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{protocolo y ceremonial}

El brindis

    Dado que el verano es época de reencuentros, celebraciones y también la estación del año que concentra mayor número de bodas, Nuria Pereira, en diálogo con José Sixto, vuelve a su encuentro semanal para hablarnos del brindis. Una vez más el lector apreciará que en cuestiones protocolarias todo tiene una explicación lógica y nada es fruto de una razón caprichosa.

    ¿De dónde viene la palabra brindis?

    Viene de la expresión alemana "Bring dir's", que traducido al español significa "yo te lo ofrezco". Esta palabra se introduce en el castellano a partir de 1527, durante el reinado de Carlos V, cuando en respuesta a la liga de Cognac o Clementina contra España decide invadir Roma. En Italia sonaban los gritos de "mueran los españoles" cuando entra en la capital. Tras el asalto para celebrar la victoria alzaron sus copas gritando"Bring dir's".

    ¿Con qué mano se brinda?

    Normalmente con la derecha, salvo que se brinde con un grupo que está situado a la derecha, con lo cual ha de levantarse la mano izquierda para no crear barreras en la comunicación corporal.

    ¿Las copas se chocan o no?

    Aunque siempre digo que cada uno puede adoptar los hábitos o costumbres del lugar, la norma de protocolo internacional es que solo hay que alzar levemente la copa haciendo un gesto positivo recorriendo con la mirada a todos los presentes.

    Así que el contacto visual, ¿se mantiene obligatoriamente?

    Se mantiene siempre el contacto visual, del que tanto hablo en mis clases. La esencia son el contacto visual y el gesto de acogida. Las copas nunca se interpondrán entre las miradas y lo más aconsejable es levantar la copa a la altura de la barbilla o el hombro para dejar visible nuestro rostro.

    ¿De dónde viene, entonces, la connotación negativa de chocar las copas? Siglos atrás era una práctica habitual que los reyes casasen a sus hijas con algún príncipe de un reino vecino. Se organizaba una gran fiesta, se buscaba un poco de veneno, un vaso de vino y, finalmente, la muerte para el padre de la novia, de modo que se aseguraba que la fortuna pasase de unas manos a otras. A raíz de esto el modo de brindar chocando las copas duró poco y, contrariamente a lo que sucede hoy en día, se convirtió en un acto de total desconfianza.

    El choque de las copas tenía como función salpicar algo de liquido dentro de la copa de con quién se brindaba, intentando mezclar el contenido de una copa con la que estaba envenenada. El personal de servicio era entrenado para que sirvieran rápidamente las copas a los invitados y, luego, se alzaba la copa en muestra de confianza y se tomaba un trago, demostrando así que la bebida no tenía veneno.

    18 jul 2012 / 22:29
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