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Antón Lamazares: “Parece que tener raíces es algo como ser inútil”

Es uno de los artistas más representativos de la pintura gallega contemporánea. Un poeta que canta a través del pincel y que es capaz de crear poesía sin necesidad de utilizar palabras

El Museo Gaiás acoge Flor Novoneyra, el testamento pictórico de Antón Lamazares, porque según él no es una etapa final sino de lucha y fuego por hacer poesía con la materia, representando una síntesis de su pensamiento. El artista reinterpreta los versos del poeta de O Courel empleando su conocido Alfabeto Delfín, un código inspirado en el abecedario occidental que el pintor bautizó con el nombre de su padre. La exposición supone, así, un diálogo entre pintura y poesía, el encuentro entre el pintor que quería ser poeta, como Lamazares se ha descrito a lo largo de su carrera, con el poeta enamorado de la pintura.

-¿ Suele usar sombrero de felpa o chaqueta de austrohúngaro. La última vez que le entrevistamos le pusimos un agua especial, su copa de whisky ¿Llamar la atención es otra forma de hacer arte?
-Llamar la atención es una forma de seducción. En mi caso hice siempre lo que quise, en el sentido de que soy un chico de aldea. Los chicos de aldea tenemos imaginación. Yo siempre quise ser yo, que es muy importante.

-Qué le parece la definición de Rilke según la cual la infancia es la verdadera patria del hombre.
-Los recuerdos de infancia no sólo forman parte intrínseca de nuestras vidas, sino que han estructurado nuestra personalidad. Antes de Rilke ya decían los antiguos que el niño es el padre del hombre. Cada uno está poseído por su hábitat.

-Toda tu obra es un canto a San Francisco, el canto a los elementos de la madre patria.
-Sí, claro. Patria, matria... la tierra. San Francisco decía hermano sol, hermano luna, hermano enfermedad, hermano lobo, hermano alegría. Curiosamente, Novoneyra, a su manera, habla de estas cosas.

-Las referencias a la niñez, al rural, a su Maceira natal o a la casa en la que creció, son una constante en la trayectoria de Lamazares.
-Parece que tener raíces es algo como ser inútil, parvo, tradicional. Yo pienso lo contrario, tener raíces es grandísimo. Es la única manera de que se armonice el mundo. A mí manera ando por ahí.

-Ojalá esas raíces y esa tierra sigan dando juego. Así lo decía una de sus piezas: “e inda é nova a terra”, versos de Uxío Novoneyra.
-Como él, pienso también que “aínda é nova a Terra” y que todo lo importante que tenemos que decir ya nos lo ha dicho ella.

-¿Flor Novoneyra supone el encuentro del pintor con la poesía del poeta?
-Conocí a Novoneyra en el año 71... creo que fue en el 71. Desde un año antes ya tenía, gracias a Xavier Pousa, mi profesor de dibujo en el instituto do Calvario, en mis manos ‘Os eidos’, poemario considerado una de las cumbres de la Literatura gallega. Para mí fue una conmoción brutal porque ya de pequeño, cinco o seis años, quería ser poeta. Me di cuenta de que Novoneyra hablaba de cosas que tenían que ver con mis sentimientos más hondos. Me marcó profundamente. Me dí cuenta que quería escribir muchas cosas y ya las había escrito Novoneyra. Quise hacer un homenaje a todo eso. Tardé 40 años, 40 largos años. Fue uno de los momentos más felices de mi vida.

-¿Está la poesía por encima de la pintura?
-Sí, claro. La poesía es música, evocación, meditación, aire, sueño, fe, esperanza. Es etérea. La pintura, pesa. La pintura, desgraciadamente, por mucho que quieras evaporarla, pesa. La tienes que poner en una pared... salvo, salvo que seas San Antonio de Padua y hagas pintura predicando a los peces. Miró es un poeta, un gran inspirador del arte contemporáneo. Él es el que atrapa la poesía, el que trata de hacer una pintura poética. Pienso que la mejor manera de hacer poesía es pintando. La poesía es lo más grande que hay en la expresión, pero me parece que tengo más fuerza pintando que con la palabra.

-¿Cuáles podríamos decir que son los referentes artísticos en su obra?
-Rothko, sería mi padre; CasparFriedrich, mi abuelo, etc, etc. Aquí en Galicia mi gente son Laxeiro, Pesqueira, Grandío…

-¿Qué característica destacaríamos en ella?
-Mi fuerza grande en la pintura es el color. Ya lo decía Van Gogh: el pintor del futuro será un gran colorista. Para los pintores venecianos, el color fue un recurso fundamental en la estructura compositiva de la obra. Sin el color, desde luego, no existiría el Formalismo.

-Hace unos años inventó el Alfabeto Delfín, un imaginativo abecedario con el que hoy homenajea a Uxio.
-Lo más grande es la poesía y por eso, he decidido que la pintura esté al lado de la escritura. En los años 90 trabajé con textos escritos en alfabeto latino. No me parecía que pintar en ese alfabeto tuviera el misterio que necesito. Dado que necesitaba este misterio para trabajar con la palabra inventé el alfabeto Delfín, en homenaje a mi padre. Un homenaje al labrador, a la tierra, a la sangre. Juego con la grafía latina, griega y de propia cosecha para conquistar un espacio poético de misterio y de belleza; ensanchar el mensaje estético y pictórico, y en definitiva, crear un alfabeto que responda a mis intereses. Todo eso para producir misterio respecto a esa palabra que canto. Un decir, un verso, poesía, una reflexión, pero que es el corazón del cuadro. Evidentemente, tarde un tiempo en llegar a este punto.

-Qué me dice de ‘Tan antiguo como el mundo’, la pintura de Lamazares hecha cine. Primer largometraje de Nayra y Javier Fuentes, en donde, junto a familiares y amigos, reflexiona en torno a algunas cuestiones decisivas como la espiritualidad, la infancia, el tiempo, la aldea, la memoria o la muerte.
-Es un estudio que ellos hacen en torno a mi trabajo. Soy parte activa en el tema ¿Qué puedo decir? Evidentemente agradecido. Lo importante es lo que piensan los demás. Un cuadro para colgar en la pared y presumir es una bobada. Yo, lo digo con humildad, en mi trabajo tengo que aspirar a otra cosa. No sé si consigo lo que quiero. Si no lo consigo, mala cosa. La evaluación del Arte es diferente para todos y cada uno de nosotros, es una realidad incuestionable.

-Me comentaba que por el mundo adelante, en su muestra del Instituto Cervantes, meditaron delante de sus obras. ¿Es a lo que invita ahora aquí en el Gaiás?
-Da igual que mediten en Damasco o en Compostela. El arte es necesario para todos. No porque un chino medite sobre nosotros es más importante que lo haga uno de Lalín. Creo que es al revés: es más interesante que uno de los nuestros medite sobre nosotros.

-‘Llueve para que yo sueñe’ ¡Qué bonito!
-Sí, pero es más bonito en gallego: ‘Chove para que eu soñe’. Hay uno más bonito, es el lema de nuestra exposición: ‘Nunca eu fun como te amo’. Novoneyra es un poeta amoroso sin igual. Sin igual.
Lamazares, un artista universal, homenajea al poeta de O Courel pintando más de cien obras dedicadas a sentimientos que los dos llevan en su corazón: la Galicia del interior. Ut pictura poesis, pintura y poesía de la mano, en el Museo Gaiás da Cidade da Cultura. Se podrá ver hasta el 12 de septiembre. Cita obligada.

24 jun 2017 / 19:54
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