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La superheroína gallega de bebés

Iria Ollero Cadilla, de 19 años, acumula premios con Baby Safety, proyecto para reducir la muerte súbita en recién nacidos // Creado en el parque tecnológico Tecnópole de Ourense junto al tutor David Ballesteros, estudian lanzarlo dos empresas, "ninguna" de Galicia, aclara.

Iria Ollero Cadilla, estudiante ourensana de Ingeniera Biomédica en la Universidade de Vigo, merece un monumento. Tiene 19 años y ya es una superheroína cuyo emergente talento como científica es idéntico a su sencillez.

En segundo de Bachillerato, animada por su padre, llegó a las Aulas Tecnópole (en Ourense), y desarrolló Baby Safety, un dispositivo diseñado para reducir la muerte súbita en recién nacidos, la principal causa de mortalidad en menores de un año.

Su esfuerzo ya tiene galardones de Exporecerca Jove 2018 (Barcelona), Festiciencia (Ponteceso), Open Science Cambre (Cambre), o el foro Ciencia en Acción (Viladecans, BCN), más el Premio Nacional Don Bosco (Zaragoza).

Su prototipo usa cuatro dispositivos repartidos por la cuna y la ropa del niño para controlar la postura, temperatura y el pulso mientras duerme.

Iria pule eso guiada por el profesor David Ballesteros (Tecnópole) y amanece este lunes esperando que España, a la cola en inversión en I+D dentro de la UE, aprenda a apostar por la ciencia, o ella será otro talento más en fuga a quien le lloverán ofertas... de fuera.

No para de sumar distinciones.

Los premios te motivan a seguir adelante haciendo lo que te gusta. Es muy bonito que todo el trabajo que hay detrás de este proyecto, que son muchas horas, sea vea recompesado. No es fácil que sea valorado, estoy muy agradecida.

¿Consultó a pediatras?

Durante el desarollo de los dispositivos no contacté con ningún pediatra, lo que hice fue leer mucha información en internet. Tanto investigaciones sobre la muerte súbita infantil y también leí el libro blanco de la muerte súbita infantil de la Asociación Española de Pediatría. Mientras lo presento en ferias, sí que he podido conversar con pediatras... siempre se acerca alguno a ver el proyecto.

¿Cómo hizo los sensores?

Gran parte de la parte electrónica está programada con Arduino, anteriormente ya había realizado tres proyectos y en dos de ellos ya utilizaba Arduino, por lo que en este caso solo debía aprovechar los conocimientos y adaptarlos a estos sistemas. El resto está programado con Processing, un entorno que no había usado antes; así que tuve que aprender ese lenguaje antes de aplicarlo.

Lo que más difícil me resultó en este proyecto fue decidir qué parámetros controlar, cómo hacerlo y encontrar la colocación idónea de los sensores.

¿Cómo lo han testado?

Hasta hoy no se ha probado con bebés tan pequeños, se ha hecho con personas algo más mayores, pidiendo que adoptasen determinadas posiciones para ver si los sensores cumplían su función.

Los materiales usados han sido sensores que hay en el mercado, placas Arduino, una cámara de la PS3 de segunda mano desmontada por completo, y para la impresión 3D, usamos el filamento PLA.

¿Ha solicitado alguna ayuda?

Por ahora no. Este verano, me sentaré con mi tutor y empezaremos a barajar posibilidades.

Escuché en RNE que ya hay empresas interesadas en la idea...

Sí, he podido contactar con dos empresas, solo sé que una de ellas me informó que estaba difundiendo internamente el proyecto. No, no son gallegas y prefiero no citarlas porque aún se está hablando.

La fabricación de uno nos costó 170 euros. No hemos realizado estudio de mercado porque la idea inicial era realizar una actividad investigadora en el marco de las Aulas Tecnópole. Pero después de todo el interés generado, hemos estimado que su fabricación en serie costaría menos de 100 euros. Además también nos interesaba saber cuánto se estaría dispuesto a pagar por los sistemas y gracias a unas encuestas que difundimos por Internet, pudimos ver que más del 50% pagarían más de 120€, lo cual es un resultado satisfactorio.

¿En qué porcentaje es investigadora y en cúal emprendedora?

A mí lo que me apasiona es la investigación, así que me considero más investigadora que emprendedora. Pero si analizo este proyecto sí que es cierto que hay mucho emprendimiento detrás. Así que me quedo con un 65% investigadora y un 35% emprendedora.

En el caso de los progresos médicos, el área de patentes y permisos para su uso es un enredo burocrático complicado, ¿quién te ayuda en ello?

En todos los procedimientos cuento con la ayuda de mi tutor.

¿Qué debe pasar para que valoremos más el I+D+I?, ¿se ve trabajando aquí dentro de 5 años?

Los españoles debemos creer más en nosotros mismos, en nuestras posibilidades y dejar de pensar que lo que viene del extranjero es mejor que lo nuestro.

En España hay muchas mentes brillantes que se ven obligadas a emigrar para poder realizar su actividad investigadora. Me gustaría seguir aquí pero sabiendo cómo están las cosas me veo con más probabilidad trabajando fuera.

(Y la charla acaba hablando de Santiago, "una ciudad muy bonita, con mucha cultura, me encanta ir a pasear con mi familia y además he hecho el Camino con unas amigas", concluye Iria, un sol).

26 may 2019 / 22:37
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