Ramón Conde, escultor

De pequeño quería ser el Capitán Trueno y tener, además de su fuerza, nobleza y valor, unos amigos tan incondicionales como Goliath y Crispín, además, por descontado, de una novia tan guapa como Sigrid, la reina de la isla de Thule. Soñaba con erigirse en defensor de los débiles y en desha- cedor de entuertos, pero ya apuntaba también algunos detalles que hoy pudiéramos considerar como los primeros indicios de su vocación artística.

Ourensano de la calle Santo Domingo, Ramón Conde es hoy un referente de primer orden en el mundo de la escultura, en el que destaca por su acusada personalidad artística. Pero el ocupar un puesto de privilegio en un mundo tan difícil no le ha hecho olvidar sus primeros pasos. Incluso se emociona cuando recuerda su primera exposición, que realizó con tres amigos; la primera vez que le entrevistaron en el periódico, o la primera crítica que leyó sobre su obra, que no le gustó mucho, naturalmente. Tiene muy presente, asimismo, lo que significó su primer viaje al extranjero -¡a París!-, la sensación que sintió cuando oyó hablar positivamente de su trabajo y, sobre todo, cuando vio cómo se resaltaba su originalidad. Aquello, recuerda, fue como el cuento del patito feo. Tenía catorce años cuando se trasladó a Gijón para estudiar en la Universidad Laboral. Cuatro años después regresó a Ourense, donde finalizó el Bachillerato para poder ingresar en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidade de Santiago. Pero el artista que llevaba dentro quería expresarse y, así, después de realizar su primera exposición en su ciudad natal, con veinte años, lo encontramos en Madrid, conociendo fundiciones y talleres de otros artistas. A su vuelta a Ourense tenía muy clara su vocación y empezó a desarrollar lentamente su lenguaje plástico. Luego, en 1986, se instaló en A Coruña y en estos años realizó sus primeras obras públicas, con lo que comenzó su proyección nacional e internacional. En 1991 se inauguró su obra Os Redeiros en la Gran Vía de Vigo. Durante este tiempo no paró: una temporada enseñando en la Universidad de Houston, estancia en Monterrey, montaje de su estudio en Vigo, realización de sus primeras exposiciones en Alemania, instalación de su Guardian ante la Torre de Hércules coruñesa... Y la actividad continúa. Ahora mismo realiza varios encargos, el más inmediato para Pontevedra, y prepara una exposición para el campus de Lugo. El artista -un artista excepcional, en palabras del crítico Xosé Antón Castro- cree que se puede hablar de una escultura gallega y, en este campo, sin querer remontarse al Maestro Mateo, ni perderse en el rico mundo de la imaginería, destaca a Arturo Baltar, que le sigue pareciendo entrañable, y a muchos de los contemporáneos en activo, donde abundan los creadores, dice, con un lenguaje muy personal y una obra digna.

Hablando de obras concretas, Ramón Conde, el de las imágenes hercúleas y de un modelado vigoroso, el creador de esas grandes obras en bronce que podemos admirar en varios espacios públicos de Galicia, destaca a nivel mundial el Hércules Farnesio, para él la obra cumbre de la escultura. Y La Noche, de Miguel Ángel.

Varias veces pensó en instalarse fuera de Galicia, mas, por fortuna, no se decidió a dejar la tierra donde un día, recién cumplida la mayoría de edad y guiado por una fuerte vocación por el arte, decidió probar a modelar en barro. Y así hasta hoy.

PARA GUSTOS

Canción: Cualquiera de Elvis

Disco: Lo mejor de Elvis

Película: Me impresionó 'El', de Buñuel. Me gustó 'Precious'

Libro: Uno de Historia. 'Cisnes salvajes', de Chang, me gustó

GASTRONOMíA

Vino: Soy abstemio, lo siento

Queso: El de berza, una reliquia

Plato: Un buen cocido. El de casa de Mercedes, mi suegra, es mi preferido

Restaurante: La tacita de Juan

OCIO

Automóvil: Por soñar, Hummer

Deporte: Practico medio fondo

Televisión: Muy poca

Radio: A veces, Radio Clásica

'Hobby': Mi trabajo, leer y correr

LUGARES

Para vivir: No me importa el lugar, sino con quien.

Para veranear: No necesito nada excesivamente exótico.

Ciudad: Me gusta Santiago y guardo buenos recuerdos de A Coruña.

NOMBRES PROPIOS

Político: Ni los totalitarios ni los buenistas a corto plazo

Deportista: Pepín Carballeira, mi compañero de andanzas

Escritor: No tengo afición literaria

Modisto: Elijo lo que me llama la atención en cada momento

ESTACIÓN

La primavera siempre trae promesa de regeneración.

FRASE O REFRÁN

Nunca choveu que non escampara.