El rescate del FMI abre un nuevo marco para 176.000 gallegos en Argentina

Argentina y Venezuela. Dos países muy diferentes donde viven 226.000 gallegos, el 53,6 % de los que el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) ubica en América. Dos estados hundidos en diferentes tipos de crisis que, sin embargo, provocan que estén afectados por una inflación galopante que deja el agua de borrajas sus salarios, devora sus ahorros y les impide llevar una vida digna.

En Argentina se abre un nuevo escenario para los casi 176.000 residentes gallegos en el país, despues de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) acordase a finales de la semana pasada con este país un plan de rescate por 50.000 millones de dólares a desembolsar en tres años. Habrá ajustes importantísimos, tanto de empleo público como de inversión, para demostrar una total austeridad a la entidad que dirige C­hristine Lagarde. Algo que se notará en las calles. También tendrán que tratar de embridar una inflación que amenaza con llegar este año al 30 % interanual. Mientras el FMI sale al rescate de la Casa Rosada, el recién reelegido presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, está cada vez más solo, en un entorno internacional que huele a tongo en dichas elecciones. Media oposición en la cárcel, la intervención de Banesco... se ve como un país de riesgo y sin garantías.De hecho, por segundo año consecutivo, es el país más peligroso del mundo para sus propios ciudadanos entre 142 estados, según los resultados de la encuesta sobre Ley y Orden Global realizada por Gallup, por encima de países en conflicto como Afganistán o Sudán del Sur: un 42% de sus habitantes, gallegos incluidos, perdieron propiedades o dinero en 2017 y el 25 % fueron asaltados. Solo el 24 % expresa su confianza en la Policía y apenas el 17 % se siente seguro fuera de casa de noche, frente a las medias mundiales, que se sitúan en el 70 y el 68 %.

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