Marco Foxo, de nuevo el mejor gaiteiro

Suele decirse que de tal palo, tal astilla, pero lo de Marco Foxo Aira es algo especial. Porque el sonido de la gaita le acompañó, en efecto, desde su nacimiento, pero él jamás se conformó con ser únicamente el hijo de un gaiteiro de primera, creador de las grandes bandas de gaitas, al tiempo que exquisito gaiteiro tradicional, como es Xosé Lois Foxo, hijo ilustre de O Courel y -algo que saben muy pocos- licenciado en Traducción por la Universidad de Barcelona y especialista en idioma alemán.

Desde muy pequeño, el mejor juguete que tuvo Marco fue una gaita. Pero llegó un momento en que decidió estudiar a fondo el instrumento gallego por excelencia y empezó a pasar horas y horas, a veces hasta ocho diarias, arrancándole al punteiro notas imposibles. Así se entiende cómo puede interpretar con tanta pureza, como lo hizo en varias catedrales, nada menos que el Ave María, de Schubert. Este verano, en el Campionato Celtibérico de Gaitas, celebrado en Manzaneda, Marco Foxo se proclamó nuevamente Campeón Peninsular de Gaiteiros Solistas. Y logró otro primer premio en el apartado de cuartetos enxebres. Sabemos que pronto se editará un trabajo discográfico suyo en memoria de Xan Míguez, el célebre gaiteiro de Ventosela, que vivió entre 1847 y 1912. Míguez fue un gaiteiro innovador, que llegó a triunfar en teatros de Buenos Aires, aunque seguramente nunca pudo imaginar que jóvenes continuadores, como Marco Foxo, llegarían a tocar en la Gran Muralla China, o dejarían boquiabiertos a los gaiteiros escoceses e irlandeses de Nueva York en la gran parada de San Patricio. El campeón de gaiteiros es cada vez más conocido en el exterior y ha representado a Galicia en el Piping Live Glasgow Festival.