Adiós a la aburrida vida burguesa

Dicen que el dinero no da la felicidad y eso es lo que ha debido pensar un matrimonio de nacionalidad holandesa, que ha decidido dejar atrás su acomodada vida en el país de los tulipanes para recorrer el Camino de Santiago en un viejo carromato, en compañía de sus hijos.

Los dos creyeron conveniente hacer un kit kat, es decir, una pausa, en su ajetreado ritmo de vida, ya que ella era relaciones públicas y él, fotógrafo. Y desde luego todos los peregrinos que recorren la Ruta Jacobea, si hay en algo en lo que coinciden, es que en el Camino hay mucho tiempo para meditar y dedicarse a uno mismo.

Lo que más llama la atención de esta familia holandesa, que hacer unos días pasaba por Gijón rumbo a Galicia, es su peculiar modo de transporte: un antiguo carromato, muy similar a los empleados por los gitanos cíngaros. La caravana va tirada por dos preciosos caballos percherones de color canela y está en perfecto estado.

Es de color ocre con mariposas y flores pintadas que la decoran y le dan un look muy hippie. Los techos, los marcos de las ventanas y las puertas están pintados de color violeta. Como buenos holandeses que son, en la parte trasera de la misma llevan dos bicicletas, puesto que en su país de origen es el vehículo más empleado.

Lo cierto es que con este peculiar medio de transporte la joven pareja está dejando pasmados a todos los que se encuentran a su paso. Por ahora, llevan más de dos mil kilómetros recorridos con su carromato hippie y aunque su destino es llegar a Compostela, se lo toman con calma y van a su ritmo.