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Treinta años del naufragio del 'Casón': su desguace destruye un criadero de especies marinas

Una empresa de Carballo despieza desde julio el buque varado frente a la costa de Fisterra, refugio de pulpos, congrios, sargos y robalizas

El desguace del buque 'Casón' treinta años después de su naufragio frente a la Costa da Morte (A Coruña) se llevará por delante un hábitat marino de gran riqueza biológica que aprovechaban pescadores de la zona y curiosos aficionados al submarinismo.

Cuando el tiempo lo permitía, marineros capturaban sargos y robalizas, entre otras especies, en las indemnizaciones de Punta do Castelo, donde el carguero panameño se hundió un 5 de diciembre de 1987, provocando la muerte de 23 de los 31 tripulantes, todos ellos de nacionalidad china.

Mientras, los buzos que se sumergían a pocos metros de distancia de la Praia do Rostro podían observar de cerca peces como estos y también los pulpos y congrios que asomaban entre los tubos de una vieja estructura que a día de hoy es ya parte del imaginario colectivo de Fisterra.

Precisamente por esto, por el biotopo que se había consolidado en el entorno del 'Casón' y por el recurso turístico que suponía, en los últimos años al alza, la postura de los fisterranos es casi unánime en contra de su despiece.

"Pienso que después de haber sufrido el accidente, qué menos que consultarnos sobre cuál era nuestra opinión", destaca el alcalde de la localidad, José Marcote, del PSOE, quien, en declaraciones a Europa Press, todavía recuerda como él y su mujer, embarazada de su primer hijo, se marcharon a Santiago en el caótico desalojo que provocó el incendio de la carga del barco.

Y es que en un primer momento reinó la desinformación sobre el nivel de toxicidad del contenido que llevaba el 'Casón', que hacía el recorrido de Amberes a Shangai, y que terminó haciendo escala en Alcoa San Cibrao (Lugo) después del siniestro.

EL DESGUACE

En enero de este año, la junta delegada de enajenaciones y liquidadora de material del Cantábrico adjudicó la retirada del 'Casón' a la empresa Desguaces Lema, de Carballo, que también se encargará a partir del año que viene de extraer los restos del petrolero 'Mar Egeo' de los pies de la Torre de Hércules.

Su gerente, José Antonio Lema, explica que los trabajos para despiezar el 'Casón' comenzaron en julio y "de momento se sacó poco". En octubre, la compañía se vio obligada a hacer un parón y no volverá a operar allí hasta "marzo, abril, cuando vuelva el buen tiempo".

Cuatro buzos y una gabarra con una grúa fueron casi todos los días durante el periodo estival para cortar el material, que desembarcaban en el muelle de Brens, en Cee, "un poco para evitar la protesta ciudadana en Fisterra", según considera el presidente de la asociación de vecinos Fisterra Costa da Morte, José Fernando Carrillo.

EL RECHAZO

Carrillo explica que "todas las administraciones" han dado una respuesta "negativa" o "se lavan las manos" ante los requerimientos trasladados por este colectivo vecinal y también por el Ayuntamiento, que cuando tuvo conocimiento de que los restos del 'Casón' iban a ser sacados del fondo del mar mostró su firme rechazo.

Por su parte, el regidor subraya que "actuar a escondidas" y que los implicados se enteren "a toro pasado" fue "el primer paso mal dado" en este asunto. Reivindica el atractivo turístico y también que el 'Casón' forma parte ya de la historia de Fisterra "como pueblo". Lamenta que "la razón" no sea "más que puramente comercial, de vender unas toneladas de hierro".

De la misma opinión es el representante de la asociación de vecinos, que opina que la "chatarra" que se va a obtener no justifica "la destrucción de un biotopo de tanta importancia como el que se había creado", una especie de criadero en el que también había abundantes crustáceos.

EL NEGOCIO

Frente a esto, el gerente de Desguaces Lema, que evita entrar en polémicas y asume que "cada uno defiende lo suyo", precisa que "claro que es negocio" el de retirar los restos, ya que el hierro se lo vende a la siderúrgica Megasa, en Narón, para su fundición.

Este empresario advierte también que "el barco era" en un pasado, pero que ahora no es más que "un montón de hierro" --en una primera intervención fue retirada la superestructura-- que, por la acción de los embates del mar, está "por ahí" esparcido en trozos, "liados unos contra otros".

TURISMO CON "RELATO"

"El largo del casco está entero", asegura, apuntando a una realidad diferente, Fernando Carrillo. Él y su hermana Alicia, ambos hijos del presidente de la asociación vecinal, están al frente de un centro de buceo que ofrece inmersiones en distintos puntos del litoral. El encanto, en ocasiones, reside precisamente en la visita a un pecio.

Tras 11 años llevando a aficionados a contemplar el 'Casón', este joven emprendedor responde resignado sobre su retirada. Cuenta que antes de las inmersiones relataban a los submarinistas lo que pasó con este carguero, para que "se hicieran una idea" luego 'in situ', y algunos hasta repetían.

A diferencia de lo que ocurre en otros lugares del mundo, el turismo de submarinismo está poco avanzado en la Comunidad gallega, y de hecho, Turismo de Galicia reconoce que no tiene ningún "producto" relacionado con el buceo, aunque sí para otras actividades como el 'kayak'.

En países como Tailandia, la gente "se pelea por ir a ver los barcos", y mucho más cerca, en Portugal, hace tres años hundieron dos fragatas para poder dedicarse al buceo, comenta el responsable de esta compañía de buceo.

El esqueleto del carguero se encuentra a unos 10 metros de profundidad, a escasos 20 metros de las rocas, lo que permitía ir casi a "cualquiera" y hacer inmersiones de una o dos horas. Carrillo resalta que "la gente subía por el frío a la hora y algo, pero aguantaba lo máximo posible" porque era "guay" apreciar a pocos metros tanta riqueza.

Por la cantidad de metal que queda bajo el agua, cree que la adjudicataria del desguace "tiene para dos años, bien". Consultado por Europa Press, su gerente, José Antonio Lema, indica que hay un plazo para terminar estas labores, pero que no recuerda cuál es.

"DESPRECIO" GUBERNAMENTAL

Para la diputada de En Marea en el Congreso Yolanda Díaz, la sucesión de hechos que rodea al desguace del 'Casón' 30 años después del accidente refleja "un desprecio absoluto" y supone "no respetar" ni al pueblo de Fisterra ni a Galicia en general.

Su grupo recibió en julio una respuesta del Gobierno central en la que indicaba que ni el Consistorio ni la asociación de vecinos pueden ser considerados parte interesada "al haberse finalizado el proceso de constitución" de un expediente que se ejecutó por una resolución del almirante jefe de Estado Mayor de la Armada de febrero de 2016.

En dicha comunicación, el Ejecutivo de Mariano Rajoy también señalaba que, conforme a lo previsto en la convención de la Unesco de 2011, los restos del buque "no pueden considerarse patrimonio cultural subacuático al no llevar sumergido 100 años".

El colectivo vecinal también se puso en contacto con la Consellería de Cultura y con la de Medio Ambiente, y fue Mar la que les dio una respuesta. "Nos hemos encontrado con una situación de hechos consumados", reprueba José Fernando Carrillo, quien avisa de que, con todo, seguirán "dando la batalla" por si el despiece tiene vuelta atrás.

"Si quisieran, podrían pararlo", subraya Yolanda Díaz. Es por ello que En Marea registró en las últimas semanas nuevas iniciativas para conocer aspectos como el coste de las obras y las actuaciones para prevenir contaminación ambiental.

"¿Por qué se niega el Gobierno a escuchar las reiteradas peticiones del Ayuntamiento y de la Asociación de Veciños de ser parte interesada en el expediente?", traslada este partido. Ese es el interrogante que resuena en buena parte de la Costa da Morte.

02 dic 2017 / 12:23
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