El Pontevedra cayó eliminado ante un Sevilla B ambicioso

El Pontevedra vivió ayer su día más triste de los últimos años, al quedar eliminado con el Sevilla B en la tanda de penaltis. El filial hispalense, que había perdido en el partido de ida 0-2, logró el primer gol de penalti en el minuto 74 de partido e igualó la contienda en el tiempo de prolongación, concretamente en el minuto 94.

Los granates, que jugaron muy atenazados por los nervios, tuvieron ocasiones para lograr un mejor resultado pero la suerte le dio ayer la espalda al equipo arrendatario del viejo Pasarón.

En el minuto 22 Mannara tuvo la primera gran ocasión del Pontevedra, tras una contra de Yuri por la izquierda; Charles en el minuto 48 disparó alto a centro de Nasser, tras un tuya-mía de Igor y Yuri; en el minuto 80 una impresionante volea de Igor se estrella contra un defensor; tres minutos más tarde, Igor, que se queda solo ante Javi Varas y dispara fuera, lo mismo que Yuri en el 86 en un mano a mano con el portero sevillano; y ya en la prórroga, primero Luciano y luego Igor, en sendos mano a mano con Javi Varas, tuvieron la ocasión de clasificar al Pontevedra.

Con estos antecedentes era previsible que en la tanda de penaltis la suerte le siguiese dando la espalda al cuadro granate. Y así fue, Azparren envió fuera el primer lanzamiento, mientras que Pablo Sánchez, Salva Sevilla, Yonathan, José Manuel y Javi Vacas, el portero, transformaban los suyos. De nada sirvieron los anotados por Yuri, Rubén Reyes y Organista.

Mala suerte al margen, el Pontevedra no supo serenar y cerrar el partido desde el incio. En la primera mitad el encuentro fue de ida y vuelta y eso no favorecía a los intereses del equipo que prepara Alberto Argibay. En la segunda mitad, y a expensas de las ocasiones de que gozó el cuadro granate, el control del juego y del partido fue del Sevilla B de Manolo Jiménez, que anuló por completo la línea de medios del Pontevedra.

Con el penalti señalado por el colegiado, dudoso para algunos, pero penalti al fin y al cabo, llegó el gol de Pablo Sánchez y la inquietud se instaló en las gradas de Pasarón, en la que se dieron cita unos 7.000 aficionados, y el nerviosismo se incrementó entre los granates en el césped.

Tras un intento del Ponteve-dra de esconder el balón, el Sevilla B siguió achuchando y a medida que se acercaba el final de la contienda crecía la incertidumbre. La defensa local no era capaz de sacudirse el dominio visitante, pero nadie pensaba que la fortuna sería tan cruel con los granates. En el minuto noventa y cuatro, José Manuel igualaba la contienda y abría para su equipo el camino de la ansiada clasificación