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Secretario xeral de Unións Agrarias

Roberto García: “­Es impensable para el ganadero que este año sea tan nefasto como 2009”

Roberto García afronta su quinta reelección como líder de UUAA “con más ilusión” que con la que empezó en 1983 ·· En 2010 será “imprescindible” una regulación que permita la negociación agraria y limite el poder de Competencia

Milita en Unións Agrarias (UUAA) desde hace 27 años y vive el momento más duro del campo al frente de la organización, aunque, como reconoce, también es una etapa histórica. Roberto García (1958), casado y padre de un niño, se dedica en cuerpo y alma desde 1983 a las siglas que lidera, siendo secretario xeral desde el 89. Ha vivido de todo en defensa del rural gallego –manifestaciones, tractoradas y acuerdos– sacrificando mucho tiempo con la familia, "la que más sufre". Pero su labor "así lo exige", y se siente "a gusto". Hoy encara su quinta reelección, sin oposición, al frente de UUAA en el octavo congreso nacional que se celebra hasta mañana en el Palacio de Congresos de Santiago.

– Tras tantos años en la brecha, ¿conserva la ilusión del primer día?

_ Ahora tengo más ilusión por el momento que vive el campo. Desde que estoy en UUAA destacaría dos hitos: La entrada en la UE, con la brutal reconversión que supuso para el sector, y la etapa actual, donde se va a definir una nueva ganadería y agricultura más allá de la producción de alimentos, y en este debate serán decisivas las organizaciones agrarias.

_ ¿Echa de menos algún otro candidato a la secretaría xeral?

_ UUAA siempre estuvo muy cohesionada. No es cuestión de que no haya rival. Mi mérito está en coordinar a mucha gente, y tener líderes dentro del equipo impide que salgan fuera.

_ El año pasado fue especialmente negro para el sector lácteo...

_ Para las industrias no... (se ríe)
_ Hablando del ganadero, ¿este 2010 se presenta igual, mejor o peor?

_ En 2010 va a ser imprescindible una regulación que permita la negociación agraria, y limitar el contrapoder de los tribunales de Competencia, que parecen los grandes aliados de la industria. Es imposible pensar que las relaciones contractuales no figuren por escrito, ni haya garantía de recogida, ni un precio que cubra los costes. Son necesarias reglas de juego transparentes, con márgenes comerciales razonables. Por lo tanto, es impensable un 2010 en la misma situación que 2009. Otro año a pérdidas sería insoportable para el ganadero. _ ¿Cuánto tuvo que poner de su bolsillo un ganadero lácteo el año pasado para poder mantener su granja?

_ Las explotaciones más endeudadas son las más modernas, las de la gente más joven, que no sólo no ingresaron sino que pusieron, de media, entre 9.000 y 12.000 euros por el diferencial entre sus costes y la remuneración del mercado. Aún así, en Galicia hay empresas que pagan más que otras, y, en España, la leche en origen se paga más que en Galicia.

_ En 2009 cerraron 1.000 granjas lácteas, ¿se frenará la sangría?

_ Siendo muchas mil explotaciones, son menos que en los últimos años, aunque no por ganas de quedarse en el campo, sino porque el endeudamiento imposibilita los cierres. La que cierran tienen más que ver con las jubilaciones y la falta de relevo.

_ ¿Cómo ve al campo gallego dentro de cuatro años, cuando haya agotado otra etapa al frente de UUAA?

_ Estoy convencido de que políticos y ciudadanos nos verán como un sector estratégico, que garantiza la calidad de los alimentos y la gestión del territorio, y nuestra valoración social será mayor a la actual.

Los ‘sindicatos alternativos’

“Piensan en ellos, no en el colectivo”

_ ¿Por qué surgen movimientos al margen de las organizaciones agrarias, tipo Ganaderos Unidos?
_Estos movimientos surgen en sectores como el lácteo, en comarcas muy concretas. Son ganaderos grandes, con un nivel de inversión y unos costes de amortización altos. Ganaderos que vienen de una etapa del pasado, hasta que los sindicatos llegamos a un acuerdo con la industria y la Administración para que el diferencial por volumen de producción no fuera superior a cinco pesetas. Estaban acostumbrados a cobrar más que los demás, y echan en falta la interlocución personal con la industria que les permitía una situación de privilegio, cobrando hasta 15 pesetas más que otros ganaderos con la misma calidad. Al contrario que los sindicatos, piensan más en ellos que en el colectivo

19 feb 2010 / 01:39
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