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EL DÍA DESPUÉS

A remar

    Decía Pedro Pablo Alonso, comentarista de la Radio Galega, que en los últimos partidos el Obradoiro tenía que remar para intentar volver a ellos y que era necesario que intentase cambiar el rumbo y no dar tantas ventajas a los contrarios regalando un cuarto. Creo que tiene razón ya que es muy difícil ganar fuera de casa si no juegas bien y con regularidad todo el partido. Hay diferencias que son insalvables ante equipos con oficio como el Bilbao y aunque al final consigas llegar con opciones el menor error te lo penalizan o te pita, como viene siendo habitual, el tercer árbitro de turno una chorrada como la falta de Caloiaro cuando fue Hervelle el que la cometió y se acaba el partido. Por cierto, en el último cuarto Raúl Zamorano se erigió en protagonista del trío arbitral y aparte de estar desacertadísimo, perjudicó al Obradoiro en varias decisiones, algunas de ellas pitadas desde el lado contrario de donde se produjeron. Dicho esto, no se pueden dar tantas ventajas con balones perdidos tontos y sobre todo con una defensa muy floja como la que mostró el Obra en el segundo cuarto. De nada vale la táctica si no se defiende con la intensidad que se hizo en la segunda parte. La defensa siempre comienza en el uno contra uno y si ahí no se es consistente es difícil ganar partidos. Cuando un equipo es capaz de meter 17 triples o dar 21 asistencias, es porque, aparte del acierto y la calidad que puedan tener, se les ha dejado jugar muy cómodos. En fin, otro partido más en el que a base de remar para recortar 23 puntos de desventaja, se pudo llegar al final a solo 5, pero sin alcanzar el puerto de la victoria que es lo que cuenta y lo que el equipo necesita para oxigenarse en la clasificación que sigue estando muy cara ya que afortunadamente Guipúzcoa y Estudiantes, a pesar de los cambios de entrenador y de los refuerzos de última hora, siguen sin levantar cabeza.

    Los de Mumbrú, que volvió a sentar cátedra, se han clasificado merecidamente para la Copa del Rey, al igual que el Fuenlabrada, la gran sorpresa de la temporada que ha confeccionado una gran plantilla traducida en un excelente equipo. El sorteo nos ha deparado un duelo difícil, como era de esperar, pues entre los cuatro de arriba y el resto hay una gran diferencia en plantillas y presupuesto. Lo mejor es que va a ser un gran espectáculo en la grada, ya que la afición más numerosa y fiel en la Copa es la del Laboral Kutxa. La gran e inadmisible decepción ha sido la del Unicaja, al que ahora le tocará ver la Copa por Movistar +, que por cierto, debería de hacer un esfuerzo a la hora de seleccionar a sus comentaristas ya que salvo honrosas excepciones, dejan bastante que desear en muchos sentidos.

    25 ene 2016 / 21:42
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