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Galicia, sexta provincia

María Teresa Mirás Portugal: “Somos la única especie que vive gracias a su cerebro”

Investigadora y académica de la Real de Farmacia // “Como neurocientífica he llegado al convencimiento de que en el ser humano domina, sobre todo, el aspecto visual” // “Las mujeres gallegas son más realistas”

La neurociencia ha cambiado buena parte de nuestra mirada sobre el ser humano, a pesar de que los autores de los nuevos manuales escolares se empeñen en demostrar que no quieren enterarse. Lo compruebo al leer sus temarios de selectividad, donde nos cuentan que el devenir es consecuencia de hechos tan absurdos como una huelga de tranvía o como una homilía de pedanía playera en pleno mes de agosto. Gracias a las aportaciones de divulgadores como Steve Pinker, Joseph Coyle o Antonio Damasio, las pocas cosas que creíamos tener razonablemente claras sobre el ser humano nos demuestran que andan cambiando el rumbo. Poco a poco, con los nuevos hallazgos nos vamos conociendo mejor. Es algo inherente a la ciencia y a nuestro pensamiento profundo, que nos hace desdecirnos sin descanso.

Asumamos de una vez por todas que, cuando nacemos, nuestro cerebro no es una tabla rasa, como afirmase Portman emulando a Descartes. Lo queramos o no, debemos replantearnos unas cuantas cosas. Más que nada porque, al comprenderlas, podremos intentar dar pasos certeros por la vida, sin creer en lo fabulado, en aquellos prejuicios culturales que nada tienen que ver con la naturaleza humana. A fin de cuentas, se trata de perder el miedo, de hacernos mayores:

"Hay que coger el bisturí y analizar tus propias ideas, confrontándolas con las de los demás. Eso es, de hecho, como bien sabes, algo esencialmente cartesiano. Lo aprendí en Francia".

Me lo dice María Teresa Miras Portugal mientras saboreamos en el despacho del vigués Mariano Turiel de Castro, presidente del Casino Cultural de Madrid, un té de bergamota, algo que uno no debe dejar de tomar cuando, a media tarde, comparte dudas con dos farmacéuticos gallegos de tanta enjundia. Y es que la verdad con mayúsculas nunca está en la certeza del idiota, sino en las dudas del inteligente…

"Maquiavelo sostenía que hay tres tipos de cerebros: el que imagina, urde y organiza; el que comprende lo que ha planeado el otro; y el que no es ni lo uno ni lo otro".

¿Y en cuál de los tres está el amor?

Para mí el amor es estar casada con Fernando desde hace cuarenta y cuatro años. Él es un gran matemático del CNRS francés. Cuando cultivas el amor, te percatas de todo lo que hay detrás, de las inquietudes y de los miedos que pueden ser el reflejo del otro.

¿Esa intimidad es la que te lleva a la admiración?

El conocimiento de lo bueno y lo malo te lleva a admirar al otro. Es un largo viaje el que llevamos hecho juntos, con compasión y camaradería, y, sobre todo, cuidando mucho el uno del otro.

¿Preñáis las mujeres por las orejas?

Es probable, se trata de una razón cerebral. Cuando alguien habla con facilidad, lenguaje estructurado y agradable al oído, reconoces un reflejo en las áreas del lenguaje que te hace presuponer una estructura mental organizada y apasionante.

Me dice Miguel Carballeda, presidente de la ONCE, que la voz no engaña...

Pero sí el lenguaje, que es una de las grandes armas de las gentes con inteligencia. Hay que tener cuidado con ello…

Me cuesta admitir, tras tantos besos robados, que el amor sea tan sólo un proceso bioquímico…

El amor es algo extraordinariamente complejo, donde la química, en efecto, tiene mucho que ver. Pero también hay aspectos culturales, que son muy importantes.

¿Por ejemplo?

Hay personas que nunca conseguirán la empatía, porque eso es algo que nace desde el amor materno. El ser humano se educa en los patrones de sus progenitores y algunos individuos no son educados en el amor.

¿Te refieres a la evolución experimentada por la clase política?

Ya me había avisado mi hermano Aurelio de tus maldades, Beotas…

Es que ellos son los papás y las mamás de nuestra sociedad…

La evolución no se para nunca. De eso se encargan los virus. Nosotros pensamos que somos el no va más, pero no hay idea más alejada de la realidad. Por ejemplo, ahora sabemos que tenemos una buena proporción de los genes del Neanderthal.

Cuando veo a los "profesionales" de las tertulias televisivas, compruebo que eso es algo que se da más en unos que en otros…

Por raro que parezca, las mayores civilizaciones no se dan donde imperan las condiciones ambientales más sencillas, sino donde son más complicadas. El ser humano necesita una sociedad para crear cultura.

¿Por…?

Porque nos necesitamos los unos a los otros.

¿Eso es una moción de censura al ultraliberalismo que nos impone su absurdo individualismo?

Te pondré un ejemplo. Sabemos que los virus que los españoles llevamos hasta América han generado en México resistencias extraordinarias. Aún no sabemos muchas cosas y algunas nos siguen sorprendiendo, especialmente las que afectan al cerebro, sin ir más lejos.

¿Cada vez sabemos más?

Sabemos que el cerebro surge evolutivamente para dar una más adecuada respuesta a nuestras percepciones. Por ejemplo, todo el cerebelo, la parte posterior, está dedicada al refinamiento. Somos la única especie que vive gracias a su cerebro. En eso sí que somos únicos...

Me habían advertido de la precisión que demuestra a cada paso esta hija de O Carballiño en su impecable coherencia argumental. Pero mis informadores se habían quedado cortos. Charlar con María Teresa Miras Portugal, la mujer que ha puesto a la Real Academia Española de Farmacia en el siglo XXI, es mucho más que todo eso. Inteligente y despierta, demuestra ese entusiasmo propio de quienes se niegan a dejar de "aprehender". Me encanta su clasicismo en el vestir: traje de chaqueta azul celeste sobre blusa blanca, casi una premonición de su inconfundible militancia en Breogán. En su mano derecha una alianza curtida por más de mil avatares, conviviendo sencillamente con uno de esos solitarios flanqueados por seis brillantes, propio de la más tradicional ceremonia de petición. Su paso, decidido y firme, pasa inadvertido gracias a unos funcionales y cómodos mocasines negros de Balenciaga. Al cuello un camafeo, en la solapa un broche de los de toda la vida y, a la izquierda, un Lotus extraplano de acero con los números más grandes que un fabricante pudo poner sobre una esfera. Decidida y rápida, sin titubeos, no deja duda sobre su impecable trayectoria profesional en estos tiempos de currículum ficticios, corruptelas institucionalizadas y escaqueos subvencionados. Doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid y en Ciencias por la Universidad de Estrasburgo, es Premio Extraordinario y Premio Nacional de Farmacia. Catedrática de Bioquímica y Biología Molecular, es miembro de instituciones científicas tales como la Sociedad Española de Biofísica, la Sociedad Española de Bioquímica o la Sociedad Europea de Neurociencias, entre otras. Pero, por encima de todo ello, esta gallega posee esa infrecuente virtud de no desviar un solo milímetro su mirada de la realidad. Y es que, al tener claro lo importante, sabe manejarse como nadie en el pantanoso terreno de la incertidumbre. En el fondo, es ese sutil equilibrio entre la ética y la estética:

"La forma, como entra por los ojos, es lo que primero llama la atención. Como neurocientífica que soy, he llegado al convencimiento de que en el ser humano domina, sobre todo, el aspecto visual".

Pero el ojo engaña mucho…

Es algo inevitable. Cuando vemos algo que nos gusta, es porque se corresponde con los patrones de nuestro cerebro. La armonía exterior nos lleva inevitablemente a pensar que existe también una armonía interior y… No siempre es así…

Para mí que los patrones tienen más de ambientales.

Ocurre con el amor. Gracias a los patrones aprendemos a desenvolvernos en el mundo. Por eso yo siempre recuerdo a mis padres y me reconozco en ellos y en lo mucho que me aportaron.

¿Cómo era ella?

Una mujer de acción y generosa, de ésas que pertenecen más al mundo real que al soñado. De ella aprendí la optimización de recursos. Fue una cocinera excepcional, lo llevaba en sus genes vascos.

¿Y él?

Un gran soñador que, por esos accidentes propios de una Guerra Civil, acabó en Galicia. Fue de los primeros en ir a la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid. Me contaba sus historias en el tranvía. Se conocía todas las zarzuelas y leía mucho. Me inculcó el respeto al conocimiento y a la naturaleza.

¿Como aquel maestro de La Lengua de las Mariposas…?

Algo así. Ni siquiera podía tolerar que alguien matase una culebra... Con él comencé a leer los libros de la Primera Exposición Universal de París. Todavía los conservo, con alguna mancha de fruta, pues siempre leíamos comiendo una manzana.

¿Galicia es matriarcado?

Las mujeres gallegas son más realistas y posibilistas, quizá porque nos forjamos en el sentir de unas madres que tuvieron que afrontar las dificultades de tener a los maridos lejos. Ellas fueron capaces de conseguir una presencia permanente, a pesar de la ausencia masculina, con su "cuando venga tu padre, te vas a enterar"

¿Aquello os dio esa menor visibilidad que hoy padecéis?

Es un comportamiento tan femenino como bravío. Los hombres trabajan duro, pero Galicia es esencialmente femenina, porque casi todo lo construido y conservado ha sido obra de la mujer.

¿Eso nos deja a nosotros fuera?

Los hombres gallegos sois capaces de disimular vuestra inteligencia. Eso es lo que precisamente os hace inteligentes...

¿Te fue más difícil todo por tu condición?

Mentiría si te digo que no, pero es algo que no lamento. He tenido que imponerme en muchas situaciones, teniendo que dar muchas vueltas para llegar al mismo sitio. Eso sí, fue una suerte estudiar Farmacia, pues había más mujeres que hombres.

¿De quién es hoy el poder?

El mando no es un valor clásicamente femenino, hay que desmitificar el ser jefe si eso te exige mucho más y si no te da la gana asumirlo. De hecho, si yo viviese en Galicia, no habría aceptado ser presidenta de nada.

¿Qué harías?

Estar sencillamente en mi jardín, con mis prismáticos, contemplando los pájaros y las plantas.

¿Es la explicación de que no aceptases pasar por la política universitaria?

Me gusta trabajar en investigación, por eso jamás me he visto tentada por ese ámbito. Me roba tiempo y no me aporta nada, salvo peleas y disgustos. Peleo para avanzar, no por las cosas que no aportan valor.

¿Y tu paso por la presidencia de la Academia de Farmacia?

Un accidente. Mis compañeros tuvieron que convencerme, porque yo no estaba por la labor.

¿Tu mayor ambición?

Estar con mis alumnos y que me entiendan gracias a esas palabras de "a centavo" de las que hablaba Hemingway.

Me dice don Daniel, boticario de reboticarios, que a esta gallega de palabras claras no le asustan los retos, pues ha demostrado saber dirigir como nadie esa difícil labor del investigador principal en decenas de proyectos nacionales e internacionales. Sus principales esfuerzos han estado orientados al descubrimiento de los ocultos compuestos que, en el sistema nervioso, se encuentran implicados en el funcionamiento de las neuronas. Algo así como si su causa general fuesen esos nuevos receptores para nucleótidos y sus cascadas de señalización, algo muy importante para el tratamiento efectivo de las enfermedades neurodegenerativas. Ha publicado infinidad de artículos en revistas internacionales, y es que su Índice "H" se halla en 42 –algo prácticamente insólito en su área-, con más de cinco mil citas. Consciente de su responsabilidad, a la que no es ajeno su prestigio, ha sido elegida por el Gobierno de España para dirigir la comisión de expertos de la reforma del sistema universitario, lo que, dado el nivel de algún que otro nombramiento, es bastante tranquilizador... Pero a ese trapo, la chica de mirada vagamente velada, la que parece responder a un escepticismo intelectual, no parece dispuesta a entrar:

"Como sabes, los de Carballiño sabemos de nuestra pertenecía a los monjes de Oseira, que era donde se cobraban los impuestos. Aprendimos a emplear el pulpo para alimentar a los jornaleros y a hacer el intercambio de productos hacia Vigo, frente a la iglesia... Ninguno de los llegados hasta allí fueron gentes prisioneras de su historia o de su abolengo".

¿Fuisteis los emprendedores de la época?

Nuestro pueblo surgió así, de esa feria, de vivir del trabajo por uno mismo, de sentirnos a gusto en cualquier lugar. Los de O Carballiño somos gentes libres.

¿Qué tal te va con el amigo?

Tengo fama de conservar amistades de por vida, y es que me encanta colaborar, pues detesto el imponer. El amigo es un tesoro, porque se puede estar con él sin hablar. La amistad es algo extraordinariamente importante.

Defínemela…

Es reflexionar en voz alta sin que el otro se enfade, aunque no se compartan los argumentos. La amistad es la posibilidad de discrepar, porque sin discrepancia no hay enriquecimiento espiritual.

¿Qué haces con el enemigo?

Convencerle.

¿Y si no lo consigues…?

Pues le pido que sea inteligente y me ayude a crecer en la pelea.

¿Ante el indiferente?

Los que pasan de todo no me gustan, pues no construyen. El indiferente no es bueno ni para la sociedad ni para él mismo, porque, al final, la sociedad acaba pasando indefectiblemente de ellos.

Luego están "los políticamente correctos", aquéllos que dicen "sí" a todo…

Quien dice a todo que sí sólo demuestra su escasa inteligencia y su condición de ser un pelota bárbaro.

¿Qué tal por los predios de la política?

¿Ya empiezas otra vez…?

Lo siento, es que no lo puedo evitar…

He de confesarte que el lenguaje de la política lo entiendo poco. Al principio pensaba que era un elemento esencial de la democracia, pero con el tiempo me he dado cuenta de que es un elemento esencial entre las gentes…

Así que ese mundo te es ajeno…

Lo mío es la neurociencia, la cultura, la universidad, hacerme respetar como científica, siendo una igual entre iguales.

¿Estamos lejos de acabar con el Alzheimer?

Prefiero hablar de tipos de Alzheimer, pues solo hay cuatro genes conocidos y todavía desconocemos el resto… Cuanto más le ganemos a la vida, más le ganamos al Alzheimer.

¿No podría ser un virus el causante?

Estamos trabajando en ello y ya sabemos cómo revertir algunas circunstancias, pero no sabemos a qué se deben.

¿Te queda hueco para creer en algo?

Yo creo en todo lo que me demuestren.

¿Eso es un defecto?

La ciencia me ha sorprendido siempre, porque lo que importa en ella es la verdad, no el camino.

¿Es lo que le has contado a tus hijos?

Alberto y Fernando saben que en la vida hay que ser honesto, trabajador y estudioso. Ganarse lo que uno es y enriquecerse con la cultura nos hace estar a gusto con nosotros mismos... Es lo mismo que me enseñó mi padre.

¿Y cuando "doblemos la servilleta"?

Quedará un recuerdo en los demás, si hemos hecho las cosas bien… La trascendencia no me preocupa.

¿Tolerante?

No hay mayor tristeza que ver esas maravillosas catedrales góticas que tenemos y que están siempre vacías.

¿Entonces la religión…?

Es la creación de un sentimiento compartido y hermoso. Pero yo quiero disfrutar de lo construido, no del sentimiento de culpa y de pecado.

Los tiempos no están para optimismos, pero la ciencia, que no se detiene, nos permite mirar hacia el futuro en confianza. Mientras bajamos la escalera de las princesas del Casino, María Teresa Miras Portugal me habla de La Fontaine y Baudelaire. Es el mejor ejemplo de que se encuentra instalada en la tercera cultura, esa en que ciencias y letras son una sola entidad. Ya en la calle Alcalá, entre carreras de inspectores de Hacienda, académicos del arte, chulos, panchitos, tahúres y meretrices, evoco el hermoso final de El Origen de las Especies, de Darwin: "La cosa más elevada que somos capaces de concebir, la producción de los animales superiores, resulta directamente de la guerra, de la naturaleza, del hambre y de la muerte…". Esta hija de Breogán, aunque me mira con cierto asombro, sé que me ha entendido… Y es que juego con ventaja, porque quien la conoce bien, por haber trabajado a sus órdenes muchos años, me dice que esta Volvoreta de Hierro no sólo es sencilla, tolerante, humilde y generosa, sino que sabe despedirse de todos con lágrimas de mujer… Misión cumplida. Desde aquí no se ven ni las vallas, ni los policías que protegen del pueblo a los representantes del pueblo…

MUY PERSONAL

Leer.
A Javier Marías.
Recitar.
A Baudelaire y a Quevedo.
Escuchar.
Un aria de Mozart.
Contemplar.
El Bosco.
¿La deuda?.
Con la Universidad, que nos iguala a todos en el conocimiento.

 

03 may 2013 / 19:36
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