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LOS REYES DEL MANDO

Mundos, robots

    El universo del ‘psycho-thriller’ es cada vez más rico e inquietante, como demuestra el estreno de la cuarta temporada de ‘Mr. Robot’ (Movistar), absolutamente trepidante y prometedor. La tecnología y su múltiples posibilidades se dan cita en esta serie excelente, que nos informa de la importancia la de la ciencia en un futuro inmediato y de las decisiones que los seres humanos tomemos con los avances tecnológicos. Un montón de problemas éticos se plantean cuando la ciencia avanza, como ha sucedido siempre. No hace muchos meses celebrábamos el doscientos aniversario de Frankenstein y ya entonces el libro de Mary Shelley ponía sobre la mesa asuntos espinosos sobre la libertad y las fronteras del conocimiento. Son asuntos que siempre están ahí, cada vez con más fuerza. Pero también es cierto que la tecnología es imparable y que se abrirá camino de una u otra manera. Como siempre, la cuestión es hasta donde es capaz llegar la ambición humana. ‘Mr. Robot’ es una estupenda ficción de terror psicológico, de acción, en la que se exploran precisamente los límites de la tecnología, el mal que se puede construir a través de ella y la fragilidad cibernética a la que nos vemos abocados. El futuro, por no decir el presente, tiene estas cosas.

    Las distopías están de moda, quizás porque el presente nos incomoda cada vez más. Pienso en Atwood, quizás hoy la más celebrada, y la más apoyada por la industria visual con ‘El cuento de la criada’. La publicación de ‘Los testamentos’ (Salamandra) cierra en gran medida este mundo viciado y enfermizo, en el que parece pensarse cuando se habla del futuro,

    Los mundos posibles no parecen atractivos, pero el menos atractivo en las ficciones distopicas es el nuestro. Tenemos malas vibraciones o no confiamos en la especie humana. Y quizás motivos no faltan. La Ecocritica está resultando aleccionadora. Desde sus postulados se busca una Ética de la naturaleza, que también empieza a aflorar en muchas series de televisión. No sé si esas fábulas morales vas a ayudar a que protejamos el planeta. Muchos políticos no parecen tener ninguna sensibilidad al respecto, así que deberían ver algunas de estas ficciones que predicen futuros difíciles. La ficción siempre conlleva una gran parte de verdad.

    La literatura de la naturaleza nos está alertando del mundo peligroso al que nos dirigimos, pero parece que aún confía en el ser humano. La distopia, en cambio, ofrece más bien horizontes apocalípticos y autodestructivos. Una de las figuras recurrentes es la de la búsqueda de otros mundos. Aquí la ficción se da la mano con la ciencia, pero acaba de ser galardonado con el Premio Nobel, ayer mismo, un científico suizo que no cree en la posibilidad de viajar a ningún mundo alternativo. Dicho de otro modo: no hay un planeta b, es una entelequia, por la enorme distancia. Y, de nuevo, por los muchos planteamientos éticos que supondría abandonar la Tierra para siempre. Desde hace años albergamos la posibilidad de tener otra casa, y quizás descuidamos la única que de verdad poseemos. Los exo planetas no dejan de aparecer, casi resultan una moda científica. Necesitamos, al menos, confirmar que hay vida en otra parte, que hay gente parecida a nosotros. Para la ficción, naturalmente, la ciencia y la tecnología ofrece hoy grandes posibilidades. Curiosamente casi todos los argumentos terminan de muy mala manera. Puede que la desconfianza en nosotros mismos sea grande.

    09 oct 2019 / 21:47
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