La entrevista de trabajo
Con los tiempos que corren las entrevistas de trabajo se han convertido en una prueba más dura y a la que acuden cada vez más candidatos. La directora del Instituto Europeo Campus Stellae, Nuria Pereira, nos da pautas y consejos sobre cómo enfrentarnos a una.
-Nuria, en encuentros anteriores recalcabas la importancia del lenguaje corporal, ¿básico en las entrevistas?
El lenguaje corporal es un aspecto esencial, ya que permite conocer nuestra personalidad. Aunque en la mayoría de los países los gestos son comunes, si vamos a una entrevista en un país que no es el nuestro nos informaremos de qué gestos pueden ser ofensivos. Con el cuerpo podemos fingir algunos, pero otros no; el movimiento de las cejas, el tamaño de la pupila o la forma de reír son innatos e imposibles de controlar.
-¿Y con respecto a la mirada?
El contacto visual es la forma más sutil de la comunicación y no se debe mirar de forma demasiado fija, ya que puede considerarse una agresión o un signo de atracción. Lo mejor es mantener un contacto visual que cada cuatro segundos se interrumpa. Esta intensidad del contacto varía entre la cultura occidental y la oriental, al igual que la proxenia o distancia que mantenemos entre las personas, es decir, a mayor contacto visual la distancia se reduce y a menor contacto visual la distancia será mayor. En la cultura japonesa la distancia llega a ser de hasta metro y medio y el contacto visual casi inexistente, sobre todo entre hombres y mujeres.
-Ha llegado mi hora. Me avisan, me levanto, ¿cómo me ayudará el lenguaje corporal a conseguir un buen resultado?
Lo primero que deberás tener en cuenta es que la postura corporal del tórax, los brazos y las piernas será lo más visible. Cuando te llamen camina de manera erguida mostrando confianza y seguridad. Saluda mejor con autopresentación y estrecha la mano relajadamente y con firmeza, pero sin ser brusco y que dure al menos dos segundos. Una vez en la sala, toma asiento de manera erguida -que no tiesa- y natural, dobla las piernas y evita movimientos rítmicos. Apoya las manos sobre las piernas o sobre el reposabrazos. Si la mesa fuese de reuniones, las manos siempre deberán estar visibles. Mantén la mirada mostrando interés e inclinando ligeramente la cabeza hacia la derecha (no hacia la izquierda) y sonriendo de vez en cuando o asintiendo para enfatizar aspectos. Despídete agradeciendo el tiempo empleado y con un apretón de manos cálido.
-¿Algún consejo con respecto a la vestimenta?
En mi opinión, el uso sistemático de traje para chicos que no están acostumbrados puede perjudicar, ya que muchos se agobian con la corbata y la chaqueta, aumentando así todos los síntomas del estrés. El consejo es que el protocolo es la sencillez y la naturalidad, acompañados de una dosis de respeto por todos y todo lo que nos rodea.
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