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Súper-súper-alimentos

    Hoy vamos a ver la diferencia que existe entre alimentos funcionales, alicamentos, nutracéuticos y suplementos dietéticos. Vamos allá.

    1/ Los alimentos funcionales, también conocidos como súper-alimentos, son todos aquellos que ofrecen determinadas -y constatadas- propiedades para con nuestra salud, más allá de su mero aporte nutritivo, pudiendo actuar dichos alimentos como inmunoestimulantes, antioxidantes, anticancerígenos o previniendo determinadas enfermedades crónico-degenerativas. ¿Ejemplos modélicos de alimento funcional? El huevo (el súper-alimento por antonomasia), el tomate, el yogur (sobre todo de cabra-oveja), la miel sin pasteurizar, la piña fresca, el pescado azul, la lechuga roja, los frutos secos (sin tostar ni salar), la cebolla, el ajo, el kéfir, el té, el queso, la papaya, el kiwi, la fresa, los arándanos, etcétera...

    En fin, prácticamente todas las frutas y verduras son súper-alimentos de por sí, por su aporte en fibra y antioxidantes, y lo mismo le pasaría a los huevos y el pescado, por su aporte de proteínas, ácidos grasos esenciales y minerales.

    2/ En cuanto a los alicamentos, o alimentos medicamentosos, son todos aquellos que despliegan un poderoso efecto salutífero pero en muy pequeñas cantidades, encontrándonos así con el vino tinto, el café (sólo y sin edulcorar), la jalea real, las especias y la sal en escama o roca, la mantequilla y el chocolate negro. Dichos comestibles están muy concentrados en principios activos, por lo cual deberían tomarse siempre respetando unas comedidas dosis (más bien canijas) para no pasarnos "de frenada": 200 ml en el caso del vino tinto (una copa, por barba y día); 2 "cuadraditos" en el caso del chocolate negro (mínimo al 70% de cacao); 3-4 tazas de café sólo largo (sin edulcorar, a palo seco); máximo 50 gramos en el caso de la mantequilla (la margarina es un engendro de Satanás); y calibrar a base de pellizquitos, en el caso de las especias, según el condimento de que se trate (no es lo mismo hablar de sal de ajo, a la hora de espolvorear la comida, que de pimienta cayena, claro está).

    Tanto los súper-alimentos como los alicamentos, tienen la particularidad de presentarse cual tales, sin transformaciones "farmacéuticas o medicamentosas", es decir, dichas viandas deben comercializarse -y por lo tanto consumirse- en su formato tradicional, tal y como ha sido siempre; piénsese en el caso de una manzana (por ejemplo), un yogur, una taza de té o una copa de vino, dejando claro que estos dos grupos de alimentos no pueden presentarse ni consumirse en cápsulas, píldoras, tabletas o polvos (en el momento mismo que decidimos encapsular un poco de polvo de jengibre o de pimienta cayena, ya no se trataría de un alimento sino de un complemento alimenticio).

    3/ Después vendrían los llamados nutracéuticos. Para clarificar este término, piénsese en un alimento cualquiera como pueden ser las habas de soja, las cuales -y como todo el mundo sabe- son muy ricas en proteínas. Vale. Ahora, cogemos esas habas de soja y las manipulamos para convertirlas en tofu, o queso de soja, transformando un alimento "crudo y normalito" en un "súper-alimento", ya que hemos conseguido concentrar todas esas proteínas vegetales y, junto con ellas, viajan las famosas "isoflavonas" de soja, sustancias vegetales que imitan el estrógeno de la mujer, actuando como remedio paliativo en los sofocos de la menopausia (parece ser que la palabra "sofoco" no tiene traducción posible al japonés, debido precisamente al elevado consumo de soja entre las féminas niponas). Ahora bien, si decidimos "aislar" esas isoflavonas de soja con la intención de encapsularlas, ya estaríamos hablando de un nutracéutico, es decir, de un alimento que ha sido manipulado selectivamente, concentrando determinados constituyentes mientras se desechan otros, con el fin de aumentar sus propósitos medicamentosos.

    4/ Y, por último, nos quedan los suplementos o complementos dietéticos los cuales, y como en el caso anterior, se presentan en formato "medicamentoso", es decir, tabletas, comprimidos o polvos. La diferencia entre ambos estriba en su potencia (siendo mayor en el caso de los complementos), si bien es cierto que a veces la diferencia es algo confusa. Volviendo al caso anterior, de las isoflavonas de soja en polvo, podría considerarse que si el polvo de soja va "tal cual se atomiza" (sin controlar el nivel de principios activos), hablaríamos de un nutracéutico; mientras que si el polvo se "estandariza" y se garantiza una concentración estable y constante en principios activos (las isoflavonas), hablaríamos de un complemento dietético. ¿Otro ejemplo? Si cogemos el fruto rojo de la acerola, que tiene unas 20 veces más vitamina C que la naranja, y lo deshidratamos para ponerlo en unas tabletas, tendríamos un nutracéutico (polvo de acerola concentrado, rico en ascorbato). Pero cuando sintetizamos en un laboratorio farmacéutico vitamina C a partir de la glucosa (mediante un artificio llamado proceso Reichstein) y la ponemos -sola o combinada con otras vitaminas sintéticas- en un formato entabletado o encapsulado, tendríamos un complemento dietético, que podría ser vitamínico (una vitamina), polivitamínico (varias vitaminas) o vitamínico-mineral.

    En cuanto a los minerales, la diferencia entre nutracéuticos y complementos dietéticos, es clara como el agua cristalina: si cogemos la piedra sedimentaria conocida como dolomita (rica en calcio y magnesio) y la "rayamos" con la intención de meter los polvos resultantes en cápsulas (con el fin de prevenir la osteoporosis, pongamos) esto sería un nutracéutico; mientras que si "nos paramos un poco más" en el laboratorio, para hacer reaccionar ese calcio o magnesio con diversos aminoácidos mediante un proceso llamado "quelación", estaríamos ya hablando de un suplemento dietético; en esta ocasión, la diferencia entre tomar el primero (nutracéutico) y el segundo (suplemento) será abismal, puesto que en primer caso hablamos de minerales inorgánicos, de pobre absorción y bajo aprovechamiento (los que nos cuelan casi siempre), mientras que en el segundo caso hablamos de una biodisponibilidad (absorción + aprovechamiento) cercana al 100%. A veces, es mejor rascarse el bolsillo que tirar con lo barato.

    Lo mismo le pasaría a las proteínas del lactosuero, extraídas y aisladas de la leche para formar un conglomerado que se seca y pulveriza, para que el consumidor finalmente diluya en agua, algo muy apreciado entre el público culturista; o los extractos herbarios de alta potencia de Ginseng, Guaraná, Cardo Mariano, etc. Todos ellos suplementos-complementos dietéticos.

    ¿Nos ha quedado clara, la lección de hoy? Pues arriba esos pulgares, ­caramba.

    Centrobenestarsantiago.com

    * Nutriterapeuta

    EL OBJETO DE ESTE ARTÍCULO ES SÓLO ORIENTATIVO. CONSULTA CON TU MÉDICO Y/O ESPECIALISTA CUALQUIER CAMBIO EN TU DIETA O ENTRENAMIENTO

    04 ago 2018 / 20:55
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