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Ni los elementos pueden con los 100 km del Barbanza

Una noche invernal con lluvia, viento y niebla intensa sobre Iroite y A Curota no impidió que se hicieran tiempos excepcionales// La prueba estuvo a punto de ser suspendida// Fran Vilasoa y Concha Alcalde, los más rápidos

"Yo envié a mis naves a luchar contra los hombres, no contra los elementos". Atribuyen a Felipe II esta frase cuando se enteró del desastre de su armada invencible que pretendía acabar con la flota inglesa. Durante la madrugada del sábado al domingo, entre las 02,00 y las 06.00 horas se desató sobre los montes Iroite y A Curota, en el corazón de la serra do Barbanza, una auténtica tormenta perfecta con vientos que por momentos superaron los 60 kilómetros hora, lluvias de intensidad que dejaron más de 20 litros por metros cuadrado y una intensa y helada niebla que todo lo cubría e impedía la visibilidad más allá de un par de metros.

A esas horas transitaban por la zona los aventureros que se habían enrolado en la sexta edición de la ultraandaina 100 kilómetros del Barbanza. Los participantes habían dejado atrás el control de avituallamiento donde se había detenido a cenar (48.000 metros llevaban en sus piernas) y se disponía a cubrir la zona más dura del trayecto entre los kilómetros 68 y 82.

Y fue precisamente allí donde descargaron con fuerza los elementos. Era noche cerrada y las señales luminosas que marcaban el recorrido no servían prácticamente para nada dada la niebla tan intensa que todo lo impregnaba. Las señales de alarma empezaron a saltar en el centro de operación de Xaíño Méndez, director deportivo de la prueba. Los chips con GPS marcaban a los deportistas que no iban por el camino correcto y empezó un rosario de abandonos sobre todo entre los corredores (que iban con uniformes más ligeros).

Los organizadores no daban abasto evacuando a los que se iban retirando y atendiendo a aquellos en los que la humedad hacía más mella. Por momentos, los responsables de los ITBS se plantearon suspender la prueba para evitar que pudiera producirse un grave accidente. En los controles de paso de Moimenta (kilómetro 72), A Graña (80) y Curro (88) se consultaba con los participantes y se les advertía de los peligros. Hubo zonas en las que la alternativa era transitar por carretera (como la bajada de A Curota hacia Moldes). Fueron muy pocos los superhombres y supermujeres que decidieron abandonar. Todos coincidían: Llegamos hasta aquí y vamos a seguir hasta el final. Y vaya si lo hicieron.

Todos los que habían estado en ediciones anteriores batieron sus marcas de largo y el primero en cruzar la línea de meta, José Francisco Vilasoa, paró el crono en 10 horas, 41 minutos y 40 segundos. Una auténtica barbaridad, dadas las difíciles condiciones por las que habían atravesado y todos los problemas que tuvieron que superar los participantes. De los 277 inscritos, tomaron la salida 253, acabaron 182 y se retiraron 71 (un 28 por ciento).

La primera mujer en llegar a meta fue Concha Alcalde, de Rianxo. Batió el récord con un tiempo de 16 horas, 20 minutos y 30 segundos. Eran las seis de la madrugada y el frente atlántico ya había descargado su lluvia y frenado la fuerza del viento. La niebla, que seguía intensa, ya solo era un pequeño inconveniente para estos aventureros capaces de desafiar a los elementos y derrotarlos. Como ocurrió este fin de semana en los 100 kilómetros del Barbanza.

23 jun 2019 / 21:40
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