“El miedo se pierde cuando luchas por tu casa y tu familia”

Poca gente hay tan luchadora como este operario del naval. A Marcos Guerreiro le cambió la vida hace tres años cuando descubrió que su hipoteca le engañaba con el IRPH. Este Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios determina lo que se debe pagar en cada cuota mensual, y es el segundo más usado en nuestro país después del euríbor. Cuando este joven de A Gándara, padre de familia que trabaja a rachas para una auxiliar, revisó el contrato comprobó que sólo había amortizado 3.000 euros en una hipoteca de 116.000 a lo largo de 11 años. “Inicié entonces una pelea contra la entidad bancaria que ha llegado hasta el Tribunal Supremo por el IRPH, y además he logrado una sentencia pionera en España en la que se declaran como abusivas nueve de las diez cláusulas de la hipoteca”, afirma junto a su mujer, Rebeca Basoa.
Con esta sentencia, la familia Guerreiro no sólo mejorará las condiciones de su contrato sino que consigue la anulación de algunas cláusulas por primera vez en España. Como explica Marcos, “no sólo es pionera por el número de cláusulas declaradas abusivas, sino que por primera vez en España se declara abusiva la descalificación de mi piso como Vivienda de Protección Oficial, por ejemplo”. La denuncia se presentó en septiembre de 2016 en el Juzgado de Instrucción número 3 de Ferrol, “sabemos que la entidad recurrirá porque no tiene los problemas de tiempo o dinero de las familias para acudir a la Audiencia Provincial”. Pero impera la fortaleza mental: “El miedo se pierde cuando luchas por tu familia y por tu vivienda”.
Y ahora le queda el Supremo, donde entró el 26 de mayo su reclamación por el IRPH siempre acompañado por los abogados del gabinete Res. Para comprobar la diferencia del impacto de los dos índices más usados en España, la cotización del IRPH en abril era del 1,906% frente al 0,119% del euríbor. “Implica que con el IRPH pagues muchos intereses frente al resto de las hipotecas y no consigas amortizar, el 6 de junio cumplí 11 años pagando y de 116.000 euros aún debo 113.000”, explica Marcos.
A la espera de la sentencia definitiva, la familia Guerreiro se acoge al Código de Buenas Prácticas Bancarias por lo que cuenta con una moratoria de cinco años durante los que sólo paga intereses. Cumple los requisitos, porque Rebeca trabaja a media jornada (en un parque infantil) y Marcos ahora se encuentra en el paro. “Funciona como un kit kat en el que sólo pagas el euríbor más el 0,25%, en nuestro caso estamos pagando 14,60 euros”, indica este naronés. Anteriormente, la cuota mensual era de 500 euros: 300 para intereses y el resto amortización. Como se lamenta Marcos, “sabes que en los primeros meses pagas más de intereses que de hipoteca real, pero cuando ves que no amortizas y tus vecinos sí sabes que algo pasa”. Sólo en su calle del barrio de A Gándara hay otros cinco casos similares.
En su lucha por su mujer y su hija, Marcos perdió el miedo a hablar con diputados, contactar con la prensa, tunear camisetas o llenar el coche de pegatinas. “Al final eres tú contra Goliat… sabes que Goliat usará todos los medios y yo tengo que usar lo que tenga a mano: los periodistas, las redes sociales… yo empecé con cartulinas cutres”.
Al final, este joven invita a los afectados a que sigan su camino. “Cada uno hace lo que puede, pero hay que ser activo”, reclama. Por ejemplo, Marcos no dudó en pedirle dinero a sus padres para acudir a la Valedora do Pobo, a la directora xeral de Consumo o a la presentación de iniciativas en el Parlamento de Galicia. Y después de estos años de auténtica batalla, empieza a llegar la recompensa en forma de sentencias favorables.
Su mujer, Rebeca Basoa, recalca que “él fue aprendiendo poco a poco a raíz de este problema y al final se sabe todas las leyes, se pasa todo el día peleando y todo el mundo debería ser tan luchador como Marcos”. Por eso anima a otros afectados a “que no tengan miedo a denunciar, a que sumen fuerzas para tratar de pelear por sus derechos”.