicó Courel con Quiroga. Se hizo para sacar el mineral y exportarlo a Alemania, a través de la estación de ferrocarril de San Clodio, en Ribas de Sil. En este complejo llegaron a trabajar más de un centenar de personas y fue todo un referente de esta serranía lucense.
Jesús, vecino de Vilarbacú, residente en Ponferrada, recuerda en un blog que el antimonio, “lo lavaban y lo cocían allí en unos altos hornos”. Precisa que tenían “toda una fabrica, con machacadoras, lavadero, hornos, talleres, etcétera y la residencia de los jefes”.
Este vecino también menciona entre sus recuerdos de niño que tras el cierre de la explotación minera se instaló allí, bajo la dictadura franquista, “un destacamento de presos que funcionó hasta el año 1968”.
RIQUEZA MINERALÓGICA. Pero el valle donde se localiza Vilabarcú sobresale también por su singular riqueza geológica. Los expertos califican a este lugar como un museo geológico al aire libre y los gestores del Geoparque Montañas do Courel trabajan ya para tratar de poner en valor ese recurso natural y rentabilizarlo en el plano educativo y turístico, de cara al futuro.
Dentro del Outono Xeolóxico, celebrado en el último trimestre del pasado año, en el programa de actividades desarrollado para difundir la riqueza del geoparque, una de las jornadas tuvo como protagonista a Vilarbacú, una visita guiada de la mano de los geólogos Daniel Ballesteros y José Carlos Barros.
Sirvió de tarjeta de presentación de este enclave y los participantes pudieron conocer las peculiares características mineralógicas y geológicas de la zona. Aquí se pueden observar afloramientos de la casi totalidad de los minerales que hay en el mapa del geoparque.
Además, en este paraje también pueden verse formaciones geológicas de gran interés, como las cuarcitas armoricanas, una de las rocas que componen el famoso plegamiento de Campodola, donde se sitúa la orogenia primitiva que dio lugar al nacimiento de Galicia.
Las rocas calizas del período Ordovícico también salen aquí a la superficie. Lo mismo sucede con la diabasa o dolerita, roca similar al basalto de origen ígneo y conocida como el granito negro.
A ese catálogo de minerales hay que añadir la pizarra, roca metamórfica que en la actualidad es explotada en una cantera que pertenece a la firma Pizarras de Vilarbacú. En los cortes prácticados en la cantera se puede observar una formación denominada pliegues disarmónicos, en los que los estratos de rocas de diferentes grados de dureza no están colocados de forma paralela, formando singulares figuras de tipo geométrico que llaman la atención del visitante.
No cabe duda de que la oferta de turismo geológico que ofrece Vilarbacú es de lo más interesante y merece la pena descubrirla.
NUEVO MUSEO. Dentro de las infraestructuras del Geoparque Montañas do Courel, único de estas características en Galicia, al ya veterano y referente Museo Geológico de Quiroga se sumará este año, si no surgen contratiempos, el Museo de la Minería Romana, que abrirá sus puertas en San Clodio, capital municipal de Ribas de Sil.
La construcción del edificio está ya rematada y ahora toca llenar el espacio expositivo con el material que protagonizará su contenido. De acuerdo con los planes que maneja el organismo local, este centro museístico abrirá al público en el próximo mes de septiembre.