El pintor Xaime Quessada muere a los 70 años en su casa de Ourense

El pintor Xaime Quesada Porto falleció ayer en su casa de Ourense, víctima de una larga y penosa enfermedad que finalmente acabó con su vida a los 70 años de edad. Conocido artísticamente como Xaime Quessada, era padre del también pintor Xaime Quesada Blanco, quien murió el año pasado repentinamente a los treinta años.

Quessada nació en Ourense en 1937 y con 19 años ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Es uno de los artistas gallegos de mayor proyección, por lo que recibió en 2004 la Medalla Castelao.

Su obra se encuentra en museos y salas de diferentes continentes, desde el Museo de Stuttgart y el Nacional de Arte Moderno de México, hasta el Museo do Pobo Galego, en Santiago, y el de Arte Contemporáneo de Madrid, o el de La Habana.

Como artista trabajaba diversas técnicas, desde el óleo, a la acuarela, o el grabado, siendo a un tiempo figurativo y abstracto, impresionista y expresionista. Además, escribió varios libros, entre los que destacan Lucenza y El recristro de Baraña.

Recibió la Medalla de Oro de las Escuelas Nacionales de Bellas Artes-Pensionados Paular en 1959, año en el que fue distinguido con el Premio Fenorella. También fue galardonado con la Tercera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes de Barcelona en 1960, y cuatro años después con la de Medalla de Plata de la Ciudad de A Coruña.

Su larga trayectoria de exposiciones se inicia en 1960 y abarca los cinco continentes. Dos años después se trasladó a París, donde estudió grabado, una especialidad en la que era maestro consumado y en la que editó varias carpetas. En los años 70 dio el salto a América y en los 80 inicia, por encargo de la Unesco, la ilustración de una edición políglota de El Quijote. Ya en la década de los noventa, también se puso a diseñar el vestuario de diferentes obras de teatro.

El escultor Acisclo Manzano aseguró ayer que su "gran amigo" Quessada era "un hombre sabio y un gran pintor, que te decía las verdades a la cara, y después te daba el gran abrazo", y reconoció que dejó el mundo de la poesía en sus años jóvenes por "su recomendación".

"Vivimos cosas que sólo él y yo sabemos. Nos conocíamos desde niños y nos unió el arte, la política, la amistad y las confidencias, pero también las riñas y las broncas", puntualizó.

Manzano dijo que tuvo un encuentro con su amigo pintor hace sólo tres días, "y hablamos de hacer unos trabajos entre él y yo para retomar el espíritu de O volter, que en su día fue vanguardia artística de Galicia.

Recordó que cuando vio a Quessada, éste le comentó que estaba en "plena bronquitis de invierno", que para Manzano era un padecimiento crónico.

Conoció a su amigo en los 50. "Éramos vecinos de barrio. Él vivía de la plaza Mayor para arriba y yo de la plaza Mayor para abajo", y dijo que cuando le vio "estaba pintando en la fuente de As Burgas". Ambos compartieron exposiciones por Europa y en América, y el Parlamento de Galicia y otras instituciones conservan importante obra de ambos.

"Él no se fue. Siempre decía que era inmortal y yo creo en su inmortalidad, aunque ¡qué coño...!, está claro que me dejó tirado aquí", concluyó Manzano.

Entierro hoy en O Carballiño

Quessada recibirá sepultura hoy en el cementerio de Señorín, de O Carballiño, en el que fue enterrado su hijo en junio de 2006, informaron fuentes familiares.

Cuando el féretro llegó al tanatorio de Santa Mariña ya lo esperaban sus amigos, entre ellos Acisclo Manzano, aunque fue constante la presencia de amigos y personas de los ámbitos cultural y político.

El féretro saldrá hoy del tanatorio de Santa Mariña a las 16.30 horas y será trasladado hasta el cementerio de Señorín.