Feijóo lanza la década prodigiosa

POR SORPRESA, COMO LE GUSTA, acaba de despejar Feijóo la gran incógnita sobre su futuro político, piedra angular de la estrategia del PP, pero también de la de toda la oposición. En San Caetano, delante de sus conselleiros y altos cargos, presentó ayer su ambiciosa hoja de ruta para construir de aquí a 2030 una Galicia de calidade, la mejor de la historia. Antes de valorar su proyecto, podemos convenir ya que a Feijóo le queda cuerda para rato y que volverá a pedir la confianza de los gallegos, en los comicios autonómicos de 2020, para abanderar el Xacobeo'21 y encarar el colosal reto de la década, ni más ni menos que diseñar una Galicia sostenida en cuatro sólidos pilares: familia, juventud, innovacción y ecología; es decir, una sociedad instalada en el bienestar y la conciliación, salvada del crac demográfico, a la cabeza en el uso de nuevas tecnologías y con un compromiso innegociable de sostenibilidad medioambiental. El mensaje que lanza el inquilino de Monte Pío, en estos tiempos arriesgados de inestabilidad e incertidumbres, es justamente el más necesario y balsámico: lidera él un Ejecutivo unido, con ganas de trabajar y con programas ilusionantes. Porque ilusionante es su decisión de que sea la nuestra la primera autonomía que eleva a rango de ley las políticas de apoyo a la natalidad y de dinamización demográfica. Ilusionante es su compromiso con una sanidad pública mejor organizada y financiada, y con prestaciones suficientes para garantizar una atención más personalizada. Ilusionante es el apoyo a los jóvenes para que puedan instalarse en el rural, y la extensión de la gratuidad del transporte público hasta los 21 años. Ilusionantes son, en fin, su apuesta por la rehabilitación y por combatir el feísmo, su estrategia de economía circular para garantizar la optimización de recursos, su ley para reducir un 15 % los residuos y su entusiasmo por el I+D+i, tanto en la industria, el comercio y los sectores primarios cuanto en los hogares. Quiere modelar Feijóo una Galicia que no se conforme con converger, sino que lidere; que no se conforme con retener, sino que atraiga; que no se conforme con conservar y resistir, sino que encare nuevos retos y que vaya por delante. Es, sin duda, un programa de Gobierno digno de un país que dejó de llorar y que cree en su futuro, iluminado por la década prodigiosa.