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Condenan a un confitero coruñés por 'fusilar' las Pedras de Santiago

El juzgado nº1 de lo Penal de la ciudad herculina considera que el dueño de La Gran Antilla y La Jijonenca es autor de un delito contra la propiedad industrial

El empresario compostelano Emilio Santasmarinas, propietario de la empresa Sancosa, que comercializa las archiconocidas y riquísimas Pedras de Santiago, está de enhorabuena, ya que acaba de ganar un juicio contra José Antonio Cerdido por vender en sus establecimientos de A Coruña, La Gran Antilla y La Jijonenca, copias casi exactas de estos conocidos bombones.

El fallo del juzgado de lo Penal número 1 de A Coruña, al que ha tenido acceso EL CORREO, condena a José Antonio Cerdido "como autor de un delito contra la propiedad industrial, a la pena de cuatro meses de prisión", y también a pagar "240 cuotas de multa, a razón de 9 euros por cuota", lo que supone un total de 3.240 euros. Además, Cerdido también tendrá que hacer frente "al pago de las costas causadas, incluidas las de la acusación particular".

En el fallo se establece, además, que "José Antonio Cerdido indemnizará a Emilio Santasmarinas en la suma que se determine en ejecución de sentencia como importe de los perjuicios causados por la indebida comercialización de Pedras de Santiago que se hicieron en La Gran Antilla y La Jijonenca".

El magistrado del juzgado de lo Penal nº 1 entiende que el acusado es autor de un delito contra la propiedad industrial por haber comercializado "con idéntico nombre" unos dulces que estaban registrados a nombre del demandante. Señala el juez que la composición de unos y otros era similar, así como su apariencia externa.

La sentencia recuerda, que el acusado conocía la existencia de los bombones elaborados por Sancosa, puesto que los había vendido anteriormente, y que pese a ello "no dudó en aprovecharse del prestigio alcanzado en el mercado por los elaborados" en Sancosa, que también fabrica las Piedras de Hércules y las Piedras de Covadonga.

Comercialización a granel

El fallo judicial considera probado que José Antonio Cerdido puso a la venta en octubre de 2001 en sus confiterías unos dulces hechos de chocolate y avellanas a los que llamó Pedras de Santiago o Piedras de Santiago, según el escaparate, tal y como hizo constar en los carteles que colocó al lado de los productos. La venta se realizaba a granel, mientras que los bombones elaborados por Sancosa, que recibían el mismo nombre, se comercializaban en una caja rectangular en la que aparecía impresa la denominación de la marca con la leyenda "bombón artesán" y un dibujo de la Catedral de Santiago.

En octubre de 2001, el denunciante les comunicó a los encargados de las confiterías, a través de un notario, que la marca Pedra o Piedras de Santiago estaba registrada y les advirtió que presentaría un querella si no dejaban de vender dulces con el mismo nombre y similar apariencia. A pesar de ello, tal y como constató un notario, La Jijonenca y la Gran Antilla siguieron vendiendo estos productos.

La defensa intentó argumentar que no tenía conocimiento de la fabricación y comercialización de los bombones, ya que se dedicaba en exclusiva a la gestión de cafeterías, pero no de la sección de confitería. Según explicó el imputado en la vista oral, eran sus tías quienes se encargaban de la dirección comercial de las pastelerías, lo que provocó que desconociese que estaba vendiendo unos bombones con el nombre de Piedras de Santiago.

local@elcorreogallego.es


 

No escarmientan. La confitería La Gran Antilla mostraba ayer en su escaparate los bombones Piedras del Camino, con un sospechoso parecido a las Piedras de Santiago, que comercializa Sancosa. Parece que han optado por variar el nombre de los bombones ligeramente para evitar problemas con la justicia.

 

 

 

LAS CLAVES

El acusado actuaba "a sabiendas"

·· Además, el juez considera que los bombones que se vendían en La Gran Antilla y en La Jijonenca "han sido fundamentalmente imitados, utilizando la marca de Pedras de Santiago o Piedras de Santiago, conculcando con ello los derechos de propiedad industrial de Sancosa". También incide en que José Antonio Cerdido " lo hacía a sabiendas de tal falsedad".

Empleaba dibujos muy similares

·· También se considera en el texto "que el acusado era perfectamente consciente de que fabricaba, estaba poseyendo y vendía productos, bombones en este caso, con signos distintos falsos confundibles aparentemente con los signos distintos auténticos registrados". La versión de la defensa no resultó creíble para el titular del juzgado nº 1 de lo Penal .

Se aprovechó del prestigio de Sancosa

·· En la sentencia condenatoria se deja claro que "el acusado era perfectamente conocedor de la previa comercialización con idéntico nombre de los dulces registrados a nombre de Emilio Santasmarinas, ya que los había vendido con anterioridad, pero pese a ello, no dudó en aprovecharse del prestigio alcanzado en el mercado por los elaborados por Sancosa".

Detallada y cuidada presentación

·· En el apartado de hechos probados de la sentencia queda constatado que "la comercialización", de los bombones de Sancosa "se llevaba a cabo con una detallada y cuidada presentación, y un limitado número de unidades en cada paquete", mientras que en las pastelerías La Jijonenca y en La Gran Antilla los dulces se vendían a granel.

21 nov 2009 / 22:39
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