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Primera fila de los cines, ¿por qué nos toman tanto el pelo?

    Voy a tratar de exponerles un pequeño problema que me encontré un día cualquiera en un cine de la ciudad de Santiago y del que estoy seguro que todos nosotros alguna vez hemos sufrido, bien en carne propia, o simplemente porque hemos sido testigos visuales de algo parecido.

    Como dije al principio, en un fin de semana, como casi todos, mi pareja y yo decidimos ir al cine; nos dirigimos a la taquilla, sacamos nuestras entradas, pasamos y nos fuimos hacia la sala que nos correspondía. Pero cuál fue nuestra sorpresa cuando entramos y, como era previsible en el film que íbamos a ver, había bastante gente. Y, claro... ¿adivinan ustedes qué fila quedaba libre? Pues sí, ésa, la que todos tememos, la que todos queremos evitar: la primera fila.

    Nos decidimos y bueno, finalmente ocupamos nuestros asientos, pero créanme que desde donde estábamos hasta la gran pantalla, más "gran pantalla" que nunca, no había más que dos metros o 2,5 como mucho, con lo cual, para esas dimensiones estamos hablando de una distancia demasiado corta para ver una película de cine, corta tanto en el aspecto visual (no se ve bien el filme), como en el aspecto médico (no puede ser muy aconsejable esa condición de visionado.

    Ahora vienen mis reflexiones, mis preguntas, mis dudas, etc...... Vivimos en una época en la que las empresas lo que más ansían es facturar y facturar, a veces, como en este caso, al coste que sea y sin preocuparse ni lo más mínimo por el cliente. Lo que cuenta parece que es meter asientos, cuántos más mejor, aunque no se vea la pantalla ¿Cómo se concibe que te vendan una entrada para un sitio en el cine desde el cual es totalmente imposible visualizar la película con unas condiciones mínimas de calidad?

    Es algo que no me cabe en la cabeza y lo más grave de todo, no me cabe en la cabeza que lo permitan quienes teóricamente tienen que supervisar este tipo de proyectos, negocios, etcétera ¿Dónde está el inspector de turismo de turno que vela por la calidad del local pensando en el cliente? ¿ Dónde está la profesionalidad del decorador o quien haya sido el que tomó la decisión de colocar esas butacas a tan poca distancia?, ¿Hay informes positivos de este local o recinto expedidos por optometristas o similar que den por buena esa distancia para ver una película en pantalla grande?

    Y así se podrían seguir haciendo más preguntas acerca de este tipo pero posiblemente sin respuestas lógicas o, en muchos casos, sin respuesta alguna.

    Estamos en unos tiempos donde la competitividad es cada vez mayor en todos los sectores y éste en concreto, el cine, no es una excepción.

    Cada vez los grandes formatos de televisión, tecnologías nuevas, etcétera ganan más adeptos en detrimento del cine porque, entre otras cosas, cada vez hay menos diferencia de calidad, entre unos y otros medios. De hecho es un sector que desde unos años para aquí se define en crisis entre otras cosas debido a esta dura competencia de la que hablamos. Pero, ¿qué hacen ellos para solucionar esta situación?

    Desde mi punto de vista, probablemente haya que hacer muchas cosas, las cuales no soy el idóneo para exponerlas, pero una de ellas sí lo tengo claro y lo digo como consumidor: son unas buenas instalaciones para ver las películas en una buenas condiciones y que no ocurran este tipo de hechos que acabo de comentar aquí.

    Desde estas página quiero reivindicar, como buen aficionado al séptimo arte, la nostalgia de ir al cine, de pasar por taquilla pero, eso sí, señores, en unas buenas condiciones que, creo, nos merecemos.

    31 mar 2007 / 00:41
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