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juan luis amigo ferreiro, juanito, Futbolista del Sigüeiro

"Cuando era más joven no imaginaba para nada jugar al fútbol a esta edad"

    Juan Luis Amigo Ferreiro, Juanito, habla largo y tendido de fútbol. Tiene bases sólidas, ha sido testigo presencial: habla de ascensos, de descensos, de promociones, de impagos; del Dépor de Asensio, Bebeto y Mauro; del Compostela con el que creció y al que vio morir; del Racing de Ferrol en el que jugó en tres etapas; de un gol para eliminar al Barça de la Copa en el Camp Nou; de Primera, Segunda, Segunda B, Tercera; y de Preferente, la categoría en la que se apunta para jugar la temporada que viene en el equipo de su pueblo, su querido Sigüeiro. Juanito habla: de la mano de la ilusión, ese compañero mágico, cuenta la historia de su vida ligada al fútbol. Medio siglo de vida y, casi, de fútbol: cumplirá 50 años en diciembre. Es una leyenda.


    Como Simeone, partido a partido; usted, año a año.


    Sí, estas últimas temporadas fue así: ver cómo fue la temporada a nivel de sensaciones, de molestias, de lesiones, y tomar la decisión, hablando con la directiva y con el entrenador, en este caso.


    ¿No asusta verse jugando en Preferente con 50 años?


    A ver, a mí me ilusiona, más que otra cosa. Después, cómo me vaya a encontrar... pues no lo sé. Pero bueno, tengo mucha ilusión por esta nueva temporada y esperemos que a nivel de lesiones y de molestias me encuentre bien.


    La pasada temporada tuvo una fase con problemas de lesiones…


    Todos los años tengo problemas en el tendón de Aquiles, porque la superficie de juego es muy dura (hierba artificial). Pero bueno, más o menos voy tirando año a año.


    ¿Se considera usted de Santiago o de Sigüeiro?


    Mi sentimiento es de Sigüeiro. Nací en el hospital de Santiago, y a Santiago además me une muchísimo porque también estudié allí, jugué en el Compostela desde juveniles y es mi ciudad de referencia. Pero me considero de Sigüeiro.


    Ha jugado en el Sigüeiro las últimas seis temporadas. ¿Lo hace por amor al club, por cariño?


    Yo empecé con quince años en el Sigüeiro, y siempre tenía en mente volver a jugar en este equipo. Tuve la oportunidad hace seis años, y la verdad, creo que en cualquier otro club no hubiera seguido jugando hasta tener tanta edad. El hecho de que sea el Sigüeiro, el equipo de mi pueblo, es una motivación extra y lo que ayuda a seguir.


    Su carrera: en juveniles ya estaba en el Compostela (Liga Gallega).


    Empecé a jugar con Cea, con Ochoa, con Juan, con Viqueira, Ruiz, Cota… esa generación, estudiantes que estaban en Santiago.


    En la 89-90, ya en el primer equipo de la SD, logra subir a Segunda B. Y en julio de 1991, aquella tarde mágica: dos goles de Ochoa, uno de Juanito, 3-1 al Badajoz en Santa Isabel... y ascenso a Segunda.


    Ese día queda ahí para el recuerdo, es uno de los mejores días de mi vida en cuanto al fútbol. Éramos un grupo de amigos que veníamos de ascender desde Tercera, con Fernando Santos, y llegamos hasta Segunda: era entrar de lleno en el fútbol profesional. Yo era muy joven entonces, y esos primeros años son los que más te ilusionan y después te acuerdas con más cariño. Tenía 21 años.


    Y con su cara de ‘baby-killer’, de niño que mata con goles, aparece en una multitudinaria presentación (más de diez mil personas) en Riazor junto a Bebeto y a Arsenio.


    Marché del Compos para el Dépor, fui uno de los primeros fichajes porque el Dépor aún no sabía si iba a jugar en Primera o en Segunda, estaba jugando la promoción por la permanencia contra el Betis. Al fnal se salvó y después fue cuando vinieron los demás fichajes: Bebeto, Mauro Silva... Tuve la suerte de hacer la presentación con Bebeto; fue espectacular, con mucha gente en la grada.


    Vivió el SuperDépor a tope.

    Sí, con Bebeto y Mauro Silva, y otros, fue un salto de calidad tremendo. Era una plantilla muy buena. La temporada 1992-93 fue buenísima y a partir de ahí fue cuando consiguió todos los éxitos.


    Pero era muy complicado jugar. Usted tuvo pocas oportunidades.


    Llegué a debutar, jugué un partido… pero sí, era complicado: convocatorias de 16 jugadores, prácticamente no hubo lesiones en todo el año, el equipo era casi siempre el mismo, se sabía de memoria y era muy complicado entrar. Pero la experiencia fue muy buena: el equipo estuvo arriba.


    En la 1993-94 lo ceden al Betis. Otro momento a retener para siempre: su gol en el Camp Nou para eliminar al Barça en la Copa.


    Cuando llegué al Betis creo que el equipo iba sexto, o así. Empezamos a remontar en la Liga, y en la Copa fuimos pasando eliminatorias. Fue muy bonito también ese año, y ese momento del gol al Barcelona: habíamos empatado 0-0 en Sevilla y en el Camp Nou ganamos 0-1; mi gol tuvo mucha repercusión y fue un día especial. Pasamos a semifinales contra el Zaragoza, que nos eliminó y después le ganó la final al Celta… y al año siguiente, la Recopa al Arsenal con el gol de Nayim. Tenían un equipazo.


    Acaba en el Betis, que asciende a Primera. Pero no sigue.


    El Betis me hacía un contrato de tres años. Pero el Dépor pidió una cantidad y no hubo acuerdo. El caso es que, una vez en A Coruña, curiosamente no me dejaron hacer la pretemporada, me dijeron que no contaban conmigo… cosas del fútbol. Eso me lo dijeron en julio, surgió la oportunidad de que fuera al Racing de Ferrol y no lo dudé.


    Su primera etapa en el Racing la abre quedando el equipo campeón de Segunda B, aunque no subió.


    Fueron dos años (94-95 y 95-96) en los que jugamos la fase de ascenso pero no tuvimos la suerte de ascender, aunque teníamos muy buen equipo. No era como ahora, que el que queda primero en la Liga tiene una pequeña ventaja en la fase de ascenso: entonces los cuatro primeros jugaban la liguilla, grupo, seis partidos y subía el primero. En la última jornada jugábamos con el Beasain, pero empatamos a uno y no subimos. El segundo año, otra vez jugamos la fase.


    Se va al Mérida, a Segunda. La mejor etapa del club: campeón.


    Ese año fue muy bueno: el equipo, que acababa de descender desde Primera, estaba hecho para volver allí. Empezamos la temporada con Kresic en el banquillo, lo destituyeron y llegó D’Alessandro. Ascendimos, yo jugué sobre todo en la última fase de la liga. Mérida es una ciudad pequeña, el ambiente en la plantilla era buenísimo, todas las semanas hacíamos churrascadas… muy familiar.


    Ascenso, pero usted no sigue.


    Había firmado un año y el Mérida tenía la opción de renovarme. De hecho lo hicieron y… me pasó un poco lo del año del Dépor, ya en la pretemporada me comunican que no contaba. Cosas que pasan en el fútbol y a las que a veces no les encuentras explicación.


    Pues al Levante, de nuevo en Segunda División.


    Fue una experiencia bastante mala: un año muy complicado, con cinco cambios de entrenador, el equipo siempre en los puestos de abajo, el ambiente en el vestuario regular, jugadores de muchas nacionalidades… al final acabó descendiendo. Yo antes de acabar la temporada me había marchado al Racing, a intentar jugar la fase de ascenso de Segunda B a Segunda, pero no nos metimos.


    Más. A Toledo, dos temporadas más en Segunda.


    El primer año allí fue buenísimo, a falta de tres jornadas estábamos e zona de ascenso directo; no fuimos capaces de lograrlo pero fue un año muy bueno. En el segundo llegaron los problemas económicos, se deshizo la plantilla y se hizo otra mucho más joven… al final, descenso.


    Y, albricias, regreso al origen: al Compos, en Segunda (2000-01).


    Yo tenía entonces 30 años, me ofrecieron la posibilidad de firmar por tres años y no lo dudé: tres temporadas, a esa edad, volver a casa y con el equipo en Segunda División… volví con muchísima ilusión. Estaban Sion, Gudelj, Fabiano, habían fichado Nando, Antonio Díaz, Adriano…


    Fueron años duros, marcados por los problemas económicos…


    Sí, fueron años complicados a nivel económico que acabaron afectando al deportivo. Estuvimos una semana encerrados en San Lázaro, nos traía la comida AFE… situaciones desagradables, y acabamos descendiendo en la última jornada en Elche: íbamos ganando 0-2… pero bueno. Lo mejor fue que al año siguiente logramos el regreso a Segunda. Con Luis Ángel Duque de entrenador.


    Con Maikel, que llegó mediado el curso. Marcó goles clave… algunos servidos por Juanito.


    Sí, fue muy importante. Tener un jugador así, una referencia así ahí arriba, y que esté acertado ante el gol... ese año quizás era la pieza que faltaba, y al final nos ayudó muchísimo. Aquel Compos tenía gente veterana y sabía competir muy bien. Eso fue decisivo en la liguilla ante equipos como el Barça B, que tenía muchísima calidad pero era joven.


    Al año siguiente, de nuevo problemas económicos, impagos.


    Hicimos una temporada buenísima, a pesar de todo. Acabamos novenos, otra vez con Duque de entrenador. Pero a final de temporada fue cuando se descendió por cuestiones económicas.


    Y Juanito vuelve a otra casa.


    Yo empecé la pretemporada con el Compostela, pero no tenía contrato: estaba todo en el aire. Y cuando se consumó todo, no tuve más remedio que buscar equipo y me fui al Racing. En mi primer año al fin conseguí el ascenso, y después estuve otras dos temporadas en Segunda, aunque en la última, la 2005-06, descendimos.


    Usted puede contar de todo: ascensos, descensos, categorías…


    Claro, en tantas temporadas hay de todo. Y cuando estás en equipos que están hechos para tratar de mantener la categoría, es normal que unos años te toque conseguir el objetivo y otros años no, es lo lógico. En el fútbol te va unas veces bien y otras, no tanto.


    Ahí termina su etapa en el fútbol profesional.


    Tenía 36 años cuando salí del Racing. Tuve ofertas: de Segunda B, de Tercera. Pero con mi mujer, Conchi, decidimos no movernos ya, y como ya estábamos viviendo en Narón, decidimos quedarnos y jugar en el Narón Balompié, en Tercera. No me arrepiento: fueron años muy buenos, hice un montón de amistades, gente que sigue estando en mi vida.


    Juega allí siete años. Y llega la vuelta al Sigüeiro. El pasado curso fue duro, con Fisterra y Flavia...


    Nosotros ganábamos los partidos pero había otros dos que también: no hubo descanso en todo el año y cada partido era una final, no te podías relajar. Al final tuvimos la suerte de jugar la promoción y ascender.


    ¿Qué nivel espera de su reencuentro con la Preferente?


    Pues no sé, después de seis años en Primera… en Preferente sólo jugué un año, con el Narón (ascendimos junto al Compos) y no sé qué nivel habrá, supongo que será como los partidos duros de este año. La exigencia es grande, pero creo que podremos competir.


    ¿Con Juanito por la banda?


    Este año empecé jugando de extremo, pero cambiamos el sistema, pasamos a jugar con tres centrales y carrileros y ahí por la banda me cuesta un poco más… se hace lo que se puede.


    Cumplirá 50 años jugando en Preferente. Es un récord.


    No sé si es un récord o no. Yo voy año a año, no me planteo más; aunque a veces te paras a pensar y… cuando era más joven no me imaginaba para nada el fútbol a esta edad. Pero como me voy encontrando bien y la gente de Sigüeiro me anima a que siga...


    Cuando ve el fútbol de cuando usted empezó y el de ahora… usted no cobraba millones de euros.


    (risas) La verdad es que no, la diferencia es abismal. A veces me parece un poco exagerado todo pero supongo que al final es la ley de la oferta y la demanda. No me planteo si jugué en la época equivocada, jugué cuando jugué y punto.


    ¿Piensa en ser entrenador?


    Sólo tengo el curso de monitor, que me sirve para entrenar en el fútbol base. No me veo con carácter para lidiar con un equipo grande, la verdad.


    Lo suyo no pasa todos los días…


    A mí me gusta, me encuentro bien… y la ilusión es la clave, mueve montañas. Supongo que la genética que me dieron mis padres ayudará, todo sumará, pero lo que más mueve es la ilusión.

    14 jul 2019 / 21:15
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