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RESEÑA MUSICAL

“ClasClas”: Festival Internacional de Música de Vilagarcía

    Intensa actividad durante estos días dentro del “Festival ClasClas” que se ofrece en Vilagarcía de Arousa, por distintos enclaves de la villa y que nos da pie a presentar las tres primeras que comenzaron en el Auditorio Municipal, con entrada libre, avanzando cuatro obras en cartel. Mozart por su “Cuarteto para flauta y cuerdas, en Re M. K. 285”, obra que remite al gusto de Meinheim y que para el estudioso A.Einstein, nadie podría imaginar jamás que no fuera compuesto con amor, merced a la frescura de su discurso, su invención desbordante y su continua sabiduría concertante con el acoplamiento de los cuatro instrumentos- se pudo escuchar en la interpretación de Gili Schwarman, Ori Wissner-Levy, Florrie Marshal y Franz Bartolomey-, siguió Robert Schumann, del que se escogió la “Fantasiestuck para clarinete y piano Op. 73”- Chris Grymes y Nadav Katan-, estrenada en Leipzig a comienzos de 1850 y cuyo manuscrito se conserva en la “Biblioteca Nacional de París”. Cada página de la obra, está construida en forma de”lied”. C.Debussy, gracias al impresionismo de la “Sonata para violín y piano en Sol m.”, obra que para H.Halbreich, se puede afirmar que por la armoniosa fusión de los dos instrumentos, iguala los logros de Mozart-G. Braunstein y Denis Kozhukin- completando D. Shostakovich con el “Quinteto con piano en Sol m. Op. 57”, en manos de Mayu Kishima, Jules Zelaia, Mila Krasnyuk, F. Bartolomey y D. Kozhukhin-, obra que el propio autor dio a conocer, como pianista, de talante claramente sombrío, a excepción del “Scherzo”, que rompe con el clima que marca la composición en el resto de sus cuatro tiempos.

    Para hoy, y en el “Salón García”- 12´30 h.-, siguiendo la invitación con entrada libre, dos obras para la matinal. De nuevo Mozart con el “Quinteto de viento con piano en Mi b. M. K. 452”, con Iria Folgado, Dana Barak, Marissa Olegario, Pedro Ribeiro y D. Kozhukhin. Una composición felizmente valorada por Paumgartner, quien dirá de ella: “Todavía hoy sigue constituyendo el más nobles ejemplo de música de cámara para instrumentos de viento. Beethoven lo tuvo evidentemente como modelo cuando compuso su propio “Quinteto Op. 16”, pero no lo superó. Mozart lo realizó a finales de marzo de 1784 y se sitúa en la serie de seis conciertos vieneses para piano, con los que mantiene un parentesco estilístico. Fue escrito en previsión de una gala en beneficio propio, que tendría lugar en el “Teatro de la Corte”, el día 1 de abril de 1784, aunque su ejecución más óptima se daría en una velada primaveral, entre la programación organizada por Döbling, para la familia Ployel.

    F.Mendelssohn con el “Trío para piano, violín y chelo, en Re m. Op. 49”- María Hermida, Sophia Bacelar y Daria Kameneva-, obra a la que dio forma en Frankfurt y que una vez terminada, el autor realizaría una revisión de la parte del piano, motivada por el asesoramiento de F.Hiller. Ya en su primer movimiento “Molto Allegro agitato”, encontramos un romanticismo subido de tono y que para algunos especialistas, ven el arrobamiento atmosférico que Mozart despliega en el “Concierto K. 466”. El “Andante con moto tranquillo”, supone entrar en un estado de ánimo diametralmente opuesto y que vale por una especie de “Romanza sin palabras”. La fantasía sin recato se muestra en el “Scherzo: leggiero e vivace” y el “Finale: Allegro assai appassionato”, es un brillante “Rondó-Sonata”, de ritmo divertido.

    Otros tres autores para el “Pazo de Rubianes- 21 h.-, con invitación a un vino al finalizar la sesión, cortesía del “Pazo de Rubianes”, también para el domingo. Hugo Wolf con la “Sonata Italiana”- G. Schwarzman, Clara-Jumi Kang, Deanna Anderson y Mon-Puo Lee-, una obra que, en su original, se conocía como “Serenata, en Sol M.” y que fue publicada por Max Reger, pieza que sabrá llevar a buen puerto el encanto logrado con el “Intermezzo”, del que viene siendo su continuación. R. Schumann y las “Tres romanzas Op.94” (versión para flauta y cuerdas de G.Braunstein)- J. Cernadasm C. Mª Stangorra, Mª Hamela, H. Cámara, Ivan Sendetsky y Mª Krykov-, composición en principio para oboe y piano, y cuyos tres movimientos resultan ilustrativos: “Nicht schnell” (No rápido); “Einfach, innig” (Simple, íntimo) y “Nicht schell”, para enlazar con el primero.

    J.Brahms en una obra ilustre, el “Quinteto con clarinete en Si m. Op. 115”- C- Grymes, G.Braunstein, Ori Wissner- Levy, Diemut Poppen y F. Bartolomey-, una obra inspirada por el clarinetista Richard Mühlfeld y a la que siempre le han llovido bendiciones. Para Vignal, aunque el quinteto lance una mirada al anochecer de una vida, está no obstante impregnado, en su melancolía, de una luz reconfortante”. En Viena, a comienzos de 1892, fue interpretado por el prestigiado clarinetista Steiner, acompañado por el “Cuarteto Rosé”, con repetición quince días después, ante un público entregado.

    El lunes día 2, y en la “Igrexa do Convento de Vista Alegre”- 21 h.-, tres obras de empaque. La “Suite Italiana” de Igor Stravisnsky -Vira Zuhk y Mariam Verdzelashvili-, curiosamente recién grabada por la “OSG” con Dima Slobodeniouk, en un registro dedicado a las obras para violín del ruso, con Ilya Gringolts y el pianista Peter Laul. Una obra que nos traslada a otra tres, que muestran numerosas diferencias. La transcripción realizada por Dishkin, en 1934, será la que se quede el beneficio, aunque la revisión de Kochansnki, gana en virtuosismo y brillantez. Abundan en el ruso las obras camerísticas que fueron ganando espacio, por su interés y resultados, entre los intérpretes y los aficionados.

    Chaikovski con el “Souvenir de Florence en Re m.Op 70”- G.Braunstein, Clara- Jumi Kang, D.Poppen, Raquel de Benito, F. Bartolomey y I. Sendetskly-, obra para sexteto de cuerdas, y nacida al tiempo que su ballet “La bella durmiente del bosque” y su ópera “La dama de picas”. Fue un trabajo agotador e intenso que abordó con premura, para una plantilla de dos violines, dos violas y dos chelos. Fue una encarecida dedicatoria a su estimada protectora Nadedja von Meck, aunque en principio estaba destinada a la “Sociedad de Música de Cámara Rusa”. Solo tuvo en principio una ejecución privada en 1890, para recibir una atenta revisión, antes del estreno público en 1892, en San Petersburgo. Samuel Barber en otra obra de encargo “Summer Music for Wind Quinet Op. 31”- G. Schwarzman, I.Folgado, C.Grymes y Marissa Olegario-, obra nacida al amparo de la formación de cámara de la orquesta de Detroit en 1953, y para un orgánico de 3 instrumentos de viento, 3 de cuerda y piano. La mediación de John Barrows, convirtió el trabajo en una obra para quinteto y miembros del “New York Woodwind Quintet”, lo estrenaron. Fueron el flautista James Pellente, el oboísta Arno Manotti, el clarinetista Albert Luconi, el fagotista C. Sirard y el trompa Ray Alonge.

    30 jun 2018 / 23:04
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