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Regatista

Nico Rodríguez : “Tras esa llamada, si me veo subido a un podio olímpico me tiro por la ventana”

Aún luce en su cuello la medalla de plata de un Mundial en el que demostraron que el oro está al alcance de sus manos.

Estamos muy contentos con como ha ido el Mundial. Hemos navegado a un nivel muy alto, los australianos también han hecho un gran Mundial y al final la media de resultados de los dos ha sido muy baja en las pruebas normales. Llegamos a la Medal Race con opciones de todo y no pudo ser. Fuimos descalificados por salida anticipada. Nos salimos los dos, ellos decidieron volver y nosotros no, porque no estaba claro, y no pudo ser. Pero lo hemos dado todo y estamos muy contentos por como estamos creciendo como equipo y madurando. Creo que aún tenemos mucha proyección por delante y nos queda un año que si nos lo proponemos será lleno de retos.

Acaba de alcanzar la primera parada, la de conseguir el billete olímpico con Jordi Xammar, pero ¿cómo empezó este camino?

Jordi y yo nos conocíamos de categorías juveniles, de competir el uno contra el otro. Luego en 470 también; él estaba con Joan (Herp), con el que fue a Río. Yo me había ido a Canarias a navegar con un chico canario. Ya habíamos coincidido durante los dos últimos años en el circuito, no éramos grandes amigos pero sí hablábamos, teníamos relación. Al final, entre los españoles todos nos conocíamos.

Sin embargo, ambos tomaron caminos distintos.

Él fue a Río. Yo había dejado de competir en mayo de ese año porque no tenía los suficientes apoyos en la vela, al final las cosas no me estaban saliendo bien y decido irme a Holanda a trabajar. Cuando estaba ya a punto de firmar con la clínica (dental), el día antes de que me llegase la oferta, me llamó Jordi, una semana después de acabarse los Juegos de Río, que si me quería unir al proyecto, que su compañero no iba a seguir, que no tenían los mismos objetivos de cara a 2020.

¿Le costó mucho decidirse?

Estuve unos días pensando, aunque en realidad creo que ya lo tenía claro. Era el sueño de mi vida y creo que me limité a lo que había pensado el primer día. Si me veo subido a un podio olímpico me tiro por la ventana después de esa llamada. Lo que hice fue asumir esa realidad, es decir, si estoy pensando esto, tengo que hacer la maleta y volverme. Fue lo que hice, cogí la maleta y a los días estaba en España otra vez.

Por como lo cuenta, esta oportunidad le llegó por sorpresa.

Sí, al día siguiente me llegó la oferta de la clínica en Holanda porque yo ya estaba para firmar con ellos. Les tuve que decir que esperasen unos días que me había llegado otra cosa de España, eran dos caminos totalmente distintos en mi vida.

Todo esto, ¿lo coge estando ya en Holanda o aún en Canarias?

En realidad estaba en Austria, aprendiendo holandés con una empresa en un hotel. Hacíamos ocho horas intensivas al día, luego exámenes, trabajos y demás, de lunes a viernes. Yo ya estaba totalmente full, porque necesitaba tener un nivel 1 de holandés para poder trabajar.

Iba para dentista pero tuvo que posponerlo por la vela. ¿Volverá a la odontología una vez finalice esta aventura?

Nunca se sabe. Si esto sale muy bien y al final se consigue una medalla olímpica está claro que se abrirán muchas puertas. Si no, la odontología me encanta y es una opción. Pero a día de hoy solo pienso en el verano de 2020, no tengo más, después ya pensaré qué camino toma mi vida.

Con la vista en Tokio pero mirando todavía a Río de reojo me asalta el recuerdo de López Marra y Jordi Xammar, su actual compañero, colándose en primer plano junto a Rafa Nadal en el desfile de apertura. ¿Ha empezado a ensayar para la ceremonia?

La verdad es que estaban pletóricos (se ríe). Pregúntales un día a los dos por las anécdotas de ese día, verás.

Echemos la vista más atrás todavía. ¿Recuerda sus comienzos en el mundo de la vela?

Empecé a los 8 años, en el Náutico de Vigo, un poco por lo típico, pruebas un montón de actividades, mi madre había navegado un poco de joven, a mi padre le gustaba ir a pescar, mi abuelo fue comandante de la Marina, y dije ¡pues a probar la vela! La verdad es que me gustó mucho, me dio libertad. Aunque tuve algunos percances de pequeño, con algún temporal y alguna cosa que cogí un poquito de miedo, pero acabé volviendo y aquí estamos.

¿Qué fue lo que le atrapó?

Igual la sensación de libertad, de estar solo, sin nadie. Y también creo que tuve mucha suerte con el grupo de amigos que se hizo alrededor, de 10 o 15 niños. Disfrutábamos todos tanto compitiendo entre nosotros que se hizo un gran grupo que fue lo que ayudó a que me enganchase tanto.

Supongo que pronto aprendió que para un regatista la vela es mucho más que simplemente estar en el campo de regatas.

Sin duda. El más claro ejemplo lo tenemos en el Europeo, que rompemos el palo, volvemos a tierra remolcados lo más rápido posible, a intentar poner el palo de repuesto, tenemos la suerte de que anulan la siguiente prueba, y nos pasamos ese día, desde las 5 de la tarde hasta las 10 de la noche en el club, poniendo todos los repuestos, arreglando todos los daños que ha habido... Eso lo haces entre tu entrenador y vosotros dos, no hay nadie más que lo pueda solucionar, no hay un equipo de tierra detrás de mantenimiento. Hay muchas cosas que se rompen, hay que reponerlo, arreglarlo, y eso tiene tiempo, esfuerzo y dedicación. O lo haces tú o no llegas al día siguiente.

Otra de las obligaciones son las horas de furgoneta.

Sí. Por ejemplo, el año pasado ganamos el bronce en Dinamarca y luego tenía dos días de viaje en furgoneta hasta Barcelona. La ida es igual. Pero todo forma parte de tu trabajo, de tu deporte, ya cuentas con ello y al final se nos hace algo normal porque llevamos toda la vida acostumbrados a hacerlo y es lo que hay.

"Cuando estaba ya a punto de firmar con la clínica me llamó Jordi por si me quería unir al proyecto"

"Si se consigue una medalla olímpica se abrirán muchas puertas"

11 ago 2019 / 22:55
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