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La Escolanía de la Catedral se remonta al s. XII

Con ocho siglos de historia, la agrupación siempre centró su atención en la formación musical de los jóvenes // La coral se reanudó en 2008 gracias al Cabildo

    En el año 2008 se refundó en Compostela la llamada Escolanía de la Catedral de Santiago, una coral infantil con muchos siglos de historia y cuya función principal sigue siendo solemnizar las ceremonias de la Catedral. Así lo explica un extenso reportaje escrito por el actual director de la formación, José Luis Vázquez López, y publicado en el número 3 de la Revista Catedral de Santiago.

    El director empieza su texto haciendo referencia a los primeros cánticos que sonaron en las eucaristías del mundo cristiano, destacando la labor de S. Gregorio Magno, a quien se le recordaría a lo largo de la historia por dar nombre a los Cantos Gregorianos. Sin embargo, para encontrar las primeras relaciones de la Catedral con este coro infantil, hay que esperar hasta el S XII, cuando un grupo de menores que participaban activamente en los actos litúrgicos, formaron la Capilla de Música.

    Con la integración de nuevos intérpretes e instrumentistas a este grupo, acabó siendo necesaria una figura que se encargase no solo de la administración de la agrupación, sino también del cuidado de los propios integrantes, que poco a poco iban ganando más relevancia dentro de las actividades eclesiásticas. Aparece así la figura del 'Chantre'. Según explica José Luis Vázquez, era responsabilidad de este profesional la selección y educación de los niños, en concreto en lo que respecta a los cantos litúrgicos y a la lectura del latín.

    Más tarde, ya en el S XVI, y con una Capilla de Música mucho más asentada en la esfera religiosa, el denominado Maestro de Capilla empieza a responsabilizarse también de la manutención de sus músicos, que en este momento sumaban seis entre un organista, un tenor, un contralto, un sochantre y un vicesochantre, además de algunos instrumentalistas y un coro formado por otros seis jóvenes. Esta formación se mantuvo hasta el siglo pasado y destacan las complicadas pruebas requeridas para entrar en el grupo, ya que hacerse con un puesto suponía ganar una plaza en concurso con otros niños.

    En este clima de profesionalización, se hacía necesario dar un paso más en la educación de los coristas. Para ello, cuando en el S XVIII Bartolomé de Rajoy construyó el edificio que actualmente funciona como Casa do Concello, este se destinó a, entre otras cosas, servir de residencia para los jóvenes intérpretes.

    Ya en 1964, Mariano Pérez Gutierrez se hace con la plaza de Maestro de Capilla y funda la Escolanía Ángeles de Compostela, que da un paso más allá en la formación de los integrantes del coro, expandiéndola también hasta el bachillerato y permitiendo que alumnos externos al coro pudiesen acudir a aprender música. A partir de este momento la Escolanía toma un papel diferente y pasa de ser una entidad centrada únicamente en la solemnización de la eucaristía, a funcionar como un reclamo de la Catedral. En este sentido, el actual director destaca en su reportaje, la actuación, en 1967, de la Escolanía Ángeles de Compostela en el Vaticano.

    Finalmente, tras un periodo de modernización y con la atribución de algunos de los más celebres músicos compostelanos, el Coro tuvo que disolverse a finales de la década de los 70 para adaptarse a la legislación escolar. No fue hasta el año 2008 cuando, por iniciativa del Cabildo, se decidió volver a refundar la actualmente llamada Escolanía de la Catedral de Santiago. Para ello, hubo que modernizar la situación de los coristas, cuya educación ya no depende del Maestro de Capilla. A día de hoy, el grupo está formado por 40 menores, en su mayoría niñas, que ensayan dos días a la semana con la ayuda de la soprano, Mercedes Hernández, que es la encargada de enseñarles técnica vocal. Además, la formación guarda una estrecha relación con el Conservatorio Histórico, gracias a la que "los miembros de la Escolanía pueden realizar estudios musicales, teniendo, como prioridad, su pertenencia a la misma", según se explica en la Revista Catedral de Santiago.

    En los casi 12 años que lleva en marcha esta nueva iniciativa, la Escolanía dio un paso más en su labor como representante coral de la ciudad. Los jóvenes intérpretes están cada vez más centrados en expandir su música fuera de la Catedral. La formación tuvo la oportunidad de interpretar obras de primer nivel como la 3ªSinfonía de Mahler o El Cascanueces de Tchaikovski. Además, los coristas pudieron actuar con orquestas profesionales, como la Real Filharmonía de Galicia, siguiendo las directrices de directores como Paul Daniel o Maximino Zumalave. Asimismo, también participaron en festivales de música y programas de televisión, cumpliendo con la labor de representación de la Catedral que se inició con aquel concierto en el Vaticano.

    La Escolanía de la Catedral de Santiago funciona ahora como una escuela musical en la que se reúnen algunos de los niños más talentosos de la ciudad. La formación está apostando por dar a conocer su trabajo, aunque sin descuidar la función para la que fueron creados hace ocho siglos.

    Como curiosidad, una de las múltiples figuras célebres de la músicas que pasaron por la Escolanía fue Prudencio Romo, que más tarde acabaría dirigiendo el mítico grupo Los Tamara.

    16 mar 2020 / 23:01
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