La muerte de José Luis causa un hondo pesar en el fútbol
El que fuera jugador del Deportivo en la década de los ochenta se estrenó en la Primera División con el Betis ·· Como entrenador al último club que dirigió fue al Cerceda (2007-08)
José Luis Vara, capitán del Deportivo en los años ochenta y ex jugador del Real Betis, falleció la pasada madrugada, tras una larga enfermedad, en su domicilio de A Coruña. La capilla ardiente de Vara está instalada en el Tanatorio Servisa de A Coruña y el entierro y el funeral se celebrarán esta tarde a partir de las 16.30 en el cementerio e iglesia parroquial de Esteiro, en la localidad costeira de Muros, donde nació el 5 de octubre de 1958.
Inició su carrera futbolística en el Esteirana (campeón de la Copa da Costa), pasó por el filial del Deportivo, jugó en el primer equipo coruñés en Segunda División, en la que consiguió ser el máximo goleador, y debutó en Primera con el Betis.
Después de militar en el conjunto sevillano, Vara fichó por el Orihuela y el Granada y colgó las botas en Tercera División con la camiseta del Xove Lago justo antes de dar el salto a los banquillos de nuestra comunidad.
Su trayectoria como técnico se remonta a la temporada 1995-1996, cuando fichó por el Órdenes, equipo en el que estuvo dos campañas, y continuó en el Malpica (1997-98 y 98-99), Atlético Arteixo (1999-00), Bergantiños (2000-01, 01-02, 02-03 y 03-04), Laracha (04-05 y parte de la 05-06) y dirigió al Racing de Ferrol (05-06) en Segunda.
Después de no poder salvar al conjunto ferrolano en la categoría de plata, José Luis Vara regresó al Laracha (2006-07) y, posteriormente entrenó al Cerceda (2007-08) hasta que el pasado 11 de junio de 2008, dejó el banquillo cercedense por su salud.
SENTADO EN EL CÓRNER, POR JOSÉ LUIS IGLESIAS PERIODISTA
Siempre iba de frenteEs un día triste. Se nos fue un deportista que siempre se vestía por los pies. De esas personas que calan porque siempre supo de donde venía y hacia donde iba. Como futbolista, los deportivistas siempre lo recordarán como un icono en una de las épocas más turbias del club, llegando a jugar en la Segunda B. Su mala suerte fue que para militar en Primera se tuvo que ir al Betis. Como entrenador, nunca presumió de su pasado y empezó desde abajo. Donde estuvo sentó precedente. Los que fueron sus pupilos siempre lo recordarán, pues era muy exigente, pero por el bien de ellos. Con los directivos y compañeros de profesión siempre iba de frente, por eso no tenía enemigos. Su esposa -María- y sus hijos -Adrián y José Luis- podéis presumir de esposo y padre.