Iván Raña buscó la fortuna, y casi la topa, en la Ruta de la Plata

El ciclista del Xacobeo Galicia Iván Raña buscó la aventura en la quinta etapa de la Vuelta a Chihuahua (acaba hoy), metido en una escapada de ocho corredores anulada por el pelotón a tan sólo dos kilómetros de meta.

La victoria se decidió al esprín a favor de César Vaquera (Orven), que consigue llevar al palmarés de esta carrera por vez primera el nombre de un corredor mejicano. En la general no hubo cambios y Óscar Sevilla se encuentra a sólo una jornada de la victoria final. Ezequiel Mosquera, el mejor del Xacobeo Galicia en la vuelta, mantiene la novena posición.

En el kilómetro veintiséis de etapa Iván Raña, tras un intento previo, salía del pelotón con otros ocho corredores: Fran Pérez (Caisse d'Epargne), Antonio Aldape (Tecos), Niek Van Geffen (Rabobank), Guillaume Pont (Meitan-Hompo), Antonio Piedra (Andalucía-CajaSur) y Jacob Erker (Kelly Benefit).

No parecía mala ruta para buscar fortuna la que ofrecía la de la quinta, teniendo en cuenta que a lo largo de sus 142 kilómetros iba desde la Capital del Mundo de la Plata, título que concedió Felipe IV a la ciudad chihuahuense de Parral por sus ricas minas de este preciado metal, hasta la Perla del Conchos, como también se conoce a la ciudad de Camargo.

Por el contrario, los velocistas, que venían de machacar sin ningún beneficio las piernas por la Sierra de Tarahumara durante tres días, pensaban que era también el momento de darse una nueva alegría, ahora que el perfil de la etapa se presentaba llano y con una tendencia continua a bajar desde los 1500 metros de la tachuela de cuarta categoría que se subía en el inicio hasta los 1250 de la meta.

De ese modo se entabló una cerrada pugna entre los fugados y un pelotón en el que el equipo Contentpolis - Ampo asumía el mayor gasto después de las dos victorias conseguidas ya por su velocista Javier Benítez. De ahí que la máxima ventaja de la que pudieron gozar los fugados fue de 2'39. La aventura para la mayor parte de los escapados concluyó a unos diez kilómetros de meta, aunque Aldape y Piedra llevaron el pulso hasta dos kilómetros de la línea de llegada.