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Santiago Posteguillo, escritor

"Esta novela está llena de actualidad: hay epidemias, xenofobia, eutanasia..."

El autor publica 'Y Julia retó a los dioses' (Planeta), continuación de 'Yo, Julia', que muestra el final de la vida de la emperatriz romana, la asombrosa Julia Domna, de origen sirio, que transformó el imperio y sufrió la desavenencia, de trágicas consecuencias, entre sus hijos Geta y Caracalla

La trayectoria del escritor valenciano Santiago Posteguillo es bien conocida. Profesor e investigador de Filología Inglesa en la Universidad Jaume I de Castellón, hace ya muchos años que Posteguillo desplegó sus conocimientos en literatura creativa (a la que dedicó sus estudios en los Estados Unidos) en el mundo romano, el que más le apasiona y el que le ha lanzado al estrellato de la literatura histórica en este país.

En 2006 comenzó con su famosa trilogía de 'Africanus', sobre Aníbal y Escipión, y desde entonces no ha dejado de ir de éxito en éxito, de premio en premio. En 2011, por ejemplo, comenzaría otra famosa trilogía, la que dedicó al emperador de origen hispano, Marco Ulpio Trajano.

Con otras publicaciones que ha ido diseminando entre sus éxitos de novela histórica, algunas en el ámbito académico, Santiago Posteguillo es ya, sin duda, el más prolífico autor español en la materia del universo romano, y ha alcanzado un número muy notable de entusiastas lectores que encuentran en estas largas novelas (la mayoría lo son) no sólo una fuente de entretenimiento, sino un gran rigor histórico, que sin duda tiene que ver con el lado investigador del profesor valenciano, como demuestra su afición por señalar las fuentes, apuntalar la bibliografía, viajar a los escenarios que aparecen en sus novelas antes de crearlos literariamente, añadir glosarios, árboles genealógicos, apuntes históricos y notas diversas a todos y cada uno de sus libros sobre la historia de Roma.

Como el coronavirus nos mantiene confinados, esta vez no he podido encontrarme personalmente con Posteguillo, como habrá ocurrido ya, al menos, en cuatro ocasiones. Las visitas del profesor valenciano se saldaban siempre con conversaciones distendidas, algún aperitivo, charlas afables sobre el mundo académico que nos es común, y también, cómo no, sobre cómo ha ido creciendo su pasión por los temas romanos. Su capacidad de penetrar en la historia de Roma, desde Escipión a estas novelas sobre Julia Domna, es realmente emocionante y abrumadora.

Me atrevo a recomendar esta novela, 'Y Julia retó a los dioses' (Planeta) como uno de los textos para sobrellevar este encierro sanitario. No sólo porque son casi ochocientas páginas dedicadas a un tiempo remoto, sino porque, paradójicamente, se parece mucho al tiempo presente. Por ejemplo, la epidemia, la peste, es uno de los puntales del argumento. Posteguillo me lo hace notar, aunque cuando escribió la novela, por supuesto, ni tan siquiera barruntaba la situación en la que nos encontraríamos muchos de sus lectores cuando la tuviéramos entre las manos. El imperio romano, como todos los grandes imperios de la antigüedad, estuvo sometido al acoso de los contagios y a las muertes masivas por la peste. Y esta historia final, terminal, en realidad, de Julia Domna, no es una excepción.

Posteguillo me atiende, dice, desde su casa de la montaña. "Me he encerrado aquí, ya sabes, como nos han mandado. He elegido un sitio tranquilo fuera de la ciudad, tengo incluso encendida la chimenea. Y para hablar contigo, para rememorar nuestras conversaciones, he sacado una cerveza y unas aceitunas... Que todo parezca normal", explica, con humor. "Aprovechando el encierro me pondré a escribir en unos días", apunta. "¡Qué otra cosa puedo hacer!Pero de momento, he de cubrir todas las entrevistas con vosotros, ya que, desgraciadamente, esta vez no hemos podido hacerlo en persona. Otra vez será", dice, resignado. Y añade: "sabes bien lo mucho que me gusta ir a Galicia".

Como ya dijimos, esta nueva historia de Santiago Posteguillo narra el final de Julia Domna, cuyo ascenso fulgurante había sido descrito en su novela anterior, 'Yo, Julia'. Se trata de uno de los personajes femeninos más característicos de la época romana, en torno al siglo II de nuestra era, quizás no suficientemente conocido hasta ahora. No, al menos, para el gran público. Sobre sus hombros descansa toda una dinastía, fundada de un modo extraño, pues Julia era extranjera: había nacido en Emesa (hoy, Homs), en Siria. Fue su matrimonio con Lucio Septimio Severo (que había nacido en la actual Libia) el que iniciaría el extraordinario ascenso hacia la cumbre y el poder, hasta el punto de que su mandato se compara hoy con los mejores momentos de iluminación cultural e intelectual de Roma, envueltos en la atmósfera de las mujeres orientales (sirias) que la acompañaron, y de cambiaron muchas cosas, no solo en el devenir del imperio, sino en la forma de ejecutar el poder y de abordar la cultura.

Pero, al tiempo, aquellos fueron instantes de gran inestabilidad y de gran turbulencia política. Este es el elemento que otorga a la novela de Posteguillo un poderoso dinamismo. El asesinato de Cómodo va a acelerar el proceso y la llegada de Severo al poder, en medio de venganzas e intrigas (Juliano y Pertinax murieron a manos de los pretorianos, pero Severo resistió).

Y, a partir de ahí, asistimos a la culminación de la influencia de Julia Domna, que acompaña a su marido en sus campañas militares, hasta el punto de ser conocida como 'mater castrorum'.Una mujer en lo más alto, no suficientemente reconocida por la historia. Julia se alza como protagonista indiscutible de un tiempo de revueltas, pero también de gran progreso cultural, tras el apartamiento de la vida pública, a raíz de las intrigas puestas en marcha por el prefecto del pretorio, Plauciano. Todo esto, por supuesto, aparece pormenorizadamente relatado en las dos novelas de Posteguillo.

"Vivimos tiempos extraños, y esta misma entrevista, en la distancia, no es lo que uno desearía... No sé cuánto tiempo más tendremos que estar así... Lo importante es saber que no asistimos a un episodio nuevo. La historia está llena de momentos muy parecidos a este", reflexiona Posteguillo al otro lado del teléfono. Y, como señalábamos, su novela es un buen ejemplo.

Es una novela muy actual, Santiago. Pero es que en la Historia siempre en posible encontrar temas actuales, por una razón o por otra.

Las famosas pestes antoninas, que se narran en 'Y Julia retó a los dioses', eran, en realidad, brotes agresivos de viruela. La gente no suele saber que emperadores como Marco Aurelio, o Lucio Vero, murieron probablemente de esta epidemia de viruela [y llegaron a morir en torno a dos mil personas al día en Roma]. Los virus, en efecto, no conocen fronteras sociales, como estamos viendo también ahora. Cuando escribí esta novela, sabía que había en ellas temas de gran actualidad, como la xenofobia, como la eutanasia y el cáncer, que aparecen relacionados, como sabes, con la muerte de la protagonista Julia Domna. Pero me sorprende siempre cómo Roma, para bien o para mal, se pone de inmediato de actualidad. Se diría que todo puede encontrarse en ella, lo que sea. Cuando escribía todos estos episodios de la lucha de Galeno contra la viruela [Galeno de Pérgamo es la voz narrativa principal de la novela de Posteguillo] no pensaba, la verdad, que estaba escribiendo algo de tanta actualidad.

Sin duda, en todo esto hay lecciones para aprender.

Ya lo creo. Julia entiende que ante una crisis sanitaria tiene que hacer caso a la autoridad médica. En la época de Marco Aurelio el impacto de esta epidemia había sido mucho mayor, especialmente al principio. Galeno va a ser esa autoridad, aunque observa que hay mucha literatura falsa, o pseudomédica (por no decir mágica) en los textos a los que él accede, eso ya sucede entonces y aparece reflejado en la novela.

O sea, como los bulos actuales.

Exactamente. En paralelo con la ciencia basada en el conocimiento, que es lo que significa Galeno, está esa otra basada en la superstición y los charlatanes, que Galeno ve a su alrededor. Hay un paralelismo claro con las noticias falsas de hoy. Otra cosa son las bromas, que creo que necesitamos desesperadamente. Hay chistes que recibo estos días que son muy divertidos, y, sin duda, y creo que en una situación así todavía más, la risa es catártica.

Galeno es una voz narrativa importante, pero además aporta sensatez y equilibrio, también experiencia, a todo el vaivén bélico, a la locura de algunos personajes, a este movimiento hacia Oriente que hay en esta novela.

Era lo que pretendía hacer. Galeno es como un remanso de reflexión. Nos da un momento de calma. Es verdad que en la novela pasan muchas cosas porque el dinamismo de la época fue terrible. No sabes ya si hay más acción en palacio o en las batallas, yo diría que por igual. Creo que Galeno funciona muy bien, porque nos permite coger aire en medio de la gran vorágine de la narración. Es algo que pretendía hacer, como digo, junto con esas reuniones de los dioses, la parte mitológica, que discuten sobre el personaje de Julia, porque algunos la protegen y otros quieren eliminarla cuanto antes.

Es una especie de Consejo de ministros de los dioses. Es divertido porque ahí se marca el 'fatum', el destino de los personajes, y se muestra esa interacción entre los dioses y los mortales tan propia de la época romana.

Sí, son consejos en los que se ve gran división entre los dioses, por cierto... En realidad, son capítulos que están llenos de guiños homéricos, incluyendo el tono irónico. ¡Ese Júpiter que está harto de las divisiones en su consejo de ministros, bueno, en su asamblea de dioses...! Y el caso es que él ve que hay problemas más importantes que lo que atañe a Julia, problemas que el resto de los dioses no abordan. Júpiter está anticipando que todo va cuesta abajo y sin frenos en el panteón romano. Mi construcción de la mitología intenta reflejar la forma que ellos tenían de pensar. Las rencillas entre los dioses tenían que entroncar con lo que pasaba en la vida real. En la Guerra de Troya, en la Odisea, etc., vemos esas mismas cosas. Aquí estamos en el mundo romano, pero la situación es semejante. Y mira, me gusta la parte didáctica de la literatura. Quizás esto despierte el interés de algunos: si leen la 'Ilíada' o la 'Odisea' después de leer mi novela, ya me doy por satisfecho. Y no son malas fechas estas para hacerlo... Son historias mucho más entretenidas de lo que la gente piensa.

Todo está relacionado. En el pasado pueden encontrarse muchas situaciones de hoy.

Sí, es lo que digo a algunos compañeros tuyos, cuando me preguntan si alguna vez voy a escribir de la actualidad. 'Julia retó a los dioses' está lleno de actualidad': hay una epidemia de un virus agresivo, la emperatriz tiene cáncer y se plantea la eutanasia, es una mujer que intenta conseguir sus objetivos en un mundo de hombres y que es discriminada por la xenofobia de la época... En fin, con todo eso, ya me dirás. Escribo del siglo II, pero la verdad es que no sé qué más decir del siglo II.

La historia de Julia Domna parece inconmensurable. Su participación en la dirección del imperio es evidente, pero las cosas se complican extraordinariamente con la muerte de Septimio Severo y el enfrentamiento entre sus hijos, Geta y Caracalla. Julia, enferma, se ve obligada a hacer un esfuerzo sobrehumano, y, sin embargo, los escritos de la época se dedicaron a ignorarla.

Su enfermedad, que era un cáncer, le causó un gran dolor físico. Pero lo que le atenazó fue en el enfrentamiento de sus hijos. Sabía muy bien que esa lucha intestina, familiar, podría llevar al traste su enorme lucha, la dinastía que había construido prácticamente desde la nada. Julia encuentra formas para sobreponerse, pero con un coste personal tremendo. Muchos políticos actuales no habrían asumido ni la mitad de la mitad de lo que ella asume.

Las primeras escenas de la novela nos muestran cómo avanza la enfermedad sobre Julia, atendida por Galeno, que sin embargo se niega a tomar opio, porque le nublaba el conocimiento.

Sí, le impedía pensar. Ahí me he documentado mucho. El opio funcionaba como tratamiento paliativo, y gente que lo ha tomado me ha contado cómo se siente uno, las pesadillas, etc... Renunciar a tomarlo, como hace Julia, implica tener una gran entereza, una gran capacidad de gestionar el dolor. Hasta que llega el limite inasumible: y ahí entra otro tema de actualidad, que es la eutanasia [Julia acabará con su vida en Antioquía]. Todo lo de Julia es muy actual, y luego, bueno, esta epidemia que sufrimos, que hace aún más actual la novela.

1963

Se firma entre España y Noruega un convenio bilateral para evitar la doble imposición. Mediante este acuerdo, se decidió que debían pagar impuestos en Noruega. Eso sí, por ley tenían prohibido afiliarse a la seguridad social, ya que para ello había que estar empadronado en un municipio del país. Requisito que no se le exigía a los noruegos, ya que algunos incluso tenían residencia en España.

1994

Hasta la década de los noventa, con la instauración del Espacio Económico Europeo (EEE) el 1 de enero de 1994, no hubo un acuerdo entre los gobiernos español y noruego para el reconocimiento de los trabajadores internacionales, su derecho a entrar en el sistema de protección social y, con ello, la garantía del pago de sus pensiones. No obstante, éste no tiene carácter retroactivo.

2008

Nace el colectivo Long Hope. La organización es la responsable de interponer una demanda contra el Estado Noruego, al amparodel Convenio Europeo de Derechos Humanos, y en tribunales noruegos, como paso previo a Estrasburgo.

ENTREVISTA

"Los virus, en efecto, no conocen fronteras sociales, como estamos viendo también ahora. Cuando escribí esta novela, sabía que había en ella temas de gran actualidad,como la xenofobia, como la eutanasia y el cáncer, que aparecen relacionados, como sabes, con la muerte de la protagonista Julia Domma".

"El opio funcionaba como tratamiento paliativo, y gente que lo ha tomado me ha contado cómo se siente uno, las pesadillas, etc. Renunciar a tomarlo requiere gran entereza".

22 mar 2020 / 12:17
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