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en galicia 800 años después

Los franciscanos y los benedictinos. De Antealtares a Pinario

Desde los tiempos de Francisco de Asís las relaciones con la Orden de Benito fueron óptimas, tanto es así que la orden franciscana tuvo en los benedictinos unos especiales valedores, algo que, a su modo, refleja la historia compostelana en la relación entre ambas casas. En los monasterios de San Paio de Antealtares y de San Martín Pinario, y, también, como no podía ser de otro modo, en el convento de San Francisco se pueden ver testimonios alusivos a tal vínculo que tiene, por otra parte, una plasmación concreta en la procesión relativa al tributo de los peces.

SAN FRANCISCO EN EL MONASTERIO DE PINARIO
Con independencia de que hubiera alguna representación anterior de temática franciscana entre los monjes de Pinario, algo que hoy desconocemos, se puede hablar de un San Francisco y el hermano León presente en el santoral que puede verse sobre los sitiales de la parte alta de la sillería, en la zona más próxima al trasaltar; se encuentra, ascendiendo por la primera de las escaleras de la zona inmediata a la statio, que tiene frente a sí el sitial de Santa Francisca Romana, la cual, a su izquierda cuenta con otros cuatros tableros en los que se nos muestran, por este orden a Torcuato, Francisco de Asís, Domingo y Roque quien tiene, enfrente, al otro lado de la sillería a Ignacio; ha de tenerse, en cuenta, por otra parte, que las demás devociones que se pueden ver en esta parte introductoria de la sillería –y la más alejada de su presidencia- dan testimonio, así mismo, de cultos muy inmediatos, significados por las figuras de Rosendo, Pelayo y Marina, devociones todas ellas propias de Galicia . Lo representado en esa parte superior de los sitiales altos son cuarenta y nueve santos de los que seis son mujeres.

Este programa se concreta entre los años 1639 y 1647 y es su autor Mateo de Prado que concibe a Francisco como un penitente, en oración, con una calavera entre sus manos y una cruz, hoy en parte perdida. Estamos ante un modo de representarlo que ha sido reiterado, poco antes, en el taller de El Greco, mostrándonos también al hermano León contemplando lo que acaece.

Que a su lado se encuentre Domingo de Guzmán, el otro fundador de una gran orden mendicante, y Roque sugiere múltiples lecturas. Los tres han sido reconocidos como peregrinos; Francisco y Domingo se relacionaron habitualmente con Compostela, y sus respectivos conventos, en tanto que Roque peregrinó a Roma teniendo un culto muy especial en Santiago desde 1517 hasta hoy. Es más, Roque es un santo franciscano dado que perteneció a la Tercera Regla de San Francisco. Que, en cada parte, de la sillería los primeros – o los últimos, según se vea- sean, precisamente, Roque y San Ignacio no deja de ser un signo de que el mundo de los santos se acrecentaba cada día. Y es que Roque había sido canonizado en 1584 e Ignacio en la cercana fecha, entonces, de 1622.

Por otra parte esa santa Francisca Romana, canonizada en 1608, que lleva el nombre del santo de Asís, nos la presenta su hagiografía como un ser contemplativo, pendiente de los pobres, fundadora de una congregación de monjas oblatas…

EL TRIBUTO DE LOS PECES
Habrá que esperar cien años para encontrarnos con una versión bien distinta en la valoración del santo ya que es ahora cuando tiene un especial relieve la tradición que narra cómo San Francisco acordó con los benedictinos la cesión de un terreno para asentar su casa a cambio de un cestillo de peces que los franciscanos les debían de entregar anualmente. Este relato tiene su primera constatación escrita en el siglo XVI, en el relieve hoy sito en la portería de San Francisco, formalizando, en cierto modo, un ritual que venía de un impreciso tiempo atrás. Posteriormente tanto el P. Gonzaga como Gil González, ya en el XVII, darán cuenta de lo mismo. En este sentido el citado relieve dice así: “… le reveló Dios (a San Francisco en Santiago) era su voluntad le edificase un convento en el sitio donde está, Val-de-Dios y Val.de-Infierno; y sabiendo el Santo era del monasterio de San Martín, pidióselo al P. Abad por amor de Dios y ofreció ser su forero y pagar en cada un año un cestillo de peces. Acetó el P. Abad, y de ello se hizo foro, firmando el Santo, el cual dan fe los ancianos de S. Martín han visto y leido”.

No todas las fuentes señalan a San Martín Pinario como la comunidad a quien ha de pagarse el tributo. El padre Gonzaga dice al respecto que la deuda franciscana es con Antealtares, cuestión que se reconoce, por otra parte, en el recibo otorgado, en 1733, por los monjes de Pinario a los franciscanos.

Tal circunstancia deriva, como resultado público, en la denominada procesión de los peces, fundamentalmente en los siglos XVII y, sobre todo, en el XVIII, en que adquiere un especial auge haciéndose de ello eco Fray Martín Sarmiento en 1743, citando, particularmente que se celebró en 1706 y 1733, ya que dicha procesión, con todo, no se celebraba cada año. Para ello se pedía permiso al arzobispado de Santiago, algo que, se otorgaba, al menos en el año 1733, “con gran gusto la más amplia licencia que se pueda dar para la prozesión de tan devoto y tierno acto”.

Todavía en 1885 la guía de Santiago de Fernández Sánchez y Freire Barreiro nos relata como era tal procesión. Se describe copiando en parte un ceremonial fechado en 1733. Entonces iban “todas las comunidades” y se formaba yendo delante la Tercera Orden – “… llevan en medio al glorioso S. Luis, rey de Francia, su patrón”. Después se disponían las comunidades de San Francisco y San Lorenzo, con la imagen de “… nuestro Patriarca, ricamente aderezado con el cestillo de peces en el brazo izquierdo”

En la iglesia de San Martín la imagen de Francisco era “careada” con la de San Benito: “… se hacen tres cortesías, luego prosiguen las dos imágenes hacia la capilla mayor, yendo la de N. P. San Francisco á mano derecha”.

Ya en el altar “… quítasele á nuestro P. San Francisco el cestillo del brazo, pónese en la fuente que tienen los ministros con el P. Guardían, que, puesto de rodillas, hace su ofrecimiento y Responde el Padre Abad, da su recibo, que se cuelga al Santo de la mano izquierda, donde llevaba el cestillo”

Doce monjes acompañaban a la procesión a la vuelta al Convento de Francisco en donde eran agasajados, al igual que los “… principales personajes que llevan los estandartes, como también á la Comunidad de S. Lorenzo y más que gustaré el R. Padre Guardían”.

En lo relativo a la figura procesional de Francisco se trataba, al menos al final de esta curiosa historia, de una escultura articulada que se guarda en la sacristía de San Francisco y que es la que debió utilizarse en el Año Santo de 1926 – ya, por lo tanto, sin contar con la presencia de los benedictinos en Compostela-, en que se celebró se celebró la procesión.

Al ser posible el movimiento del brazo de la figura se hacía, con ello, alusión a una entrega, contestada por el abad de los benedictinos con un recibo. Pues bien esta forma de entender al santo de Asís es la que se va a plasmar a la hora de concretar su imagen en el retablo colateral de San Benito, en el que se nos muestra en su parte más elevada estando al otro lado Agustín y enfrente, en el retablo de la Virgen, Domingo de Guzmán, frente a Francisco, e Ignacio de Loyola. De este modo, agustinos, franciscanos, dominicos y jesuitas adquieren una particular presencia, a través de sus fundadores en el crucero de Pinario.

Tampoco las monjas de San Paio de Antealtares son ajenas a esta tradición de San Francisco como forero. En su museo de guarda una pintura al óleo – del segundo tercio del siglo XVIII- en el que se hace alusión a este asunto entremezclando el momento en cuestión con sus supuestos principios. Así es el propio Francisco quien le entrega al abad Martín, precisamente en el crucero de la iglesia de San Martín, ante su retablo mayor, el cestillo con peces. Le acompaña un fraile y cinco personajes, a reconocer como gente ilustre y con indumentaria propia del momento.

Puede verse, en esta pintura un epígrafe que dice: “Yo Francisco de Asis, por esta escritura firmada de mi nombre me obligo a pagar a Martino Abad de San Martin del Pinario y a sus sucesores una cestilla de peces del río, con condición que se puedan pescar en cada un año, en reconocimiento pensión del sito que me de dio en los vallas de Dios y del Ynfierno para edificar un Convento a mis hermanos. Fecha en el año de 1214… Francisco de Asís a Marttino Abad”.

En la sacristía de la iglesia de San Francisco hay, también, una pintura, que estuvo integrada, originariamente, en su retablo mayor alusiva al tributo de los peces siguiéndose, en su concepción criterios compositivos parecidos aún cuando en este caso el tema se adapta a una forma rectangular concebida en forma vertical en tanto que en el caso de Antealtares se contextualizaba en un formato apaisado.

MAS HUELLAS FRANCISCANAS EN PINARIO
La imaginería de San Martín cuenta, además, con la presencia de un San Antonio de Padua, en obra a contextualizar en el segundo tercio del siglo XVIII. Será en el año 1910 cuando Maximino Magariños date las catorce estaciones del Via Crucis de las que dispone el templo de Pinario, en un momento en el que el cardenal Martín de Herrera impulsa esta devoción tan vinculada a los franciscanos. También, con esa misma fecha, ha de valorarse la imagen de la Divina Pastora, policromada en 1952 por Enrique Carballido Nieto; en este caso el escudo franciscano, en la base un culto vinculado de un modo especial a los capuchinos y que, en Santiago, tiene capilla propia, levantada por 1761-1762 y remodelada con el patrocinio del arzobispo Vélez que procedía precisamente de las filas de los capuchinos; había sido él quien había fundado el Seminario y también se guardan de él, en Pinario, hoy en su Museo, dos retratos y la placa tras la que se guardaba su corazón en una de las paredes de la parte dedicada, en este edificio, a Seminario.

BIBLIOGRAFÍA

López, A., "San Francisco, de Santiago. El censo anual de la cestilla de peces", Archivo Iberoamericano, 2 (1914), pp. 487-490.

Santiago. San Martín Pinario,

(Catálogo de Exposición). Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 1999.

Santiago. San Paio de Antealtares,

(Catálogo de Exposición) Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 1999.

SAN MARTÍN PINARIO

http://www.turgalicia.es/fotos/IMAGENES/FLASH/ITECTURARELIGIOSANP/vr_04_pinario/index.html

http://www.museosanmartinpinario.com/

Horario museo

(entrada por la iglesia): De martes a domigo, de 11.00 a 13.30 horas y de 16.00 a 18.30 horas

SAN PAIO DE ANTEALTARES

http://www.turgalicia.es/fotos/IMAGENES/FLASH/ITECTURARELIGIOSANP/vr_05_sanpaio/index.html

http://www.santiagoturismo.com/rutas/monasterio-de-clausura-de-san-paio-de-antealtares

Horario museo

(entrada por la iglesia): De lunes a sábado, de 10.30 a 13.30 horas y de 16.00 a 19.00 horas.

Horario torno

9.00 a 13.00 horas y de 1530 a 19.00 horas.

Misa conventua

l: laborales a las 19.30 horas.; sábados a las 8.00 horas, domingos y festivos: a las 12.00 horas.

12 jul 2014 / 17:37
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