El modernismo olvidado de la casa del escultor López Pedre

En el número 32 de la rúa Pombal hay un inmueble que destaca por su presencia física. La corona un toro con cabeza humana, de clara inspiración asiria, pero esta casa fue construida en 1917 por el arquitecto López de Rego como vivienda particular para el escultor López de Pedre. Hoy es uno de los grandes ejemplos de la corriente modernista que a principios del siglo XX se prodigó en Compostela.

"Las esculturas de su fachada son obras del propio artista López de Pedre, autor, también, de los grupos escultóricos del palacete de la finca do Espiño", informan en la Oficina para la Rehabilitación del Casco Histórico de Santiago.

Además, está considerado un bien de "especial protección" y clasificado como "de interés ambiental". Pese a ello, muy pocos visitantes de Santiago la conocen, y aunque figura en la página web de Turgalicia como un "edificio singular", no se le puede considerar como un reclamo turístico.

Una de las características de la corriente modernista son los adornos y la libertad interpretativa de los diferentes estilos históricos, además de la capacidad para modificar, alterar y contravenir sus normas.

El historiador Juan Manuel Monterroso Montero dice, en su obra Modernismo Compostelán. Poética dun modo, que hay una evolución arquitectónica durante los primeros 25 años de la centuria.

En estos años se construyen "edificios de viviendas caracterizados exteriormente por su monumentalidad y ornamentación, con las que se buscan exteriorizar la posición social cada vez más elevada de una burguesía que intentaba emular a las pasadas clases aristocráticas. Querían imitar aquellos modelos procedentes de Madrid y París".

Hoy, la casa de López Pedre sigue siendo un domicilio particular en el que vive una amable familia: "No tenemos nada que ver con el escultor. Un familiar compró el edificio hace muchos años, y ahora vivimos nosotros", comentan.

Sus inquilinos, un matrimonio mayor, señalan, sin embargo, que "todos los días vienen unas quince o veinte personas a hacerle una foto a la casa. Una vez un señor nos preguntó si teníamos, y le podíamos dar, los moldes con los que se hicieron las esculturas", señalan.

Una de las características de este edificio es el singular revestimiento de la fachada. Para su fabricación se ha utilizado ladrillo y cemento con el objetivo de conseguir un efecto decorativo más acabado, en especial en las figuras de las imágenes y los motivos vegetales. En esta casa, que fue del escultor López Pedre, predominan las águilas.