La defensa: una lección todavía por repasar

Fue lapidario Moncho Fernández en su reflexión tras la derrota, dura, hiriente en lo anímico, frente al Casademont Zaragoza (96-64). "Ya estamos en competición, ya no hay tiempo para esas cosas. Evidentemente, las plantillas tienen que mejorar y conjuntarse, pero todo el mundo ya está compitiendo. Todo el mundo ha tenido los mismos tiempos o quizás menos, porque nosotros hemos sido uno de los que más ha tenido. Hay cosas que es mejor que te pasen en la jornada 2, para aprender de ellas, pero aprender de esta manera resulta duro y difícil".

Apremia el entrenador del Monbus Obradoiro a poner en práctica los conceptos, los mecanismos y los roles expuestos, practicados y repetidos hasta la saciedad en esta pretemporada. Inviable debe ser ya ver a jugadores dirigiendo a compañeros en los sistemas de juego sobre el parqué o lagunas defensivas (el domingo océanos) que faciliten acciones de tiro tan cómodas como las que disfrutaron en el Príncipe Felipe hombres como Radovic o Jonathan Barreiro, a quienes les dio tiempo de armar el triple y dedicar la canasta, casi antes de anotarla, a sus familiares y amigos de la grada. La fortaleza defensiva, el construir el muro atrás que dé alas para recrearse delante, fue en su día santo y seña del Obra de Moncho Fernández y recuperar esa contundencia sin duda es el mejor camino para evitar sustos como los del pasado curso.

Colista, ya es el Monbus el conjunto de la Liga Endesa 2019/20 que más puntos encaja (94 de media) y el que posee el peor diferencial (-38), un mal endémico que arrastra desde el curso pasado cuando pese a ocupar la 15.ª plaza al final del campeonato fue el cuarto en el ranquin de puntos recibidos (83 de media) por delante solo del descendido Breogán (84,3), del Estudiantes (87,6) y del Fuenlabrada (88,8).