Resistencia numantina en la Fábrica de Armas
Los encerrados salieron del recinto encadenados para que los familiares metieran víveres
Mediodía en punto. Tras los muros de la Fábrica de Armas herculina se oye: "¡Santa Bárbara!", y en el lado externo unos doscientos familiares y amigos replican: "¡Solución!". Como si de una clave se tratara, los 61 encerrados se imponen a los miembros de seguridad contratados por General Dynamics, la empresa norteamericana que cerró hace cinco meses la factoría, y el portón de hierro cede y se abre. Salen en primer lugar los miembros del comité de empresa encadenados. Al momento, los familiares congregados en la entrada empiezan a dar las cajas con víveres a través del portón a los de dentro, y saludan a los suyos, que no cejan en el empeño de conquistar un futuro laboral estable en la factoría.
"Salimos encadenados para que no se pueda cerrar la puerta porque los de seguridad tienen órdenes de desalojarnos", comentó Roberto Teijido, presidente del comité de empresa, quien encabezó el grupo.
La resistencia empieza ya a ser numantina. El orgullo y el amor propio de una plantilla de trabajadores muy especializados en una tecnología puntera que tiene esta factoría, los hace fuertes, y más aún al ver la solidaridad que recibieron ayer. "Ha sido un puntazo de las familias, amigos y gente tan sensible", reconocía emocionado Teijido, quien afirmó: "Vamos a ser capaces de conseguir el objetivo de derribar los muros que oprimen hoy en día nuestro futuro industrial".
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