El saldo migratorio positivo no logra parar la hemorragia demográfica gallega

La sangría demográfica que está despoblando a Galicia registró una nueva vuelta de tuerca en el primer semestre del pasado año. De los 2.700.441 habitantes contabilizados a primero de enero de 2019, se cayó a 2.698.764 a primero de julio de ese año. Son 1.677 personas que se caen del censo de la comunidad, según los datos provisionales publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Galicia se queda así por debajo de los 2,7 millones de habitantes, la menor cifra poblacional en más de 17 años (desde el 1 de enero de 2002).

Esta pérdida de población en la comunidad supone el -0,06 y contrasta con el alza media en España, que se sitúa en un +0,35 %. Los datos gallegos son los cuartos peores del conjunto del Estado, solo superados por Extremadura (-0,25 %), Asturias (-0,22 %) y Castilla y León (-0,20 %).

INMIGRACIÓN, UN PARCHE INSUFICIENTE. Aunque Galicia registró un saldo migratorio positivo con el extranjero de 7.026 personas en ese primer semestre de 2019, el saldo vegetativo, el peor de España en cifras absolutas, sigue cayendo en picado, ya que hubo 8.426 fallecimientos más que nacimientos. A esto se une también el saldo migratorio negativo con otras comunidades, que ascendió a -215.

Con estos datos, la población prevista para Galicia en 2031, según las proyecciones del INE, será de 2.489.946 personas, lo que supone una pérdida de más de 200.000 habitantes respecto a la cifra actual.

A Galicia llegaron 11.022 inmigrantes del exterior en el primer semestre del año pasado. Supone la segunda cifra semestral más alta en la última década. En el mismo periodo se marcharon 3.996 personas al extranjero. Es la cifra más baja en un semestre en los últimos diez años. La diferencia entre emigrantes e inmigrantes arroja un saldo positivo de 7.026 personas. Es una cifra menor que el segundo semestre de 2018 (7.756), pero supone la segunda mayor desde el inicio de esta estadística en el INE, en la anualidad 2008.

A la luz de estos números, la comunidad gallega suma ocho semestres consecutivos con un saldo migratorio exterior positivo, puesto que el último dato negativo tuvo lugar en el primer semestre de 2015.

Por su parte, de los 11.022 que llegaron a Galicia en el primer semestre había 2.862 con nacionalidad española, que se podrían encuadrar en el grupo de retornados. Respecto a los 3.996 que se marcharon al extranjero, 1.960 eran de nacionalidad española.

Pese a esa circunstancia positiva, el saldo migratorio positivo procedente de la inmigración no cubre los valores negativos del crecimiento vegetativo, en los que la diferencia entre nacimientos y defunciones son muy superiores.

Eso sí, la inmigración hacia Galicia está actuando como parche que frena la hemorragia poblacional y evita que las cifras negativas se disparen.

En cambio, en las migraciones entre Galicia y otras comunidades hay un saldo negativo, ya que se marcharon 215 personas más de las que llegaron.

Valencia, a la cabeza en positivo. En el Estado hay nueve autonomías con un saldo migratorio interior positivo, con la Comunidad Valenciana a la cabeza (+1.952). Galicia se encuentra en el grupo de comunidades con saldos en negativo. Extremadura es la que anota los peores números, con un saldo intracomunatrio de -1.283.

EDAD MEDIA. La edad media de la población en España superó por primera vez los 44 años, lo que supone 14 años más que hace casi medio siglo, según las cifras de población publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En el caso de los hombres, la edad media se sitúa en 42,08 años (41,88 años en 2018) y en el delas mujeres, en 44,63 años (44,43 hace un año).

Por lo que respecta a Galicia, esa media es de 47,24 años, tres por encima de la del estado.

La comunidad más envejecida de España continúa siendo Asturias, con una edad media de 48,28 años; seguida de Castilla y León, con 47,50; y Galicia en tercer lugar, con 47,24.