Detrás de la estela de Araño
El monumento funerario descubierto en Rianxo está en Pontevedra // Varios documentos revelan el conflicto que hubo por su custodia
Esquemática, de formas simples y trazos elementales, la figura humana de la estela funeraria de Araño, vestigio de la ocupación romana en Galicia, continúa en el anonimato. Está tallada en la parte superior de los 2,43 metros de granito del monumento, sobre una doble arquería y una inscripción apenas legible a día de hoy. Los estudiosos de la obra no llegan a una conclusión: los pequeños círculos en relieve de su pecho podrían indicar que es una mujer, pero un vistazo general hace pensar que se trata de un hombre; por otro lado, podría estar portando una piedra, un saco con grano o una caja de herramientas. Sea como fuere, la efigie es, probablemente, una representación del fallecido.
Desconocemos su identidad, pero diferentes documentos conservados, en su mayor parte cartas, han dejado constancia de la historia que se tejió en torno a esta sepultura de inhumación romana, plagada de sombras a causa de la codicia que la pieza despertó en unos y otros por su custodia. En base a la correspondencia entre las partes interesadas, el profesor Carlos Santos Fernández ha construido el relato de los episodios que se sucedieron tras la aparición de la estela de Araño.
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