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Malestar por el cierre de una sucursal bancaria

Vecinos del barrio santiagués de Pontepedriña manifestaron su malestar por el cierre de la sede bancaria que CaixaBank posee en el número 33 de la calle Amor Ruibal, donde en su lugar quedará instalado un cajero automático a pie de calle. El enfado entre los usuarios de la oficina les ha llevado a organizarse para una recogida de firmas con el fin de pedir que no se produjese, tal y como comenta Isabel, una usuaria que además regenta un centro de estética a escasos metros de la ya clausurada sucursal. “No tenemos otra oficina cerca, la más próxima está a 15 minutos andando y aparcar por allí es muy complicado. Además, el trato que recibíamos aquí era excelente. Muy a nuestro pesar, tendremos que cambiar de entidad bancaria para tener cubiertos los servicios del negocio”, comenta.


Otro vecino de la zona, Arturo Moreira Fernández, manifiesta que para él supone una gran incomodidad, puesto que no confía que en el nuevo cajero vaya a poder realizas las operaciones a las que está habituado.


Los empresarios y particulares que hacían uso de la oficina manifiestan por escrito su disconformidad con el cierre de la misma, destacando en todo momento el trato amable y cercano que recibían por parte de la directora y el gestor. Lamentan que debido al cambio de la sucursal vayan a perder el referente personal que les atendía y manifiestan que la falta de confianza y el inconveniente que les supondrá tener que trasladarse a otra oficina, alejada de sus negocios y domicilios, provocará que algunos se den de baja en los servicios del banco.


Los usuarios que el día del cierre, este lunes, se acercaban al local declaraban que este traslado de servicios a la oficina de la calle Frei Rosendo Salvado o a la de Rosalía de Castro supondrá un perjuicio para los clientes del barrio, que cuenta con una gran población mayor y que sufren problemas de movilidad. Charo, trabajadora de un taller óptico muy próximo a la oficina, manifiesta su pesar: “En este barrio los vecinos son bastante mayores, incluso hay una residencia geriátrica y agradecían el trato cercano que se les ofrecía”. Además, los establecimientos cercanos a la sucursal que decidieron contratar los servicios de CaixaBank por cercanía muestran su descontento ante el cierre, puesto que consideran que se les deja si un servicio necesario y que choca con el crecimiento que está viviendo el barrio, al que poco a poco se traslada población joven.


La entidad, por su parte, manifiesta que el cierre y traslado se debe a un cambio de modelo de oficina donde se busca crear espacios más grandes “para dar servicios personalizados” y aseguran que el cajero que seguirá instalado en la que antigua sucursal dotará de los servicios básicos a los usuarios de Pontepedriña.


Al cierre del local de Amor Ruibal se suma el de la oficina situada en la calle de La Rosa como resultado del plan estratégico de CaixaBank que transformará unas 400 oficinas, basándose en el modelo store, con mayor protagonismo tecnológico y ofreciendo a los clientes mayor asesoramiento.

09 jul 2019 / 22:37
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