Consternación en el Celta por la muerte de Carlos Pérez

El celtismo ha sufrido una honda consternación por el fallecimiento, el pasado miércoles, del ex jugador del conjunto olívico, Carlos Pérez, que contaba con 35 años de edad. Carlos, como así se lo conocía como jugador de fútbol, murió tras un accidente doméstico en su casa de Camiño Pombal, en la parroquia de Vilariño (Nigrán).

Al parecer, el jugador estaba tumbado en una hamaca sostenida por dos columnas de piedra cuando al menos uno de los soportes cedió y cayó sobre el infortunado ex jugador, causándole la muerte.

La noticia es, si cabe, más trágica si se tiene en cuenta que Carlos estaba pasando unos días de vacaciones en compañía de su familia, en la que se incluyen dos niños de corta edad que estaban presentes en el momento del accidente.

El cadáver del jugador fue trasladado al tanatorio de Pereiró, donde de permaneció durante todo el día de ayer antes de que se procediese al funeral y posterior incineración del cuerpo.

Jugador de una innegable clase, Carlos formó parte del Celta de Vigo durante quince temporadas, seis de las cuales formó parte del primer equipo del club, con el que jugó casi una cincuentena de partidos. También jugó a lo largo de su carrera en los equipos del Almería y el Ourense, equipo en el que, al terminar esta temporada, había decidido colgar las botas.

Entre los objetivos de Carlos, que llegó a ser internacional Sub-21 y brilló en su paso por el fútbol portugués, en el Chaves y el Vitoria Guimaraes, estaba convertirse en entrenador. Algo que ya no será posible tras el lamentable suceso. Descanse en paz.