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El rescate encubierto a la banca

    EN febrero de 2017 el Banco Central Europeo (BCE) adjudicó 233.500 millones de euros en la cuarta y última subasta del mecanismo TLTRO-II (Longer-term refinancing operations), por el que presta a largo plazo a los bancos europeos con el objetivo de promover la concesión de préstamos a empresas y consumidores. Tal cifra se explica por tratarse de una financiación al 0 %, frente a las serias expectativas de subidas de tipos antes del vencimiento de la emisión en 2021, siendo buena prueba de ello que la Reserva Federal de Estados Unidos los ha incrementado este mes hasta el 1,75 %.

    Es evidente que no se requieren elevados conocimientos financieros para ganar dinero en esas condiciones: recibir dinero al 0 % para prestarlo al 7,24 %, el tipo medio en los préstamos al consumo según el Banco de España, es jugar con las cartas marcadas.

    Precisamente nuestro banco central publicó el 18 de marzo pasado los datos de inversión crediticia y de créditos dudosos de familias y empresas del ejercicio 2017. De su lectura podremos evaluar si la banca española ha realizado un bueno uso de la gentil e ingente ayuda recibida. Pues bien, en términos absolutos la variación interanual de la primera ha supuesto una disminución de solo 22.256 millones. Nada que ver con los 177.594 millones de 2012, pero en todo caso implica que seguimos sin recuperar crédito, pese a las facilidades del BCE. La única magnitud que evoluciona favorablemente es la de los activos dudosos, que disminuyen un 16% y su saldo por primera vez desde 2010 es inferior a los 100.000 millones de euros.

    Por sectores, en las actividades productivas únicamente crecen el sector primario y la industria. De entre los servicios, comercio, hostelería y transporte crecen, pero construcción y sector inmobiliario siguen en caída libre, situándose a niveles de 1999 y 2004 respectivamente. En los hogares cabe destacar el comportamiento muy positivo de la financiación de bienes de consumo duradero, nada menos que un 21 %, lo que puede explicarse al prestar al antes citado 7,24 % frente al 2,33 % del tipo de interés medio aplicado a los préstamos a las empresas. Por ello, no debe sorprender que la financiación a los hogares supere a la financiación de las actividades productivas desde 2014, año en el que el BCE lanzó su primera emisión de TLTRO. Las casualidades no existen.

    A las iniciativas anticrisis del BCE, presidido por Mario Draghi, la banca española debería responder apoyando en mayor medida las actividades productivas, para no tener la certeza de que las dos emisiones de TLTRO no han sido más que un rescate, encubierto, a la banca.

    Economista

    26 mar 2018 / 20:37
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