Experimento populista PSánchez-Pds-ERC

"LA gobernabilidad española importa un comino" (ERC). "Entramos en el parlamento para surtirnos de nuestras armas... Si la democracia es lo bastante estúpida como para facilitarnos esta labor de zapa, allá ella. No venimos ni como amigos ni como neutrales..." (Goebbels, 1928).

ERC no es el NSDAP nazi pero su papel objetivo tiene similitudes: dirigir votos para la gobernación a fines opuestos. El nuevo populismo subirá salarios mínimos, lo que suena bien, lo que servirá también para que al menos cierto negocio nacido del atrevimiento juvenil despida a uno de sus cuatro empleados porque carece del beneficio de los grandes del ramo.

Habrá miles de casos. Algo tan necesario como un programa común con sus nuevos pactos de La Moncloa, Toledo, etc. para reformas urgentes quizá se quede en mucho gasto para colocar a mucha gente, en alianzas precarias o imposibles con quienes no vetarán solo a cambio de deconstruir el Estado demoliberal ("desjudicializando" y otros modos), en gastos "sociales" que posiblemente no aporten mejora efectiva del bienestar -más y mejor trabajo en un país más moderno (anoten cifras antes/después)-, y en propaganda antioposición ("extrema derecha"), dirigida por Lastra, la Julián Besteiro del PSánchez. Todo es mucho más complejo de lo que piensa la gente que cree en la abstracción "izquierda" al modo carbonero en que sus abuelos solían creen en Dios.

La secesión ERC-PDcat no es probable ni realista. Requiere previa torpeza presidencial, y el golpe de fuerza sería detenido por mayorías sociales y en último término por los poderes garantes del Estado. Lo deseable sería reconducir la situación al catalanismo de Almirall o Solé Tura: que Cataluña desempeñe el papel central que siempre debió haber ocupado por tamaño y desarrollo, trabado históricamente por ineptitud (y corrupción) de sus élites nacionalistas y la torpe miopía centralista.

Catedrático de Arte