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Adiós a Benedetti: hombre bueno, escritor continental, mito discreto

Los restos mortales del poeta fueron instalados ayer en el parlamento de Uruguay, donde fue despedido por cientos de ciudadanos ·· La cultura hispana recuerda el compromiso y humanidad del autor, que hoy será sepultado en el Panteón Nacional

La capilla ardiente con los restos mortales de Mario Benedetti permanecía ayer instalada en el salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo (Parlamento) de Uruguay, donde cientos de ciudadanos desfilaron para dar el último adiós al autor de La tregua. Poco después de que el féretro con los restos del poeta fuera colocado en el lugar, junto al escudo de Uruguay, el presidente uruguayo Tabaré Vázquez, se hizo presente para saludar a los familiares y amigos, acompañado por el vicepresidente de la República, y presidente del Parlamento, Rodolfo Nin Novoa.

Desde antes de la hora prevista para el inicio del sepelio, en la mañana de un lunes gris y con llovizna en Montevideo, algunas personas se agolparon a las puertas del Parlamento en paciente fila aguardando para dar su saludo final a Benedetti, fallecido anteayer en su casa de Montevideo, a los 88 años. El cantautor Daniel Viglietti, amigo del poeta y que puso música a varios de sus poemas, fue de los primeros en ubicarse frente al féretro. Las embajadoras de España, Aurora Díaz-Rato, y de Cuba, Marielena Ruiz Capote, fueron las primeras diplomáticas en llegar al Parlamento para presentar sus condolencias.

Varias figuras de la cultura, la política, líderes sindicales, estudiantes y decenas de personas de diferentes generaciones comenzaron a acercarse al Palacio Legislativo para despedir al poeta, que ayer fue recordado en todo le mundo no sólo por sus virtudes literarias, sino sobre todo por las humanas, como el hombre bueno, sencillo, consecuente y alegre que fue. "Como diría Machado, un hombre en el mejor sentido de la palabra, un hombre bueno", dijo ayer el cantautor Joan Manuel Serrat, quien se declaró "amigo" de Mario Benedetti. Serrat, que puso música a poemas de Benedetti en el disco El sur también existe (1985), destacó desde España el inmenso legado que ha dejado el escritor de Paso de los Toros a toda América Latina: "ideales de libertad, justicia y solidaridad".

El escritor chileno Luis Sepúlveda manifestó también su pena y anunció que se tomará un whisky a la manera en que le gustaba tomarlo al "queridísimo" autor como homenaje. "Me levanté de mala gana. Sólo me apetece emborracharme, pedir un whisky y decirle al camarero que me ponga el más humilde que tenga con una rodaja de limón", dijo ayer. De Benedetti también habló ayer el poeta español y premio Cervantes Antonio Gamoneda, quien dijo sentirse "muy entristecido" por su muerte y lo definió como un hombre "humanamente muy necesario en el terreno del pensamiento social y en el de la honradez". De los primeros en reaccionar a la muerte de Benedetti fueron el escritor y poeta colombiano radicado en México Álvaro Mutis, y el escritor portugués José Saramago, premio Nobel de 1998. "Latinoamérica pierde a un escritor continental, un escritor cuya obra refleja el sentir de todos los países de la región", dijo Mutis tras conocerse la triste noticia. "Era un carácter humano extraordinario", enfatizó Saramago, quien destacó que "Benedetti no guardaba rencor a nadie" y siempre vivió "en positivo". El escritor cubano Miguel Barnet se manifestó "muy dolido" por la muerte de Benedetti, de quien dijo que alcanzó lo que más anhela un escritor, "ser popular", con sus poemas "para enamorar y para la lectura íntima". En Uruguay, las reacciones por su muerte han sido numerosas y extremadamente elogiosas para alguien que consideraba que no había sido profeta en su tierra. Para la escritora uruguaya Mercedes Vigil, el fallecimiento de Benedetti supone la pérdida de "una pluma reveladora y valiente" y deja "un vacío irrecuperable". Hortensia Campanella, autora de la biografía Mario Benedetti. Un mito discretísimo, opinó que en este momento de tristeza hay que sentirse "contentos de que la obra de B­enedetti llegó a su plenitud hace ya algún tiempo" y de que "tanta gente en el mundo puede admirarla y sentirse acompañada por sus versos y por sus palabras". "Sin duda hoy es un día muy triste para los uruguayos, pero tenemos que destacar la intensidad con que vivió Mario y la obra que nos deja", señaló la ministra de Educación y Cultura de Uruguay, María Simón.

Los restos de Benedetti permanecieron durante el día de ayer en el Parlamento y hoy serán sepultados en el Panteón Nacional, en Montevideo.

TRIBUTOS

De La Habana a Buenos Aires

La Casa de las Américas en La Habana rendirá mañana tributo a Benedetti, en la sala Che Guevara, "con una sesión especial de escritores, intelectuales en general y amigos", dijo ayer la embajadora cubana en Uruguay, Mariaelena Ruiz Capote.

En la otra orilla del río de la Plata, la muerte de Benedetti también causó hondo pesar. El secretario argentino de Cultura, José Nun, definió a Benedetti como "un gran escritor, multifacético y un defensor inclaudicable de los derechos humanos y de las causas nobles".

"Benedetti fue un poeta que mantuvo una sonoridad preparada para educar a públicos esperanzados sin que cediera su trabajo sobre las ligaduras estoicas que llevan a meditar sobre la soledad, la muerte y el amor", destacó a su vez el director de la Biblioteca Nacional de Argentina, Horacio González.

Leer un poema de Mario Benedetti "es entrar en el mundo de uno mismo", señalaba ayer el actor argentino Héctor Alterio, que ayer quiso destacar la "sencillez y la originalidad" del autor uruguayo .

19 may 2009 / 03:17
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